Un viejo enemigo altera la paz y tranquilidad que Bonnie construyó cuando se mudó, ella y su madre están más unidad luego de saber que su hija estuvo apunto de morir. Los amigos de Bonnie, están en constantes discusiones para saber si la buscan o no. Theo y Jia se encuentran con Bonnie e intentan sabotearla. Samantha (Samuel) esta decidida a buscar de nuevo a Bonnie y ganar de su confianza, no quiere volver a perderla.
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No fue tu culpa.
Hablando con Luka y Chris, supe que realmente no era la única que sufría por la muerte de Morgan, Hansol también y la pasó por qué nosotros, incluyéndome.
Entre risa y anécdotas y recuerdo, Luka conoció a una linda chica con la cual crear y compartir lindos recuerdos y Chris logró mudarse de la casa de su madre, viviendo solo cerca de mi vieja casa. La emoción de escuchar las cosas que mis amigos habían logrado no tiene precio, pero yo quería saber de Hansol y ninguno de los tres quería hablarme de él.
La mirada y la voz de Chris se apagó al momento de contar que Hansol, había ido hasta Japón para estar enfrente del hospital en donde Morgan se suicidó. En cambio, Luka no se animaba a ir al cementerio en donde está su nicho, al lado de su abuela.
Solo las voces de Luka y Chris se escuchan en la cafetería como si recién nos conociéramos, es interesante, pero reconfortante, saber que nunca perdieron las esperanzas con volver a hablarme.
Pero la que perdió las esperanzas era yo. Y siempre seré yo, la del problema.
— ¡¡Chris, Luka!! - me levanto para abrazarlos. —Tanto tiempo sin verlos. —
— Nosotros también te extrañamos mucho, Enana. — Agregó Chris, uniéndonos en un abrazo.
—¿Por qué no nos llamaste? — preguntó Luka.
—Eso se los responderé yo, ahora Bonnie ve con Sam, te estará esperando. — Nos separamos. — Vengan, vamos a tomar un café. —
—Está bien, después hablamos. — Me alejo de ellos.
No quería tener la necesidad de hablar con ellos, pero 1 año suena como una eternidad si se trata de ponernos al corriente, como explicarle que estoy en Corea con mi madre y que mi padre nunca me quiso, decirles que la culpa del suicidio de Morgan me persigue, que supe la verdad de la verdadera identidad de Samuel. Julia y Jia me torturaron por más de 2 meses solo por gustarle a alguien. No hay palabras suficientes para explicarles.
Subo por las escaleras, hasta el sector privado en donde Samantha está y pensando mientras camino por el extenso pasillo. Busqué la mejor idea de hablar con cada uno de ellos, a solas, y explicarles lo que realmente me estaba pasando.
—¿Qué demonios voy a hacer? — expresé molesta llegando a la habitación.
Corro a un lado la puerta y entro, pero la voz de alguien sumamente familiar llegó a mis oídos, haciendo que me paralice, que mi cuerpo tiemble, que no pueda reaccionar. La sombra de alguien acercándose, me lleva a asustarme aún más, pero al ver de quién se trata me deja más tranquila.
Jay apareció de golpe, sacándome de la habitación, llevándome a la habitación de al lado, cerrando la puerta detrás de sí. Su rostro refleja preocupación y miedo, pero a la vez enojo y molestia.
—Señorita Bonnie, no se preocupe, pronto se irán. — Jay intenta tranquilizarme.
—¿Por qué Jia y Julia están aquí? —pregunté mirándolo directo a los ojos.
—Las amenazas con las que la señorita Samantha residía a diario no eran solamente de Theo, sino que también son de ellas. La joven Ogawa no se detendrán hasta que ellas dos están juntas. —Mi expresión habló por mí, al escucharlo.
—Estoy cansada de esto. — Me siento sobre la camilla.
—Algo que necesita tener en cuenta es que las familias Ogawa y Choi ya no están unidad por ningún tipo de unión. — Respiro profundo.
—Entiendo. —aclaró.
