Un Amor No Tan Prohibido

Esa noche fue una discusión larga, Leonel no se quería ir, él quería quedarse cuidando de Emma, y Carol tampoco se quería ir, ella también quería quedarse cuidando de su hija, así estuvieron por al rededor de 1 hora

— Yo me quedo — dice Leonel 

— No, me voy a quedar yo con Emma — dice Carol 

— No, me quiero quedar yo con ella, ustedes vayan a descansar — continúa Leonel 

— No, ve tu a descansar, yo me quedo con mí hija — sigue diciendo Carol 

— Suficiente, se queda Leonel al cuidado de Emma, tu y yo vamos a descansar, debemos comer que aún no hemos comido — le dice Emiliano cortando la discusión 

— Pero me quiero quedar, ella me necesita — dice Carol con tristeza 

— Ella está bien, y si necesita algo se lo puede pedir a Leonel o a las enfermeras — le dice Emiliano 

— Y si quiere ir al baño? Y si se quiere bañar? Leonel no la puede ayudar en eso — dice Carol 

— Mamá estoy bien, en caso de querer ir al baño o bañarme puedo caminar sola, no estoy paralitica, ve a descansar y mañana temprano vienes, y de paso me traes ropa — le dice Emma intentando convencer a su madre 

— Está bien cariño, solo por qué me lo pides tu — dice mirando enojada a Leonel y Emiliano 

Carol se acerca a darle un beso de despedida a su hija y luego sale de la habitación enojada ignorando a los hombres presentes 

Emiliano al verla, sale detrás de ella intentando alcanzarla

 Leo aún permanecía en la habitación con ellos 

— Voy hasta la cafetería, te traigo algo para que comas y luego me voy también — le dice Leo a Leonel 

— Ve tranquilo papá, yo estoy bien así — le responde Leonel 

— No, ve a comprarle algo para que coma papá, no puede estar sin comer hasta mañana — dice Emma 

— Estoy bien amor, no te preocupes por mí — le responde Leonel 

— Sino dejas que papá te traiga algo para que comas, entonces te echaré de la habitación y no volverás hasta que hayas comido algo, me entiendes? — le dice Emma enojada 

— Está bien mi amor — le dice resignado a Emma — papá no me traigas mucha comida, con un sándwich me conformo — le dice ahora a su padre

Leo asintió con la cabeza y luego salió de la habitación dejándolos solos 

Ambos quedaron en silencio por unos minutos hasta que Emma decidió hablar 

— Aún sigues con Samantha? — pregunta de repente haciendo que él la mire 

— Claro que no, terminé con ella el mismo día que te fuiste — le responde él 

— En serio? — pregunta sorprendida 

— Claro, no pensaba seguir con ella, después de que por su culpa tu te fuiste — le responde él tranquilo 

— Y ella como lo tomó? — vuelve a preguntar Emma 

— No le gustó, siguió fastidiandome unas semanas más, pero yo no le di más bola — le dice Leonel 

— Entiendo — solo responde ella 

Ninguno de los dos dijo más nada, permanecieron en silencio hasta que llegó Leo con la comida para Leonel, Emma ya había comido, le habían llevado la comida mucho antes de que se fueran Carol y Emiliano 

Después de que Leo se fue, a los pocos minutos Emma se quedó dormida y Leonel comenzó a comer, luego se acomodo en la silla junto a ella y apoyando la cabeza en la cama se quedó dormido él también.

A la mañana siguiente Emma y Leonel estaban desayunando cuando la policía llegó, necesitaban el testimonio de Emma sobre lo ocurrido con Tobías 

Emma comenzó a contarles todo, desde que se conocieron hasta que se pusieron de novio, lo tierno, cariñoso y atento que era con ella hasta ese día que ella le dijo que se iría unos días a ver a su familia y él le prohibió irse sola y ella al negarse comenzaron a discutir y él comenzó a golpearla y dejarla encerrada

— Bien señorita Cárdenas, el juicio contra Tobías Milton se llevará a cabo el próximo lunes, así que hasta ese día no puede salir del país, ya que usted es la principal testigo del caso — le dice uno de los policías 

— De acuerdo oficial, muchas gracias — le responde Emma y los policías se fueron 

Emma estaba nerviosa, ella quería irse lo más pronto posible de ese país, pero no le quedaba más que permanecer todos esos días ahí hasta que el juicio finalizara.

