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Aria De Vida

Aria De Vida

Status: En proceso
Genre:Acción / Superpoder / Sci-Fi
Popularitas:407
Nilai: 5
nombre de autor: Koh

Ella siempre fue un experimento y nunca había visto el mundo exterior. Cuando al fin la dejaron salir, experimentó de primera mano la complejidad de los humanos y sobre todo, la vida en sí misma, salpicada de melodias alegres y tragicas.

NovelToon tiene autorización de Koh para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 7

Alice tuvo su primera cena llena de sorpresas y regustos en su paladar, mientras que los demás sintieron cierta preocupación por su estado mental. Sabían que había estado toda su vida en ese centro de investigación, pero no sabían qué tanto le había hecho pasar en ese lugar y desde que era un bebé. ¡Ni siquiera sabía lo que era una comida normal! ¡Ni el huérfano habría sufrido tal cosa!

Si Alice supiera sus pensamientos, no pensaría que hubiese algo malo. No sufrió hambre o desnutrición o siquiera careció de educación; cualquier otro huérfano hubiera estado feliz donde tener un lugar para dormir y tener el estómago lleno, así solo sea de gelatina.

Así que terminó lamiendo la cuchara, aun teniendo el regusto hasta debajo de la lengua.

-Es hora de lavar los platos – mencionó Roger.

-La máquina servirá – contestó el tío Adonai, pero cuando recibió la mirada severa de Roger, se paró de un salto – Yo puedo hacerlo esta vez. Pero – miró hacia su líder y ella – La próxima vez decidamos con piedra, papel o tijeras.

-Como sea.

Roger se levantó de su asiento, dejó sus platos en el lavabo y se fue a su habitación, dejándolos solos.

El tío Adonai miró en dirección de Alice y le mostró una sonrisa mucho más relajada que cuando se vieron la primera vez.

-¿Sabes jugar piedra, papel o tijera?

-No, ¿Qué es eso?

-¡No puede ser que no lo conozcas! – parecía conmocionado, dejando a Alice insegura – ¡Es el juego más viejo conocido jamás!

Pronto recibió un ligero zape por parte del tío Jeff.

-¡Hey! ¡No estoy exagerando!

-¿Cómo es el juego? Sé jugar, ajedrez, damas chinas, go y naipes. Pero no había escuchado de ese.

-¡Ja! – el tío Adonai parecía divertido con sus palabras – Sabes lo más complicado menos lo fácil. Mira, yo te enseño.

Mientras el tío Adonai le mostraba las reglas del juego de competencia, el tío Jeff, con un suspiro terminó lavando los platos. No era problema para él, pero solo por esta vez dejaría que su amigo se saliera con la suya. No habría próxima y con una advertencia en los ojos se lo había indicado.

El tío Jeff también se retiró a su habitación mientras que ellos dos continuaron con el juego hasta que le tomó el truco.

-¡Bien! Pero déjame decirte que no te lo dejaré fácil. – sonrió con cierta arrogancia – Cuando se trata de labores domésticas prefiero huir.

-¿Es difícil?

-¿Qué cosa?

-Las labores domésticas – Alice miró los trastes en el escurridor. Rememorando, el tío Jeff parecía hacerlo demasiado sencillo – ¿Por qué no quieres hacerla?

-No sé – se encogió de hombros – Simple pereza.

-¿Cómo llegaste a teniente?

El tío Adonai se sentó erguido un poco ofendido.

-Oye, las labores domésticas son diferentes a las estrategias militares y entrenamiento militar – recordó algo y sonrió con malicia – Mañana lo sabrás de primera mano. Es hora de dormir.

Alice se levantó y vio la hora en el reloj holográfico del frigorífico.

Marcaban las nueve de la noche.

Nunca se había desvelado y tampoco quería empezar, de momento, en hacerlo, porque según tenía entendido, luego viajarían hacia las selvas de otro país y no podrían dormir en la comodidad ni a las horas requeridas y ella, no le gustaba sentirse somnolienta.

-Buenas noches… um… tío…

Él le mostró una sonrisa burlona y la despidió con un gesto en su mano.

-Buenas noches querida sobrina.

Al llegar a su habitación, encendió la luz de la mesa que era bastante tenue. Metió las ropas en el ropero y se sentó en la cama sintiendo el cansancio apoderarse de su cuerpo por primera vez en mucho tiempo, que no había sido por el entrenamiento del centro de investigación.

