Oscura Obsesión.

Al salir del baño miro el vestido en la cama, mira a todas partes y pone seguro a la puerta. Se quita la toalla y comienza a vestirse.

Charlie tenía una cámara en la habitación, pero Lucía no estaba al tanto de ello.

Él gozaba poder observar su cuerpo desnudo y ansiaba el día en que por fin la haría suya. Por ahora solo le quedaba observar lo que se iba a comer.

Lucía vio el maquillaje nuevo, así que supuso que era para ella. Anduvo en la habitación en ropa interior mientras se peinaba y maquillaba. Al terminar solo le quedaba por ponerse el vestido de gala.

Nunca antes había usado un color lavanda, pero al contemplar su reflejo en el espejo se sintió hermosa.

El vestido era largo y con un escote en la espalda hasta la cintura, terminando en un delicado moño al compás de sus caderas.

Llevaba el cabello negro intenso suelo y ligeramente rizado hacia un lado, que ocultaba parcialmente su impresionante espalda, lo que no hacía más que resaltar su encanto.

Al salir de la habitación Charlie ya estaba listo, solo faltaba acomodar su corbata, pero al verla salir tan hermosa y radiante dejo de hacerlo.

Era tan bonita que no podía apartar la vista ni un segundo. Su corazón estaba acelerado y no lo hacía pensar con claridad. Una oleada de éxtasis lo invadió mientras todo su cuerpo se electrizaba.

Después de unos segundos reacciona y toma una caja que había estado aguardando.

"¿Qué es?" Pregunta Lucía al ver que se acerca a ella.

"Necesitas accesorios. ¡Date la vuelta!" Ella obediente hace lo que pide, ya sabe que pondrá un collar, así que no se niega, ya que todas estas cosas la emocionan y hacen feliz.

"Es pesado. ¿Son diamantes de verdad?" Pregunta curiosa por saber.

"Lo son y ahora son tuyos. Este es el primer regalo que te ofrezco, si seguimos así habrá más de dónde vino ese." Hace su cabello a un lado, solo para besar su hombro y después su cuello.

Un escalofrío recorre todo su cuerpo, él era bueno haciendo estás cosas y Lucía no era tan fuerte como ella creía.

"Debemos irnos, ya vamos tarde." Dice después pasar un poco de saliva y recobrar sus sentidos.

Al llegar al evento, un sin fin de personas muy elegantes voltearon a ver a ambos. No pasaron desapercibidos, ya que ella ese había convertido en el centro de atención.

Charlie noto que no era el único que veía a Lucía de manera diferente.

Todos en el salón mostraron su admiración al verla llegar.

Mientras Charlie miraba a todas esas personas, su expresión dio un giro brusco para lo peor. Solo le tomo un momento darse cuenta de que algunos miraban con deseo lo que era suyo y eso lo molesto.

Se acercó a Lucía tomando su mano, no iba a dejar que los buitres pensarán que iba sola.

"¿Qué haces?" Dice entre dientes con una sonrisa.

"Eres mi novia. ¿Ya lo olvidaste? Si te descuido por un segundo alguien vendrá y querrá seducirte."

"No recuerdo que me hayas pedido ser tu novia. Tú solo lo afirmaste, pero no me lo pediste como se debe." Charlie sonríe, pero él ya se proclamó parte de su vida.

"Entonces lo haré en otro momento. Aun así, si digo que eres mi novia, lo vas a hacer aunque sea una farsa para ti."

"De acuerdo..., lo haré. Pero tú también pon de tu parte y no seas tan coqueto. Si eres tan amable con cualquier chica pensaran que estás interesado en ellas. Sé inteligente." Dice en voz baja, manteniendo siempre el porte de la elegancia.

"Lo que mi amada novia quiera, así será." Besa su mano antes de alejarse para ir por unos tragos.

Lucía toma una bocanada de aire, no conoce a nadie y siente que llama mucho la atención, pero hasta el momento nadie la ha reconocido o al menos ella no conoce ninguno de ahí.

"¡Lucía! ¿Dónde te habías metido? Te fui a buscar a tu departamento y no te encontré. Ni siquiera me dejaste una nota o algo, me sentí responsable y pensé que algo te había sucedido."

"Lo siento Lucas, no fue mi intención. Quería decirte de inmediato, pero mi celular se quedó en tu coche."

"Lo sé, pero pudiste avisarme de alguna otra forma. Dime, a dónde fuiste."

"Es una larga historia, no lo tomes personal, pero no quiero contarte. Es vergonzoso y prefiero que no lo sepas. Lo siento, de verdad lo siento."

"¿Y de qué hablan? ¿Está todo bien?" Pregunta Charlie mientras le entrega una copa a Lucía.

Los sentidos de Lucas hacen trabajar a su cabeza. Sospecha que Charlie tuvo que ver con la desaparición de Lucía.

"Nada importante. Tu hermano estaba preocupado y al parecer tiene mi bolso en su auto. ¿No es así?"

"Sí..., están en mi auto. Si quieres puedo llevarte a casa cuando todo termine."

"No será necesario, yo llevaré a Lucía, pero puedes entregar sus pertenencias a mi asistente."

Los dos hermanos se vieron de una manera diferente. Charlie tomó la cintura de Lucía, quería que su hermano supiera que no podía pretenderla o tener cualquier intención oculta con ella.

Ella al verlos pensó que en cualquier momento se dirían de cosas o tal vez iniciarían una discusión. Tampoco quería tentar a su suerte y provocar a Charlie, algo le decía que no lo había conocido del todo molesto.

"Chicos, las donaciones ya van a comenzar. Que les parece si mejor vamos hasta el frente, es más cómodo." Intento persuadir a ambos, pero estos dos parecía que peleaban con la mirada.

Lucas molesto se aparta, se ha dado cuenta de que su hermano y Lucía tienen algo. También siente que Lucía no fue muy sincera con él la noche anterior y esto lo molesto demasiado.

Charlie siempre obtiene lo que quiere y Lucas ya está harto de su comportamiento, le dan ganas de darle una lección.

Al terminar las donaciones, Lucía fue por sus cosas ella misma. Charlie esta vez no la acompaño, pues quería poner a prueba su lealtad y que ella había entendido sus advertencias.

Lucas seguía serio, pero a Lucía no le importaba si estaba molesto o decepcionado. En realidad a ella no le importaba nada si ya no era de su interés o no le beneficia. Incluso si ella había sido la del problema no tenía remordimientos.

"Mi hermano no comparte sus cosas y al parecer te prestó un collar muy costoso. Si te gustaba no debiste mentirme."