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El día del juicio había llegado, Emma ya hacía 3 días que le habían dado el alta y se encontraba en su departamento con Leonel 

Sus padres hacía dos días que se habían vuelto para Seattle, ya que debían continuar con sus trabajos, menos Emiliano que se había quedado con ellos por qué sería el abogado de Emma en el juicio  

Emma ya se encontraba mejor, aunque todavía tenía muchos hematomas en el rostro, este ya no estaba inflamado y con un poco de maquillaje podía cubrir los hematomas normalmente.

— Cómo te sientes princesa? — le pregunta Leonel 

— Nerviosa y con miedo, no quiero ir a testificar, pero se que no tengo opción, no quiero verle la cara a ese maldito — dice nerviosa 

— Tranquila, él ya no puede hacerte más daño, estará custodiado por los policías así que no se te acercará y yo estaré cuidándote — le dice Leonel intentando tranquilizarla 

— Lo sé, pero aún así no puedo evitar los nervios — le dice ella jugando con sus dedos por los nervios 

— Vamos yendo que ya casi es la hora — le dice Emiliano, Leonel la toma de la mano y los 3 salen del departamento y toman un taxi hasta el tribunal 

Al llegar entran y caminan hasta la sala donde se dictará el juicio cuando de repente la agarran de los pelos a Emma desde atrás haciéndola caer 

— Maldita mocosa, levanta la denuncia contra mí hijo, levantala ahora, maldita, maldigo el día en que mí hijo se metió contigo — le grita la mujer enojada 

— Señora comportese sino quiere terminar presa usted también por amenaza y violencia contra mí clienta — le dice Emiliano parándose frente a ella mientras Leonel ayudaba a levantarse a Emma 

Emma sin decir nada continúa caminando hasta la sala seguida por los dos hombres y dejando a la mujer ahí parada que no dijo más nada después de lo que Emiliano le dijo 

Al entrar a la sala se dirigen hasta sus asientos frente al estrado del juez, pero justo cuando estaban llegando, Tobías que ya se encontraba dentro se levanta al ver a Emma 

— Emma cariño lo siento, perdoname mí amor, prometo no volver a ponerte una mano encima, lo juro, pero por favor perdoname — le dice Tobías desesperado intentando agarrar su mano, pero Leonel se adelanta, la abraza por la espalda y la aleja de él, eso hizo que Tobías enfureciera — QUITALE TUS SUCIAS MANOS DE ENCIMA A MI MUJER, MALDITO BASTARDO COMO TE ATREVES A TOCARLA FRENTE A MI, TE VOY A MATAR — grita furioso 

— Jajajaja tu mujer? Sigue soñando, ella no es nada tuyo, la perdiste el mismo día que le pusiste una mano encima, pero te agradezco por eso, por qué ahora ella es nuevamente libre y al fin vamos a estar juntos como siempre debió ser — lo provoca Leonel y Tobías explota aún peor 

— TE VOY A MATAR MALDITO — dice intentando saltar la barra que lo separa del pasillo de la sala, pero los policías lo sujetan de inmediato — JAMÁS VOY A PERMITIR QUE ELLA ESTÉ CONTIGO, ELLA ES MÍA, Y EL HIJO QUE LLEVA EN SU VIENTRE ES MÍO — sigue gritando enojado 

— Cual hijo? El que tu mismo asesinaste con los golpes? Ya no existe un hijo ahí dentro, tu mismo te encargaste de que dejara de existir, porque gracias a la paliza que le diste a ella, terminó perdiendo el bebé, ahora ya no lleva nada tuyo en su vientre, ya no es más tuya y tu te pudriras en la cárcel por ser una escoria de persona — le dice Leonel enojado 

Tobías quedó en silencio con eso que le había dicho Leonel, él aún tenía la esperanza de que Emma siguiera embarazada y tratar de convencerla de que lo perdone y criar a su hijo juntos, pero todo se le fue de las manos 

Emma seguía en silencio y sin mirarlo, no quería verlo, verlo le hacía recordar todas las veces que él la golpeó y eso le causaba miedo, solo deseaba que el juicio terminara rápido y así poder volver a su país junto con su familia.