Agnes es una omega de baja calidad, algo que le ha facilitado el drama de estar en un mundo de Alphas y Omegas, pero desde que conoce a Jarek su Alpha destinado sus ferononas comienzan a atraerse el uno al otro llevandolos de un enrredo tras otro.
NovelToon tiene autorización de Gabriela Kienzler para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Cayendo en la trampa
Jarek estaba muy preocupado por la situación que se estaba teniendo, a pesar de que se había encargado del hombre que ataco a Agnes con sus feromonas, su padre aun no seguía tras ella, por suerte aun no sabía del embarazo. El mayor problema era ¿Cómo decirle a Agnes que deje de ir a la oficina por el gran peligro que corre?, eso era casi imposible, la mujer era demasiado testaruda y además no quería obligarla a tomar decisiones que no deseaba, por esa razón decidió estar más alerta que nunca, es por ello que buscaba mínima excusa para estar en contacto con ella mientras se encontraban en la oficina.
- Oigan no creen que hemos visto mucho al gerente por aquí últimamente – comentaron unos compañeros
- Las de almacén dicen que quizás es debido a Rachel, según lo han visto hablar con ella en más de una ocasión pidiéndole la misma información una y otra vez – ríe – como si estuviera buscando una excusa para platicarle.
Rachel es una Omega muy hermosa con alto prestigio en la compañía, quien además es una de las supervisoras más reconocida en la empresa por los superiores, su alto conocimiento y talento para los negocios la convierten en una mujer magnifica para cualquier hombre, Agnes pensó que tal vez los rumores sean ciertos, aunque no había notado la frecuencia con la que el hombre era visto por esos lados y mucho menos platicando con Rachel.
- Yo pienso que harían una hermosa pareja – dice una compañera, su nivel de secreteo era tan bajo que Agnes podía escucharlo claramente.
- Si, imagina como serían sus hijos – dice la otra
- Al ver su belleza y elegancia es fácil entender el interés del gerente – ríen
Escuchar a sus compañeros hablar del tema sulfuro a Agnes, antes de seguir escuchando prefirió levantarse y marcharse del sitio, era ridículo quedarse escuchando rumores mientras había tanto trabajo por hacer. Al salir de la habitación para tomar el ascensor consiguió a Jarek junto a Rachel, la mujer tenía un pañuelo en la mano con el que trataba de limpiar la camisa del hombre.
- No sabe cuánto lo siento señor – decía Rachel mientras frotaba el pecho del hombre con el pañuelo
- Tranquila – sonríe – solo es café - Agnes no pudo dejar de notar la forma en que el hombre observaba a la mujer, algo que por algún motivo le molesto.
- Yo pagare la tintorería – dice la mujer quien se rindió en tratar de quitar la mancha de la camisa – deme su número, le hare saber cuándo este lista
- No tienes que tomarte tantas molestias – le sonríe nuevamente – ya le dije que solo era café y esta es solo una camisa, tengo montones de estas en mi casa, no te preocupes – Agnes molesta por comprobar que los rumores eran ciertos paso por un lado ignorando a la pareja.
- Oh señorita Roig, no la había notado – le dice Jarek sonriéndole como un tonto, de seguro estaba muy feliz a causa de esa mujer - ¿A dónde se dirige? – le pregunta
Pasan tres días de lo mismo y Agnes comienza a ignorar a Jarek aunque su sonambulismo la sigue llevando a la habitación del hombre por las noches y despertando abrazados por la mañana, no podía seguir de esa forma, pero su instinto la seguía llevando hacia ese hombre que sin tomarle mucha importancia la recibía en su cama y la tomaba en sus brazos. Mientras en la oficina los rumores sobre el romance de Jarek y Rachel era cada vez más fuerte incluso se comentaba que estaban a punto de ser pareja, si es que ya no lo eran, tal situación le creaba una incomodidad aún más grande a Agnes, tal vez sea por el embarazo, no lo sabía, pero sin duda todo ese tema le causaba una gran molestia.
Para Jarek la situación no era tan diferente, el tener que vigilar a Agnes mientras pasaba cada que podía por el lugar ya lo estaba cansando, la excusas se le estaban acabando y más la paciencia, ¿quizás debía solo cambiarla de departamento y colocarla al lado del?, no, no podía, lo más seguro era que la mujoer se negaría a tal cambio, además de que también estaba el hecho de que no existía ningún departamento en toda la empresa que estuviera justo al lado de su oficina, la única que se encontraba justo a su lado era su asistente y no podía reemplazar a la mujer con Agnes de buenas a primera, por lo menos no sin que se riegue algún tipo de comentarios, aunque a él no le importaban en lo más mínimo las cosas que se hablaban en la oficina, pero por algún motivo para Agnes era muy importante que no se crearan rumores con él a su alrededor.
- Deberíamos revisar – Rachel le estaba hablando mientras se encontraba sumergido en sus pensamientos
- Disculpa, ¿podrías repetirme lo que me estabas diciendo? - últimamente le pedía de forma personal los informes a los supervisores, al parecer esta mujer se ofreció a recolectarlos todos y hacerle entrega de ellos a Jarek por sí misma, incluyendo un informe verbal de todo lo planteado, aunque mayormente no le prestaba mucha atención a lo que le decía la mujer como en ese momento. – estaba pensando en unos asuntos que debo resolver – sonríe
- Claro, imagino que tiene muchas cosas en mente – sonríe – no debe ser muy sencillo ser el gerente de una empresa tan grande, su pareja debe sentirse muy orgullosa de usted – sonríe y coloca un mechón de su cabello tras su oreja, sin duda le estaba coqueteando
- ¿Qué tema estaba tratando hace un momento? – le pregunta ignorando los gestos y la sonrisa coqueta de la mujer
- Pues le decía que se desaparecieron veinte cajas del producto que está en lanzamiento, ya se verifico y no aparecen por ningún lado – su expresión era un tanto tímida – le decía que deberíamos de ir a revisar al almacén y levantar el informe, yo sé que no es parte de su trabajo – baja la mirada – pero no me gusta estar sola en lugares oscuros y el almacén es muy solirtario.
- Bien, te ayudare con eso – le sonríe – vamos
- Muchas gracias señor – negarse a ayudar a la mujer era más tedioso, debía inventar una excusa y no tenía ánimos de hacerlo, iría allí vería la situación y listo. Caminaron hasta llegar al almacén y entraron en el lugar.
- Levantemos rápido ese informe para poder irnos rápido, te ayudare con el numeral de las cajas desaparecidas – le dice mientras comienza a verificar los números, la mujer se encontraba a sus espaldas cerca de la puerta.
- A decir verdad, solo busque una excusa para estar a solas con usted – cerro la puerta del almacén con seguro y comenzó a liberar sus feromonas.
