El Regreso del Soberano

Capítulo 4

...Ciudad del Norte...

El sol de la tarde todavía se sentía bastante fuerte y era capaz de hacer que los peatones de una pequeña ciudad decidieran posponer su viaje durante media o una hora más. En realidad, esta ciudad no podía decirse que fuera pequeña. Sin embargo, en comparación con la ciudad de Altra, sí se podía decir que era pequeña.

Decidieron refugiarse bajo la sombra de un gran árbol que se encontraba al borde del camino. Sin embargo, parecía que había un joven al que no le importaba el calor abrasador. Con una mochila militar muy andrajosa y ropa que distaba mucho de ser lujosa, el joven seguía caminando por la carretera que dividía la pequeña ciudad.

Nadie se molestó en prestar atención al joven. Los habitantes de la ciudad asumieron que era un vagabundo en busca de trabajo. De hecho, últimamente, mucha gente de fuera había entrado en su zona en busca de trabajo.

Desde que la empresa Sky provider expandió su negocio a esta pequeña ciudad, la economía de la ciudad se había disparado espontáneamente, y muchos desempleados se habían salvado gracias a la apertura de muchos puestos de trabajo. De hecho, la entrada de la nueva empresa no sólo había provocado que los habitantes de la ciudad encontraran trabajo, sino que también había hecho que muchos residentes de fuera de la ciudad emigraran a ella para probar suerte.

El joven siguió caminando hasta llegar a un pequeño restaurante, al que entró.

Varias personas que se encontraban cerca de la mesa en la que se sentó el joven se taparon la nariz inmediatamente. Puede que debido al largo viaje, la ropa del joven estuviera empapada de sudor, lo que sin duda provocaría un olor desagradable. Consciente de ello, el joven pidió su comida y se sentó en una silla situada en el exterior del restaurante para que su presencia no molestara la comodidad de los demás clientes.

"Un gesto loable. ¿De dónde vienes, joven?".

De repente, el joven se giró cuando un anciano le dio una palmadita en el hombro antes de preguntarle amablemente.

Cuando sus miradas se encontraron, el joven se sorprendió porque reconoció al anciano.

"¡¿Abuelo... abuelo Marlon?!"

"Jajaja. No esperaba encontrarme contigo aquí, joven amo. Ya eres todo un hombre", dijo el anciano llamado Marlon.

Era evidente que el joven conocía muy bien al anciano que se le había acercado. El anciano era Marlon, el fiel mayordomo del gran señor Clifford. Fue él quien lo salvó de las garras de sus tíos que deseaban su muerte. Si no fuera por el anciano que lo ayudó a escapar, probablemente ahora sólo sería un nombre.

"Abuelo. ¿Cómo sabías que estaba aquí?", preguntó el joven con curiosidad. Hacía ocho años que no se veían, y durante todo este tiempo sólo había estado en el campo de batalla. Pero, apenas un día después de dejar el campamento militar, el anciano ya había encontrado su paradero.

Al oír la pregunta del joven, el anciano se rio entre dientes antes de responder. "Desde tu marcha, envié a miles de hombres para que te siguieran y protegieran tu seguridad desde la distancia. Después de todo, eres el nieto del gran señor. Tu seguridad es mi máxima prioridad. Porque sólo si tú estás a salvo, podemos cambiar las cosas. Sin embargo, hace siete años, pareció que desaparecías de la faz de la tierra. Eso me preocupó mucho. Sin embargo, mi intuición me decía que seguías vivo. Por lo tanto, seguí enviando a la gente que yo mismo entrené y que es muy leal al heredero de la familia Clifford para que vigilara por si algún día volvías. Y finalmente, la espera no fue en vano. Nos encontramos aquí", el anciano parecía muy entusiasmado. No dejaba de sonreír mientras miraba al joven que tenía delante.

"Joven amo Rey, ¿dónde has estado todo este tiempo? ¿Qué has estado haciendo para que no hayamos podido encontrarte?", volvió a preguntar el anciano después de que ambos guardaran silencio durante un rato.

