⚠️ ADVERTENCIA: ES UNA HISTORIA CON CAPITULOS SENSIBLES ⚠️ PARA +18
Margarita Linares era una jovencita dulce que tenía muchos sueños; sin embargo, la crueldad de hombres poderosos la hicieron vivir la más dolorosa de las experiencias haciéndola experimentar una muerte dolorosa; una situación inesperada y sorprendente hizo que volviera a la vida regresando en el tiempo, y esta vez tome la decisión que en su vida pasada no pudo tomar, y aunque eso pueda significar sufrir humillaciones y estar atada a un hombre peligrosa, está decidida a hacer cualquier cosa para vengarse.
James Thompson es uno de los empresarios más exitosos del país; riguroso, inflexible, severo y muy duro, jamás otorga segundas oportunidades y se cobra cada cosa que le hacen. James puede tener lo que quiera con solo desearlo, su crianza fue tan estricta y dolorosa que es incapaz de valorar la ternura y la bondad; sin embargo, pronto su vida cambiará.
¿Podrán Margarita y James salir ilesos de su sociedad vengativa?
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8. El dinero en la cuenta
En el escenario se lleva a cabo una obra teatral, por un momento Margarita se olvidó de todo lo malo, de quien estaba a su lado y porque estaba ahí, de todo lo que le robaron y veía con esa sensación de quien ve todo por primera vez; empezó a disfrutar el momento, el rostro se le iluminaba y una sonrisa sincera se le dibujaba en el rostro, como aquel que descubre la vida paso a paso, como aquellos que la disfrutan sin saber que se puede perder en cualquier momento.
James la miraba perplejo, como alguien que había determinado vender su cuerpo podía emanar tanta inocencia, era evidente que no estaba ante una trata de blancas, la mujer a su lado había decidido voluntariamente esa vida.
El espectáculo termina y Margarita aplaude emocionada, cuando voltea se toma con los ojos oscuros del hombre que la ha comprado y la realidad la golpea nuevamente.
- "Parece que le gustó mucho el espectáculo", dijo James.
- "Fue entretenido, ¿le gustó a usted?", consultó Margarita con una sonrisa dibujada, James notó de inmediato la diferencia.
- "Sí. Mire la carta y pide lo que desee", respondió James.
Margarita miró el menú, estaba confundida sobre cuál elegir, en las reuniones en la casa de Mussi vio platos elegantes, realmente no conocía los nombres como para ahora pedirlos.
- "Le podría hacer una sugerencia, si gusta", expresó James.
- " Claro, gracias", dijo Margarita con su sonrisa dibujada.
James pidió risotto con trufas en una mezcla de cremini, ostras y hongos shiitake; y las losas de foie gras cocidas, acompañando con un vino Grand Cru de Musigny. Margarita abrió los ojos aquel vino es especialmente caro, lo sabe porque en su otra vida cuando trabajaba para Demian Mussi, casi se le cae una botella de esas y fue el primer maltrato que recibió en esa casa, esa fue la señal para salir corriendo, pero su familia solo tenía deudas y más deudas que se terminó quedando.
No obstante todo lo horrible, hay algo de trabajar en esa casa que le dio ventaja; vio con atención como se desenvolvían las personas, así que imitó a la perfección y los movimientos, conociendo que cubierto usar en cada caso.
James era un hombre observador, no había hecho su fortuna siendo un tonto, la muchacha era un enigma, por momentos parecía sencilla y tímida, por otros directa y enfocada, y en algunos hasta sofisticada; un interés extraño surgió en él, descubrir realmente que encerraba dentro de ella, como es la verdadera mujer que tenía a su lado.
La conversación de la cena fue sobre el clima y los lugares turísticos de aquella ciudad porteña, si no supieran quiénes son cada uno, podrían pasar como cualquier pareja en una salida nocturna. Pero James sabe que ha comprado a esa muchacha, porque tiene ganas de ella y Margarita sabe que está ahí para iniciar su venganza.
La joven revisa su móvil, la constancia de que el setenta y cinco por ciento de lo que pagaron por ella ya está en su cuenta; lo que le recuerda que está ahí porque esa noche deberá tener relaciones sexuales con el hombre que pagó por ella, ¡que romántico!, ironiza dentro de ella; mientras el hombre también está revisando el móvil, Margarita hace la transferencia al hospital, el administrador le escribe que todo está conforme, programarán la operación para dentro de tres días, ella se emociona, pero tiene que disimular; al menos lo que hace le dará la satisfacción de salvar la vida de su padre.
Margarita guarda su equipo, toma un poco de vino, la música suena y respira, mira la hora del gran reloj del salón, agradece que no sea de péndulo porque, sino su cuerpo se estremecería del pánico. James toma el rostro de la joven, y la hace voltear para que lo vea.
- "Te estaba hablando, pero parecía que tu mente estaba en otro lado", dijo James.
- "Lo siento, señor. No era mi intención no prestarle atención, solo que recordé algo, lo lamento", expresó Margarita.
- "¿Te gustaría bailar?", preguntó James, él no solía tomarse tanto trabajo, y no se imaginó hacerlo con alguien a quien le pagaría por estar con él. Pero como era la primera vez para la muchacha tendría ciertas consideraciones, solo que si le gusta se aseguraría de tenerla hasta que se aburra de ella.
- "Sí", dijo Margarita con la sonrisa dibujada. Si eso fuera una cita real y no le hubiesen lastimado tanto, disfrutaría la velada. Pero la pregunta no admitía otra respuesta que no sea una afirmación.
Margarita tomó la mano de James que la llevó a la pista de baile; la tomó de la cintura, la pegó a él, y fue la primera vez que la sintió temblar. Margarita casi instintivamente se quería separar, pero su mente obligó a su cuerpo a no hacerlo, tenía que acostumbrarse a la cercanía de ese hombre; ya que más tarde irremediablemente tendría que estar en sus brazos de una manera más íntima.
Así que la joven solo sonríe, y sigue el ritmo de la música, pegada al hombre que la había ver tan pequeña, era obvio que recibía entrenamiento, aún sobre el traje se notaba el cuerpo trabajado, tenía que mirar para arriba aún con los tacos puestos, y sus manos eran grandes que abarcaban gran cantidad de su cuerpo. Ambos bailan sin dejar de mirarse, después de algunas piezas más de baile, irán a la suite preparada en el hotel. Él ya la desea, y ella repite una y otra vez "tú puedes hacerlo" en su mente.