EL DECANO SEXI

Mi madre se levantó a preparar la cena, yo fui con ella y le ayudé, después de que estuvo lista no sentamos a comer como hace mucho no lo hacíamos ya que generalmente Gabriele nunca está, la armonía era perfecta, a pesar de la noticia que les di, mis padres estaban sonrientes y animados hablando durante la cena, eso realmente me hizo sentir más tranquila.

Cuando terminamos mi hermano se ofreció a lavar la loza, así que yo me despedí de todos y fui a mi habitación, quería descansar, me sentía realmente agotada.

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Me desperté un poco más tranquila, contar con el apoyo de tu familia te hace sentir mucho mejor, pasas del miedo a la esperanza, de sentir que todo va a estar bien.

La noticia que me dieron sobre reabrir el caso, me genera un sabor amargo, tendré que narrar una y otra vez todo lo sucedido, esto me hará recordar esas escenas que día a día me han perturbado, pero sé que es lo mejor para por fin darle un cierre definitivo.

Me levanté y fui al baño, tomé una ducha, cepille mi cabello, hace mucho no lo hacía, luego me vestí y bajé a desayunar, mi madre estaba poniendo los últimos platos sobre la mesa.

- Hola mi niña, siéntate, ya traigo tu chocolate --

- Tranquila mamá, yo puedo hacerlo-- la tomé de los hombros e hice que se sentara en una de las sillas.

Yo fui a la cocina, serví los chocolates y los pasé a la mesa, mi hermano ya estaba bajando las escaleras y mi padre estaba al lado de mi mamá, acomodé las tazas a cada uno, y nos sentamos a desayunar.

- Hija, hoy no podré llevarte a la universidad, me tengo que reunir con tu abuelo-- los días en que mi auto tiene restricción para circular, mi padre normalmente me lleva.

- y yo debo ir a una entrevista de trabajo, ya es hora de ponerle orden a mi vida-- mi hermano me miró y yo le entendí.

- que bueno hijo, ojalá consigas algo bueno y que te guste-- comentó

- No se preocupen, puedo pedir un taxi-- mi madre me miró y sonrió.

- ¿y por qué no le dices a tu Decano que te lleve? El vive cerca, no creo que se niegue ¿o si?-- mi madre preguntó dudosa.

- Me da vergüenza, yo mejor tomo un taxi -- dije dándole el último sorbo a mi chocolate, luego agarré mi mochila, me despedí de todos y salí de casa.

Iba caminando rumbo a la estación de taxis que había cerca, cuando un auto freno en seco a mi lado, me sobresalté y giré a ver de quien se trataba.

- ¡Hola!-- gritó Leonard desde su auto.

- Hola-- Respondí de vuelta.

Me llamó con su dedo índice y su particular sonrisa coqueta, como si mis pies tuvieran vida propia se movieron en su dirección, cuando reaccioné ya estaba inclinada en su ventanilla.

- Dime, ¿para que me llamas?-- pregunté.

- me he encontrado a tu mamá regando las plantas, me dijo que tú ibas a coger un taxi para irte a la universidad, entonces me ofrecí a llevarte, sube-- dijo y yo sonreí, luego me subí al auto.

Sé que mi mamá lo hizo adrede, ella no es la mejor jardinera, si solo Leonard se hubiera fijado un poco en los detalles, se habría dado cuenta de que las plantas que mi madre estaba regando con tanta dedicación, son artificiales, a mi mamá no le germina ni una lenteja, tiene muy mala mano para cuidar plantas, darle una natural es someter a la pobre plantita a sufrir en manos de ella, por eso mi papá decidió ponerle un jardín que no fuera a morir nunca.

-¿De qué te ríes?-- preguntó al ver una sonrisa dibujada en mi rostro.

- Nada, es solo que mi mamá es muy peculiar -- dije mientras abrochaba el cinturón.

-Te ves muy linda cuando sonríes, deberías hacerlo más seguido -- la seriedad invadió mi rostro.

- No, no, no lo digo para que dejes de hacerlo, por favor no te cohíbas -- Yo tenía mi mano sobre la rodilla, él puso la suya sobre la mía y la acaricio con suavidad.

- ¿qué haces?-- El retiró la mano y la puso en la volante.

-¿No puedo hacerlo?, ya conoces mis intenciones ¿te molesta que sea tan directo?-- Yo negué con mi cabeza.

- Lo siento, es que no estoy acostumbrada, de verdad, discúlpame, tu siempre me has respetado, es solo que...--- no pude decir lo que tenía en mente.

- Relájate, yo comprendo, voy a ir un poco más lento, te pido disculpas si a veces soy un poco impulsivo, no quiero que te sientas incómoda a mi lado-- mientras conducia me dijo estás palabras, cada una de ellas fueron tan certeras que lograron penetrar mi cerebro, entendí claramente lo que me dijo.

- No toda la vida voy a vivir así, tengo que superar todo, gracias por entender -- concluí, él sonrió y condujo un poco más rápido... llegando a la universidad, el acomodo el carro, yo le agradecí y luego me bajé del auto, me dirigí al aula lo más rápido que pude, no quería que mis compañeros nos vieran juntos, sé cómo son las personas, nunca atacan de frente, siempre lo hacen por la espalda.

Me senté en unos de los pupitres libres, tuvimos clases con normalidad, luego nos informaron la hora en la que debíamos estar para presentar el proyecto, mis compañeros ya tenían la maqueta lista, la jornada concluyó con normalidad, sabía que Leonard tenía que hacer doble jornada, así que fui a tomar un taxi, estaba esperando cuando un auto se detuvo, el vidrio era polarizado, así que a primera vista, no supe quien era hasta que bajó la ventanilla.

Quedé inmóvil, mi cuerpo tembló, no pensé que tuviese las agallas de venir a verme.

- ¿Te llevo preciosa?-- Paolo tenía una sonrisa dibujada en su rostro.

En ese momento se bajó la ventanilla de atrás, era su amigo, uno de los chicos que estaban con el en la habitación aquella vez.

- Vamos, te prometemos que está vez podrás estar consciente en todo momento, lo vas a disfrutar -- un tono burlesco se hizo presente en cada una de sus palabras.

- Vayanse de aquí antes de que llame a la policía -- dije tragandome el miedo.

- ¿Estás muy valiente? Ya te dije, no me provoques, si no haces lo que te estoy pidiendo, no me culpes si tus padres se ponen mal al ver todo lo que tengo de su dulce niña -- sus palabras estaban cargadas de seguridad, el sabía que yo estaba nerviosa.

- puedes hacer lo que se te dé la gana, pero nunca, escucha muy bien, NUNCA voy a hacer lo que me pides--

Vi un taxi que venía y sin pensarlo lo detuve, me subí en el y fui directamente a mi casa, el taxista notó mi semblante así que condujo lo más rápido que pudo.