El joven, que no era otro que Rey Clifford, no respondió de inmediato. En realidad, él mismo no sabía qué responder. Porque, si respondía con sinceridad a la pregunta del anciano, su otra identidad quedaría al descubierto. Mientras tanto, tenía que ocultar su identidad como comandante en jefe del ejército de Erosia. Porque, si su identidad salía a la luz, era probable que todas las organizaciones hostiles a Erosia lo persiguieran como el hombre más buscado, muerto o vivo.

En ese momento, Black Web acababa de publicar el precio más reciente de su cabeza, que había pasado de cien millones de dólares a quinientos millones de dólares. Y era probable que siguiera aumentando, dado lo difícil que era conseguirlo. Porque Rey no era un cualquiera. Era el Comandante Supremo con cinco estrellas en el hombro. Eran incontables las organizaciones que había destruido, incontables los agentes secretos enemigos que había matado. Y para colmo, él, junto con diez mil soldados lobo, habían conseguido acabar con la coalición de ocho países con un ejército de quinientos mil efectivos. Esta batalla fue recordada como la batalla del exterminio. Y de ahí obtuvo otro título: el de Carnicero del Norte.

En esa batalla, tres mil de sus diez mil soldados murieron, mientras que en el bando de la coalición, murieron más de la mitad de sus efectivos. Y los que sufrieron las mayores pérdidas fueron los Moon Nationwide. Ni uno solo de los soldados que enviaron al campo de batalla regresó con vida. Esto provocó un profundo rencor en sus corazones hacia Erosia, y más aún hacia el comandante en jefe de su ejército, Rey Clifford, el Carnicero del Norte.

"Oh. Eso... En realidad, me escondí deliberadamente porque temía convertirme en el objetivo de mis primos. Por eso no pudisteis encontrarme", mintió Rey.

El señor Marlon frunció el ceño. Sabía cuál era la calidad de las tropas que él mismo había formado con sus propias manos. Era imposible que hubieran fallado en su trabajo de espiar el paradero de Rey. De hecho, podrían identificar hasta a una hormiga escondida en un agujero si esa era su presa. Sin embargo, el anciano no quiso seguir preguntando. Tal vez había cosas que no podían contarse y pensó que era mejor que siguieran siendo un secreto.

"Joven amo. ¿Cuáles son sus planes ahora?", preguntó el señor Marlon cambiando de tema. Sabía que no obtendría nada si imponía sus deseos al joven. Desde pequeño conoció muy bien el carácter del joven. Una vez que guardaba un secreto, era más fácil sacarle la carne de la boca a un león que sonsacárselo.

"¿Yo?", preguntó Rey antes de quedarse callado. Sólo había un plan que quería llevar a cabo: encontrar el paradero de Diana, la joven que una vez le ayudó. Aparte de eso, no lo sabía. Tenía mucho dinero, incluso sin trabajar, no le faltaría dinero. ¿Cómo iba a permitir el Imperio de Erosia que su Comandante Supremo viviera en la miseria? Tal vez, después de esto, sólo observaría los movimientos del enemigo desde las sombras, formaría una fuerza de élite que sólo respondiera a sus órdenes y luego viviría feliz con Diana, la chica que había adornado sus dulces sueños durante ocho años.

"Así es. ¿Cuáles son sus planes ahora, joven amo?", preguntó de nuevo el señor Marlon.

Rey negó ligeramente con la cabeza. Para él, no quería hacer nada más. Sólo quería encontrar a Diana cuanto antes. Eso era todo.

"¿No tiene intención de luchar por recuperar lo que le pertenece por derecho?", el señor Marlon intentó recordar a Rey que debía luchar por recuperar lo que le pertenecía por derecho en la familia Clifford.

"No estoy obsesionado con ser el cabeza de familia Clifford. Para mí, mientras la familia Clifford prospere y permanezca unida, eso es más que suficiente. Quienquiera que sea el cabeza de familia, que lo sea. Yo renuncio", esta respuesta de Rey indicaba claramente que no tenía ninguna ambición de reclamar su derecho como cabeza de familia. Para él, mientras la familia Clifford permaneciera unida, no importaba quién fuera el cabeza de familia.