Segunda Vida Entre La Venganza Y El Perdón

Antes de ser Sofía, antes de despertar en un cuerpo ajeno, Anaís ya tenía una vida marcada por la traición y la violencia. Era una joven de 24 años, hija única de una familia poderosa, aunque su apellido nunca se había relacionado directamente con actividades ilegales. Los Novac eran una familia influyente en el mundo empresarial, pero detrás de las máscaras de caridad y filantropía, había secretos oscuros que sólo unos pocos conocían.

Desde joven, Anaís había sido criada para ser la perfecta heredera: inteligente, bella y capaz de llevar el apellido con orgullo. Pero todo cambió cuando descubrió la verdadera naturaleza de los negocios de su familia. Sin querer, se encontró con documentos que implicaban a su padre y sus socios en tráfico de influencias, extorsión, y, peor aún, en la desaparición de su propia madre, que había sido catalogada como un accidente trágico.

La Traición

Anaís había amado y respetado a su padre, pero ese amor se convirtió en odio cuando comprendió la profundidad de sus mentiras. Al intentar confrontarlo, creyendo que aún había una posibilidad de redención, él no dudó en silenciarla. Sabía demasiado, y en lugar de encontrar respuestas, lo que recibió fue la traición definitiva: su padre ordenó su muerte. Pero en lugar de asesinarla directamente, arregló todo para que pareciera un accidente de auto.

El accidente fue brutal. Anaís luchó por su vida en ese momento, pero mientras su cuerpo se apagaba, su espíritu se aferró a la rabia, al deseo de venganza. Y entonces, algo extraño sucedió: no murió, sino que se despertó en otro cuerpo, el de Sofía, una chica de 17 años.

La Venganza

El odio era lo que la mantenía con vida. Anaís quería venganza, no solo por lo que le habían hecho a ella, sino por lo que le habían hecho a su madre. La sed de justicia la impulsaba, y en su nueva vida, tenía la oportunidad de lograr lo que no pudo en su cuerpo original. Su antiguo padre aún no sabía que ella estaba viva, pero cuando lo descubriera, sería demasiado tarde para él.

A medida que se adaptaba al cuerpo de Sofía, Anaís se dio cuenta de que también esta joven estaba atrapada en una telaraña familiar oscura y peligrosa. Ahora, tenía dos motivos para vengarse: su propia historia y la de Sofía.

El Plan

Anaís era una estratega. No iba a lanzarse de inmediato a la batalla, sino que, poco a poco, comenzaría a tejer su red. La información que había obtenido de "S" la ponía en una posición ventajosa. Si Sofía había descubierto los secretos sucios de su familia, Anaís utilizaría esa información en su favor. Pero no sería suficiente exponerlos; quería destruirlos, lenta y metódicamente, haciendo que cada pieza de su mundo se derrumbara mientras observaban, impotentes.

Sentada frente al espejo, Anaís observó el rostro joven que ahora habitaba. Tenía que recordar que ya no era la misma persona que antes. Sofía tenía su propia historia, y Anaís debía manejar su nueva vida con cautela. Nadie debía sospechar que la verdadera Sofía ya no existía, que dentro de su cuerpo habitaba una joven cuyo único propósito era destruir a aquellos que la habían traicionado.

El destino le había dado una segunda oportunidad, y no la iba a desperdiciar.

Anaís se levantó del espejo y salió al pasillo, decidida a continuar su plan. Sabía que el camino hacia la venganza sería largo y peligroso, pero no le importaba. El dolor de su pasado la había moldeado en una mujer sin miedo. Y esta vez, iba a asegurarse de que nadie la traicionara otra vez.