Luego de ese acontecimiento, los días fueron pasando como si nada. Samantha se redujo al cien por ciento y ese mismo día la dieron de alta. En cuanto a Chris, Lula y Han solicitado, ellos se quedaron en la casa de al lado de la mía, como visitantes. Todos los días me esperaban con comida y hermosas anécdotas de cuándo me fui y cómo quería llevar al luto de Morgan. Son mucho más fuertes que yo.
Luego de ese acontecimiento, los días fueron pasando como si nada. Samantha se recuperó al cien por ciento y ese mismo día la dieron de alta. En cuanto a Chris, Lula y Han solicitado, ellos se quedaron en la casa de al lado de la mía, como visitantes. Todos los días me esperaban con comida y hermosas anécdotas de cuándo me fui y cómo quería llevar al luto de Morgan. Son mucho más fuertes que yo.
Supe por Jay que Samantha compró una casa cerca de la mía, y no supe qué decir. Ahora que le tengo cerca, no sé qué hacer. En la casa de Samantha, esperé parada en la puerta a ser atendida, ya que llegué junto a Brandon.
Quise comprarle algo bonito para que se sintiera cómoda y bienvenida, pero opté por un ramo de flores de crisantemos, de color amarillas, por el hecho de que el rojo me da mala espina. En el auto con Brandon no cruzamos palabra alguna, me siento muy incómoda preguntándole en dónde están los chicos y creo que él se siente igual.
Cuando el portón de la casa se abrió, Jay nos recibió de manera generosa. No quería ser muy evidente al no mirar hacia la puerta abierta, pero puedo notar que Samantha está parada ahí. Cuando pasamos, la veo sirviendo la mesa para desayunar, vestida con ropa normal, como si no fuera ella, pero sus labios forman una sonrisa que la hace ver hermosa.
Mi celular suena y veo que es Kuan-Yin y salgo de nuevo para atender la llamada.
—Hola, Kuan-Yin. ¿Necesitas algo? – pregunté mirando las flores.
—Hola, Bonnie. Supe lo que pasó en tu departamento y con el joven Choi. —
—Así… pero tranquila, ya está mejor y ahora está en su casa. — Veo un banco y me siento. — ¿Tú y Mei-Mei están bien? –
—No lo sé, Bonnie no voy a negar que quiero estar con ella, pero Mei-Mei está confundida y no quiero presionarla. —
—Entiendo… ¿Quieres que hable con ella? – Mirando el suelo, veo que un par de pies enfrente de mí.
—No, está bien Bonnie, hablaremos cuando vengas mañana. —
—Está bien, nos vemos mañana. —Levantó la cabeza, y veo a Samantha.
Me levanté y le entregó el ramo, su sonrisa se volvió risas y agarró el ramo entre sus manos. No quise arruinar el momento diciendo algo que copas, a ella, no le guste.
Suspiró aliviada al notar que le gustó el ramo. La cercanía no se volvió un problema hasta que ella decidió dar un paso más hacia mí, haciendo que pierda el equilibrio, pero me sujeta de la cintura, dejando caer el ramo al suelo.
La tención de nuestras miradas se vuelve intensa, como cuando un depredador encuentra a su presa y está a punto de matarla. Su mano acaricia mi mejilla y con su dedo pulgar toca mi labio inferior. Siento que mi corazón late con rapidez, pero no quiero alejarme, no de nuevo. Esta vez opté por tomar la iniciativa y besarla primero, pero ella solo se alejó cuando nuestros labios se chocaron.
—Lo siento. — Me disculpo.
—Tranquila, no fue tu culpa. —agacho la cabeza luego me alojo.
—Será mejor que entremos. — sugerí.
Ella cierra la puerta detrás de sí, y me acerca a Brandon que está sentado en un sofá y Jay en la cocina, terminando de prepara las cosas.
El ambiente se puso tenso cuando Samantha va directo a la cocina y siento la mirada de Brandon.
—No preguntes nada, después hablamos. — apoya su mentón en mi hombro.
—Yo no dije nada bonita. —me sonríe.