Simoné es una chica de 25 años que lucha por obtener siempre lo que le gusta. Nada la detendrá por lograr sus objetivos, aunque tenga que luchar con su propia... ¡madre!
NovelToon tiene autorización de Maria Esther para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
No lo voy a permitir
Simoné ya no dijo nada, pero en el fondo pensaba en algo para poder separar a su madre de Iván.
"Ese señor no le conviene, es menor que ella, a lo mejor se quiere aprovechar para robarle lo poco que nos queda.
Pero no crea que se va a salir con la suya", eran sus pensamientos.
Simoné seguía trabajando, ahora que su padre había muerto tenía que atiborrarse de trabajo para no pensar en eso. Porque además, tenía que pensar en la manera de que su madre e Iván no volvieran a verse.
A Teresa poco le importaban los pensamientos de su hija. Ella seguía saliendo con Iván, se veían muy felices los dos.
.
.
Charly notaba que su novia había cambiado radicalmente, ahora estaba mucho más seria que antes.
$100 por tus pensamientos, le dijo Charly.
Perdóname, lo que pasa que estoy muy preocupada por mi madre.
¿Qué le pasa a tu madre?, preguntó Charly tratando de ver si podía ayudarla en algo.
Anda dizque enamorada de un hombre que tiene muy poco de conocerlo.
¿Y eso te preocupa?, amor, tu madre es una señora hecha y derecha, y solo ella debe decidir si se enamora o no. Recuerda que es una mujer libre.
Charly, ¿de qué lado estás?, preguntó ella enojada de ver que Charly apoyaba a su madre.
Del lado de la justicia, mi amor. Si tu madre está enamorada, ¿en qué te puede afectar a ti?
Charly tú no me entiendes ese señor es más joven que mi madre estoy segura de que solo la busca por su dinero.
Mi amor, deja de preocuparte por esas cosas, mejor vamos a comer, ¿qué dices?
Tú nada más piensas en comer, no tengo hambre. Si quieres ve tú. Es más, no tengo humor para nada, en este mismo momento me voy a mi casa, bye.
Charly la vio a alejarse y solo movió la cabeza negativamente.
"Aquí hay gato encerrado", se dijo.
Cuando Simoné llegó a su casa se encontró con un espectáculo nada agradable para ella.
Iván y su madre estaban besándose en plena sala.
Pero, ¡¿qué significa esto, mamá?! ¿Y eres tú la que me pide que me porte bien? ¿Y ese el ejemplo que me estás dando?
A ver hijita, bájale dos rayitas a tu intensidad. Iván es mi novio y pensamos casarnos. Además, tú ya estás grande, eres una mujer madura y entiendes muy bien de todo esto.
¡¿Casarse has dicho?!, ¿acaso se han vuelto locos los dos?
Iván se levantó del sillón y trató de calmar las aguas.
Simoné, no te pongas así, yo quiero a tu madre bien, pienso casarme con ella y hacerla feliz. ¿En qué te molesta a ti eso?
Mire, para empezar usted es mucho más joven que mi madre, ¿acaso quiere terminar de criarse en ella?
Teresa se levantó y le propinó una bofetada. Mira cómo me estás hablando, eres una irresponsable e irrespetuosa.
¡No voy a permitir que te cases con este hombre! ¿Me oyes?, ¡no lo permitiré!
Simoné azotó la puerta de su cuarto, se acostó en su cama y se agarró a llorar de... ¿Rabia? ¿Celos?
En realidad no sabía por qué esa reacción suya, ni ella misma se entendía.
Teresa abrazó a Iván y le dijo:
No te preocupes por ella, siempre reacciona así cuando algo no le sale bien. Terminará por aceptarte. Ya lo verás.
Yo no comprendo por qué esa actitud de tu hija, pero está bien, estoy dispuesto a hacer lo que sea para ganarme la confianza de ella.
Gracias, Iván, eres muy comprensivo, te amo.
¿Te parece si vamos por ahí a un lugar más íntimo?, le dijo Iván, guiñándole un ojo.
Ella se puso roja, pero aceptó de buena gana.
Los dos salieron de ahí a hurtadillas para que Simoné no se diera cuenta.
Pero no contaban con que ella estaba asomándose por la ventana y los vio salir muy abrazados.
Simoné echaba humo por los ojos de puro coraje, no entendía esa actitud suya, pero así eran las cosas.
"Dios, no sé qué me está pasando, pero no puedo permitir que mi madre se salga con la suya y mucho menos ese Iván".
.
.
En los próximos días, Simoné se negó a hablar con Charly, su presencia le molestaba ya no quería saber nada de él.
Mi amor, ¿qué te pasa, por qué no me quieres hablar?, preguntaba Charly, un tanto intrigado, él de verdad la amaba.
Charly sé que tú me amas, pero yo no puedo sentir lo mismo que tú, mejor será que nos separemos y cada quien viva su vida como mejor le parezca.
¿Estás terminando nuestra relación?
Sí es eso exactamente, ya no quiero nada contigo.
Simoné no le dio chanza de reclamar, se fue y lo dejó ahí con la palabra en la boca.
Charly no supo qué hacer. Pero él quería una explicación y la siguió a su oficina.
Necesito una explicación, Simoné. ¿Por qué me estás cortando?, ¿acaso hay otro hombre en tu vida?
Por supuesto que no, lo único que ya no quiero es andar contigo, ¿no entiendes?, no te amo. Y ahora, hazme el favor de salir de mi oficina. Tengo mucho trabajo.
Charly la observó por unos segundos y después salió de ahí sin decir nada más.
Estaba muy confundido, pero si ella ya no lo quería ver aceptaría su decisión, de ninguna manera pensaba rogarle. Jamás le había rogado a ninguna mujer y no sería ella la primera.
"Yo tengo que saber por qué me está cortando, y juro que lo averiguaré como que me llamo Charly.
.
.
Martín había dejado protegida a su esposa, ella se estaba haciendo cargo de la pequeña empresa que tenía.
No era muy grande, pero no necesitaba más para vivir bien ella y su hija. Aunque Simoné ganaba su propio dinero.
Su empresa se dedicaba a la exportación e importación de productos de belleza para las mujeres, había tenido cierta aceptación entre el género femenino. Y eso le dejaba bastantes satisfacciones. No sin ser millonaria, pero se podía dar ciertos lujos.
El coche que le había dejado su esposo lo cambió por otro más modesto, porque no necesitaba un coche lujoso para moverse por la ciudad.
Ella no era mujer de andar ostentando lo que tenía, vivía con sencillez y delicadeza.