El terror llega a la escuela, un jóven es asesinado y su mejor amigo, un estudiante de secundaria, tendrá que resolver el misterio antes de perder él mismo su vida... ¿Lo logrará?
NovelToon tiene autorización de Alejandro CD para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 6.
Comencé a contarle todo lo que había visto y escuchado durante mi día y a cada palabra sentía más interés pero también se ponía más sería. Traté de contarle todo con el mayor detalle que pude y mientras yo me escuchaba era como si contara una historia de terror, pero créanme, está no era una simple historia si no lo que había vivido en realidad.
—Creo que tu amigo está muerto, atrapado en el portal que une ambos mundos y quiere pedir ayuda para irse en paz.—Después de escucharla decir esas palabras me sentí más en una película de terror, mi hermana estaba usando términos que usaban en esas películas y que yo no entendía bien.
—¿Cómo que está muerto pero en un portal?, ¿Sabes la gravedad de lo que dices? ¡Él tiene que estar vivo!
—Hermano cálmate, sí ya sé que elegí mis palabras mal y siento decirte esto pero debes empezar a creer que él está muerto para irlo superando poco a poco.—Me tomó de las manos.—Yo estoy aquí contigo y no te voy a soltar pase lo que pase, cuentas conmigo.—Presionó mi mano y sentí su ternura pero por dentro estaba tan enojado por lo que acaba de decir que le quité mi mano.
Me dolía tanto el pensar que mi amigo estaba muerto, que no le volvería a ver y que el tiempo había sido duro conmigo al arrebatarme su compañía. Me tenía que aferrar a la idea que él estaba vivo y que seguiríamos juntos, no me veía sin Edwin.
Era tanto mi descontento que pasé por alto completamente las palabras de mi hermana que englobaban lo sobrenatural, el hecho que posiblemente el alma de mi amigo anduviera por ahí y el hecho que mis ojos habían visto algo que no podían explicar. Yo no me cerraba del todo a las situaciones pero en ese momento solo quería pensar en el dolor que tenía y sentía por su ausencia.
—Creo que debes dormir, aunque no se si podrás hacerlo.—Continuó diciendo ella mientras intentaba agarrar mi mano nuevamente.—Debes tranquilizarte y sea lo que sea debemos estar al pendiente de la escuela por la causa que haya hecho esto a tu amigo.—Usó un tono muy serio.—Sin importar lo que diga la directora ese lugar no es seguro y ni tú y tus compañeros deberían ir ahí.
—Ahora más que nunca no puedo abandonar a mi amigo.—Respondí muy enérgico y golpeé la mesa con mis puños.—No estuve con él en lo que le haya pasado, lo dejé en esa biblioteca ¿Cómo puedo abandonar ahora su caso?
—¿Y qué piensas hacer?—Respondió mi hermana con gran protección y cariño hacia mí.—¿Quieres ir a la escuela hasta que le suceda lo mismo a un compañero tuyo o a ti?, Si mis padres no les interesa a mi sí y no voy a dejar que te pase algo malo.
—¿Qué me puede pasar? Nadie sabe lo que sucedió.
—Bueno entonces vamos a hacer algo, si tu amigo está muerto y su alma está pidiendo ayuda, lo que podemos hacer es comunicarnos con ella en una sesión espiritual y así poder averiguar.
—¿Qué es eso de una sesión espiritual?—Pregunté sin pensar, solo me guiaba por sus palabras.
—No seas tonto hermanito, sabes perfectamente lo que es.—Me miró sarcásticamente encerrándome para no evadir más las cosas.
—¿Es algo donde se invocan a los muertos?, si estás pensado en eso te diré que es una locura, una muy grande.
—Es la única opción que se me ocurre, a menos que quieras jugar a ser policía y tardar años en saber lo que sucedió.
—Aunque quisiera recurrir a eso, no tenemos un especialista que nos guíe y lo necesitamos.—Le dije tratando de desaprobar su idea secamente.—Tardaremos en encontrar uno y cuando lo hagamos nos pedirá dinero y al menos yo no tengo.
—Bueno entonces puedo fiarte.—Me respondió cerrando un ojo en señal de juego.—Yo puedo hacer la sesión espiritista sin ningún problema, solo necesito tu ayuda.
Me dijo eso muy segura de sí misma y aunque lo hizo con mucha confianza no supe cómo reaccionar o si hacerle caso.
—No se, no me convence ¿Es algo malo?
—Primero te muestras algo incrédulo y ahora ¿Lo quieres evitar porque tienes miedo?—Me retó de esa forma y fue muy acertada pues al mencionar la palabra miedo me hizo querer demostrar que no lo había… aunque si estaba dentro de mí.
—No es miedo, solo no quiero dañar el alma de mi amigo en todo caso.
—No te preocupes, no le pasará nada.—Se levantó de la silla dando por hecho que yo había aceptado y noté en ella una sonrisa como si esas cosas le llenarán de alegría.—Ahora solo necesitas un objeto de él y su nombre completo, los demás materiales los tengo yo, ¿Tienes las cosas verdad?
—¿Un objeto personal? No, tendría que ir a su casa.—Mi cabeza no me daba para pensar en más opciones.
-¿No tienes nada que haya sido suyo o que por lo menos lo haya tocado?—Me dijo elevando un poco la voz.
—Si es así, creo que debo tener algo por ahí, tal vez una libreta o un juego que me prestó, voy a mi habitación y revisaré todo… seguro encontraré algo.