Había comprobado que comenzar a convivir con extraños era realmente cansado, sin embargo, esperaba que pudieran acoplarse lo mejor posible y le enseñasen más cómo ser una familia porque seguía siendo bastante difícil, encontrarle un significado específico.

Se quitó las botas militares y se desplomó en la cama. Se puso la sábana ligera encima y al instante de cerrar los ojos, se quedó dormida.

Por su parte Ryan miraba el techo de su habitación con las manos en la nuca. La noche había sido un comienzo algo torpe pero esperaba que en estos cortos tres meses lograran una convivencia lo suficientemente sólida como parecer una familia real. Aunque se sentía angustiado más que por Alice, por sí mismo, porque estaba oxidado con las relaciones interpersonales. Sería difícil tratar a Alice como una hija, sintiendo el pinchazo de dolor al recordar a su hijo que no recibió su consuelo por tantos años.

Apretó la mandíbula y esfumó esas dudas.

Debía mantenerse firme y concentrado. Necesitaba llegar a su meta y una vez llegado a su hijo, decidiría cómo proceder con la misión. Sabía que no sería demasiado justo con los demás, pero para estar en paz por todo este período, tendría que mantener su mente en un solo objetivo, y ese era llegar hasta el cuartel donde estaba Ruth.

...****************...

A la mañana siguiente, Ryan se levantó temprano para empezar con algunos estiramientos y ejercicios de rutina antes de correr. Aún no había fijado el horario, por lo que no exigió a los demás en levantarse para el entrenamiento, sin embargo, mañana las cosas serían diferentes. Necesitaba verificar las bases físicas y de combate de Alice.

Tal vez fuese solo un producto sobre un experimento, pero sabía de antemano, con la información proporcionada por ese centro de investigación, que Alice había sido entrenada en combate cuerpo a cuerpo. Exactamente no sabía la razón. Tal vez para ver hasta donde llegaban sus capacidades físicas ante el estrés. En cualquier caso, necesitaba verificar las cosas con la niña.

Cuando regresó de su primera vuelta de carrera, vio en el porche a esos tres haciendo estiramientos. Alexander le indicaba algo a Alice mientras que Joe parecía al fin estar listo para empezar a correr.

-Buenos días – saludó Ryan.

-Buenos días, cuñado – le contestó Alexander con cierta burla pero la ignoró.

-Buenos días, um… Roger.

Ryan asintió.

-¿También va a correr?

-Sí – le contestó Alexander – Ana me ha dicho que tiene bastante condición y puede aguantar diez vueltas y lo voy a comprobar.

-Está bien, solo – miró al pelirrojo – No te excedas.

-¿Cuándo lo he hecho?

Se escuchó una ligera tos de Joe y Alexander solo se encogió de hombros.

-Esa vez los nuevos reclutas fueron demasiado ingenuos e irrespetuosos, solo quería llegar a sus expectativas como instructor.

-¿Qué fue lo que pasó? – preguntó curiosa Alice.

-Nada grave – interrumpió Ryan – Vayan con cuidado.

Continuó con su carrera mientras esos tres terminaban sus preparaciones para su ejercicio.

Entonces, esta vez, Alexander recibió su merecido porque realmente no pudo seguir el ritmo de Alice luego de diez vueltas en el circuito de carreras cerca de la cabaña. Alexander se arrastraba con la lengua casi desplomada mientras que Alice continuaba con su carrera sin mostrar cansancio aunque su ropa estaba empapada de sudor.

Cuando hubo terminado todo, Alexander quería empezar el entrenamiento de combate pero Ryan lo detuvo.

Primero desayunemos. A las once mil horas empezaremos el entrenamiento pero será en el centro no aquí.

-De acuerdo – Alexander no parecía arrepentido y todavía más emocionado – Aun hay oportunidad de regreso.

Alice tomó una gran cantidad de agua de la botella que le había dado el tío Jeff y, aunque aún curiosa por ese entusiasmo renovado, decidió no preguntar. La verdad ya estaba un poco cansada pero no quería ceder ante las palabras provocativas del nuevo tío Adonai, porque extrañamente, su provocación era un poco irritante.

Una emoción que Alice jamás había sentido por absolutamente nadie. Ni por la doctora que la miraba con cierta condescendencia.

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YueYue
Brillante
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