Alana una chica de 18 años, ha vivido sola con su madre desde que tenía 2 años de edad, yabque su padre las abandono, pero no fue empedimento para ellas, juntas salieron adelante y eran muy felices hasta que un día de pronto apareció su padre y la entregó para saldar una deuda que tenía.
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capítulo 1.
Alana, de 18 años, ha vivido sola con su madre desde que tenía dos años, ya que su padre las abandonó cuando ella solo tenía dos años, estableciendo una nueva relación. A pesar de las dificultades, Alana ha encontrado la felicidad junto a su madre Ana Blanco.
Recientemente, se graduó y ha comenzado a buscar trabajo para contribuir con los gastos del hogar, dado que su padre Juan Aguilar, nunca les proporcionó apoyo económico.
Cuando él se marchó, las dejó en una pequeña casa, pero esto no fue impedimento para su madre, Ana, quien valoro tener un lugar donde vivir con su hija. Siempre ha trabajado en la limpieza de casas y vendiendo productos para poder salir adelante con su hija amada.
Gracias a ese esfuerzo, ha podido costear sus estudios. Ahora ella solo desea que su hija continúe con sus estudios en la universidad, pero Alana quiere contribuir a los gastos, consiente del sacrificio que su madre ha realizado por ella.
Alana le ha prometido a su madre que estudiará por las noches y trabajará medio día, y su madre ha aceptado siempre y cuando ella cumpla con su compromiso de estudiar.
Aunque Juan Aguilera su padre no tenía una comunicación directa con ella, siempre la observaba; tenía un plan para su futuro que Alana desconocía.
Juan se encontraba en una situación crítica con su empresa, la cual estaba a punto de perder. Gracias a que su esposa Ligia Gomez tenía tendencia a gastar de manera excesiva, y él le permitía este comportamiento.
Su otra hija Leila Aguilar Gómez, era muy consentida por ambos, aunque no compartía la forma de actuar de su mamá en tantos gastos, ella preferiría disfrutar de más momentos y tiempos en familia en lugar de recibir tantos regalos.
Juan se hallaba sumido en una deuda que otorgaba un plazo de dos meses para saldarla, o de lo contrario, tendría que hacer de frente a las consecuencias que podría afectar a su hija Leila, sin embargo, él nunca consideraría entregar a su hija preferida, por lo que decidió solucionar la situación pagando con Alana. De esta manera, su deuda quedaría saldada y podría recuperar considerablemente sus ganancias.
Actualmente, tiene solo dos meses para determinar como proceder con Alana para llevarla a quien será su nuevo propietario.
Alana se encontraba en su hogar, organizando y preparando el almuerzo para cuando su madre llegara, de modo que todo estuviera listo y pudiera descansar.
Posteriormente, salió en busca de empleo y, al llegar a un restaurante en el centro se topó inesperadamente con su padre. Experimentó un escalofrío, pero decidió continuar.
Ella sabía cómo era y quién era porque su madre le mostraba fotos cuando ella estaba más pequeña, para que supiera quien era su padre a pesar de todo lo que pasó él.
En el momento que camino cerca de él, ella siguió y, Juan la llamó: Alana.
Ella se detuvo, aunque no lo miró, esperando a ver si él volvía a llamarla o si se trataba de sus propios pensamientos.
Finalmente, Juan dijo; Alana, ¿podemos hablar? Ella se dio la vuelta y lo miro de arriba abajo y preguntó: ¡te conozco! Juan sonrió y respondió: Por supuesto que sí, sé que tu mamá nunca dejaría de hablarte de mí.
Alana lo miró a los ojos y preguntó: ¿Por qué piensa eso,? señor?.
Juan, un poco confundido por su respuesta, replicó: porque la conozco perfectamente compartimos más de 7 años juntos, y luego llegaste tú, nuestra pequeña princesa.
Alana, hija. A lo largo de ese tiempo, hubo situaciones complejas, como deslealtades de su parte y la falta de cuidado en la relación, y nos separamos. No obstante, estoy seguro de que ella siempre te hablaría de mí; me amo profundamente y es posible que aun lo haga, te pido dejes a un lado las bromas y hables con tu padre.
Alana sintió un poco de indignación por lo que dijo y respondió: Mi padre, mi padre se fue hace muchos años y nunca se preocupó por nosotras, ni siquiera me visitó. En ningún momento he sido una prioridad para ti como padre; de lo contrario, me habrías llamado o buscado por algún medio. Sin embargo, permíteme disculparme, ya que este tema es personal, si, y estoy muy orgullosa de mi madre. Ahora te pido nuevamente disculpas, pero estoy apurada.
Juan la toma del brazo y dice: Soy tu padre y si no te visite fue porque tu madre nunca me lo permitió. Ella no quiso que te viera debido a que la deje.
Alana le dice: Suéltame, me estás lastimando.
Juan la suelta y le pide disculpas.
"No voy a permitir que hables mal de mi madre, cuando fuiste tú quien decidió irse. Y si tienes razón a menudo me hablo de ti y me mostró fotos para que supiera quien era mi padre; nunca me hablo mal de ti, como pretendes hacerlo tú con ella. No lo pienso permitir, si no apareciste en 16 años, ¿Por qué lo haces ahora? ¿Acaso olvidaste que tenía 2 años cuando nos abandonaste?. ¿Qué es lo que realmente deseas ahora? Contestó Alana.
Juan: No te abandone, tu madre no me permitió verte.
ja, ja, ja, ja, ja, ya veo que seguirás en lo mismo. Mejor termino de irme. Respondió Alana, mientras dio la vuelta para seguir caminando.
Sin embargo, Juan la detuvo diciendo, Alana, necesito tu ayuda. Eres mi hija mayor y en este momento necesito que estés a mi lado.
Alana, sorprendida, volvió a mirar a Juan, y entre risas dijo: vaya, no te preocupaste por mí durante tantos años y ahora llegas con esa cara tan limpia a pedirme ayuda. ¿Acaso crees que debo hacerlo?.
Espera, tu, no tienes otra hija a la que le das todo. Ve con ella y pídele ayuda.
Juan: tu hermana es muy pequeña aun, solo tiene 16 años, mientras tú, ya eres mayor de edad, Alana debo una gran cantidad de dinero.
Alana se vuelve a reír y responde: ¡Y yo debo darte el dinero que debes!. ¡Acaso piensas que somos millonarias¡! Olvidas que nunca nos diste nada, salimos adelante por el arduo trabajo de mi mamá. Tú eres dueño de una empresa, deberías ser capaz de saldar tu deuda.
Fíjate en este momento estoy buscando empleo para ayudar a mi maravillosa madre con los gastos y yo poder seguir estudiando, ja, ja, ja la verdad si tuviera dinero tampoco te ayudaría, ¿Por qué hacerlo si te fuiste y jamás te volví a ver, la verdad es que no sé qué pasa contigo y no me interesa saberlo?
Alana se da la vuelta y comienza a caminar, ya no deseaba escucharlo.
le resultó muy doloroso que su padre la buscara únicamente para que asumiera una deuda que él tenía, sin haber mostrado previamente interés por ella.
Juan la llamaba: Alana, Alana.
pero ella siguió caminando.
se de cuenta del erro que cometio dejar a su hija y la madre de su hija