Reencarne: En Mi Primera Vida

Todo estaba saliendo de acuerdo al plan, el infeliz de Cyprian, empezó a frecuentar la mansión Lavoie, cada vez que venía traía con sigo flores, detalles, cartas de amor hechas a mano, para cualquier persona ese hombre estaba locamente enamorado, pero solo Boa y Rowan sabían lo farsante que era este tipo.

Flora, no desaprovechó la oportunidad tal como lo predijo Boa, cada vez que Cyprian llegaba a la mansión,  ella siempre buscaba la manera de Resaltar, se colocaba vestidos donde se le veía su proporcionado busto, usaba ese tipo de lociones Que a Boa en específico no le gustaban, ya que era desagradable demasiado fuerte.

Boa poco a poco, empezó a aparentar que le estaba gustando mucho Cyprian, lo cual él se sentía ganador, porque él pensaba que estaba logrando su cometido... Pero estaba muy lejos de la realidad.

No tardaron mucho Cyprian y Flora en empezar a tener encuentros íntimos, Boa claramente sabía a dónde se dirigía su prima hasta dos y tres veces por semana diciendo que vería a una amiga, ella sabía que se reuniría con Cyprian, le daba asco de solamente imaginárselos, eran tan asquerosos que ni siquiera se esperaron mucho tiempo para empezar a hacer sus cochinadas, eran Tal para cual y se merecían el uno al otro.

Constantemente, Flora se notaba mucho más feliz que antes, se sentía ganadora y dichosa, ya que el joven Duque le correspondía, la amaba y estaba loco por ella y por su cuerpo... Ella pensaba que ellos eran los únicos que sabían su secreto. Flora empezó a quererse a llevar mejor con Boa, con la intención de que esta tenga una mejor relación con ella para cuando pase lo que tenga que pasar, le duela mucho más la doble traición, y Boa fingió que le creía también, empezó a ir a reuniones con su hermano siempre fiel, y hablaba satisfecha de su compromiso con Cyprian dándole a entender a las personas que ella estaba muy ilusionada con ese compromiso, y que se había empezado a llevar mejor con su prima, que la vida le estaba cambiando...

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Pronto fue aceptado el compromiso, y fue presentada la dote de la familia Lavoie, esto claramente dejó agradecidos a los Duques estaban jurando que se habían salido con la suya.

Ya era oficial, Oficialmente Cyprian y Boa eran prometidos legales y se llevó a cabo una gran celebración, con muchas familias nobles.

Aunque Los Duques Están preocupados, no querían inmiscuirse en las decisiones de su hija, pero de vez en cuando la aconsejaban para que no sea tan entregada, temían que este patán le rompiera el corazón a su pequeña princesa, incluso Roland encaró al que ahora era su futuro yerno, y le advirtió que le rompería todos los huesos si algo le llegaba a pasar a su hija o si le llegaba a romper el corazón, que no habría un lugar en el mundo donde se pudiese esconder.

Como siempre Cyprian era un actor, le prometió que jamás sería capaz de mancillar el honor de su adorada Lady Boa, que ella era la luz de sus ojos y que jamás llegaría a volverle a faltar el respeto como la primera vez. Claramente, el Marqués no se tragó ni siquiera la mitad del cuento, pero ya estaba advertido siempre velaría por su hija aun si se llegara a casar con ese desgraciado, siempre tendría ojos vigilantes en donde se encuentre.

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Mientras tanto en el Palacio Imperial.

_ ¡No estoy de acuerdo!... Dijo furioso Lucían... Yo soy capaz de llevar, ese título sin necesidad de casarme con ninguna dama, te lo he dicho miles de veces padre, yo solo puedo llevar esa carga no necesito casarme, soy realmente capaz, te lo he demostrado muchas veces.

El padre de Lucían, Luciel Ignisborn el emperador, estaba cansado ya de esta situación, pues hacía muchos meses le dio la oportunidad a su hijo de que conociera o de que buscara él por su cuenta a la dama con la que se quiera casar, pero ahora la presión era más fuerte, ya que en solo pocos meses recibiría el título nobiliariode Gran Duque Imperial, él en realidad no quería obligarlo a casarse y confiaba plenamente en la responsabilidad de su hijo, pero han sido leyes durante mucho tiempo, y no podía romper las reglas solo porque era su hijo, él también fue joven y comprendía mucho a su hijo, pero el también sabía que ha diferencia de Lucían, el si había encontrado el amor y se casó por que así lo quiso.

( Luciel Ignisborn, Emperador)

[Los Dragones son especies con un corazón indomable, lo tienen oculto tras una armadura que lo protege, algunos jamás llegan a conocer el verdadero amor y mueren sin haber amado nunca. Muchos que sí lo hacen a veces no son capaces de comprender la magnitud de lo que están sintiendo hasta que es muy tarde.

Luciel es un gran Emperador Dragón el cual pudo encontrar a su alma gemela en Juna, la única mujer capaz de lograr tocarle su corazón y alma y complementar su espíritu, de la unión del amor tan grande que se tienen nacieron Tres hermosos dragones hechos de la pasión que ambos se tienen: Flamir y Lucían gemelos, y dos años después la princesa menor del imperio la pequeña Azura.

A pesar del paso de los años el amor y la pasión jamás se ha acabado permanece como una llama viva que no se consume y que no se consumirá jamás]

Dragne de Ignisborn la madre Emperatriz, era una abuela muy soberbia quien es de ese tipo de personas que creen que todo se debe llevar y hacer de acuerdo a lo que rige la sociedad y no aguantaba más el show que había montado Lucían a si que le dijo: Escúchame bien segundo nieto, tienes un deber que cumplir, no puede pasar más tiempo es por eso que por ti he escogido a la cual considero sería una buena esposa, se trata de la flor del imperio la señorita Odessa Greco la Hija de mi querido Duque Aiden Greco del Pueblo Inferno que queda a dos días de la capital, considero que es la mejor para ti ya que se conocen desde pequeños.

(Dragne de Ignisborn, madre del Emperador)

Todos en la sala quedaron sorprendidos, no esperaban que La madre Emperatriz por cuenta propia tomara esa decisión, ya que no le correspondía

(Vieja Metiche)... Pensó la Emperatriz.

_ Esa fue una decisión que no le correspondía suegra, no va a obligar a mi hijo a casarse con quien a usted le plazca... Dijo Juna con mirada afilada... Solo porque tenga preferencia con ese Aiden desde antes, no voy a permitir que metas a la hija de ese hombre en mi familia.

(Juna de Ignisborn, Emperatriz)

En las mismas le respondió Dragne: Si nadie toma una decisión coherente yo tendría que tomar cartas en el asunto y ya hablé con la señorita Odessa es el mejor prospecto de matrimonio que puede tener mi nieto, es educada, refinada, su linaje decasarse, ya queueno y sobre todo comprende que el deber de una mujer es velar por su marido, y si, es muy de mi agrado el Duque Aiden lo conozco desde que era un niño a pesar de que no tiene mi sangre lo veo también como un hijo.

Flamir al ver la situación y que su padre estaba claramente irritado decidió intervenir: No es necesario que busquen a ninguna persona, mi hermano sabrá elegir con quién casarse ya que los nobles soberbios de la corte real pueden esperarse un poco, todos sabemos que solamente quieren la oportunidad de incluir alguna de sus hijas o nietas en la familia real, no se apresuren tanto y tampoco se den dolores de cabeza, confío plenamente mi hermano se que sabrá tomar la mejor decisión.

Juna le dio una sonrisa de apoyo a su hijo al igual que a su otro hijo, le encantaba que se llevaran tan bien, en cambio, la abuela Dragne salió sin decir nada del salón claramente nos echaría para atrás, ella adoraba a Odessa y quería que ella sea la mujer que le de sus primeros bisnietos, soñaba con eso.

Más atrás de la madre Emperatriz, Juna salió debía hablar con su suegra.

_ Espera Dragne, tú y yo tenemos que hablar.

Dragne voltea con molestias, odiaba que cada vez está sociedad estuviera peor, la educación se la estaban pasando por donde no les da el sol.

_ Cuantas veces tengo que decirle a usted Emperatriz, que me llamen por suegra o por mi título, es desagradable corregirla a cada rato.

Juna entorno los ojos con fastidio.

_ ¿Desagradable?, desagradable es que usted quiera meter su cuchara donde no la llaman.

_ Que vulgar deberías volver a la escuela querida.

_ No Dragne, no necesito volver a la escuela, no tengo porque medir mis palabras contigo, porque no te lo mereces, te lo vuelvo a decir a Odessa no la voy a aceptar por yerna, no me da buena espina, y menos su padre.

_ Pues a mí si me agrada, es perfecta y será la madre de mis bisnietos.

_ Eso lo veremos anciana, dice Juna molesta mientras se retira sin prestarle atención a su suegra quien había quedado irritada