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CECIL EL FINAL DE LA VILLANA

CECIL EL FINAL DE LA VILLANA

Status: Terminada
Genre:Completas / Traiciones y engaños / Secuestro y encarcelamiento
Popularitas:14.3k
Nilai: 5
nombre de autor: CINTHIA VANESSA BARROS

Cecil Moreau estaba destinada a una vida de privilegios. Criada en una familia acomodada, con una belleza que giraba cabezas y un carácter tan afilado como su inteligencia, siempre obtuvo lo que quería. Pero la perfección era una máscara que ocultaba un corazón vulnerable y sediento de amor. Su vida dio un vuelco la noche en que descubrió que el hombre al que había entregado su alma, no solo la había traicionado, sino que lo había hecho con la mujer que ella consideraba su amiga.

NovelToon tiene autorización de CINTHIA VANESSA BARROS para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPITULO 15

Capítulo 15.

La mañana era fría y gris, como si el clima reflejara la tensión que llenaba la sala de reuniones en la empresa de Cecil. Edwards, Clara y los padres de Edwards entraron al edificio con expresiones que oscilaban entre la resignación y el orgullo herido. La familia había sido una vez poderosa, pero ahora estaban reducidos a pedir ayuda a la mujer que habían traicionado y humillado años atrás.

Cecil los esperaba en la sala de juntas, impecablemente vestida, con una postura firme que no dejaba lugar para dudas sobre quién estaba al mando. En la mesa, perfectamente organizados, estaban los contratos que detallaban el acuerdo. Cecil no mostró emoción alguna mientras les indicaba que tomaran asiento.

—Vamos a empezar —dijo con voz tranquila pero autoritaria.

Los padres de Edwards, especialmente su madre, mantenían una expresión altiva. No se molestaron en disimular su desdén, aunque estaban allí por necesidad.

—Esto no es una derrota para nosotros, Cecil, —dijo la madre de Edwards con un tono afilado—. Es simplemente una forma de proteger el legado de nuestra familia. Años de trabajo no se pueden perder por una racha de mala suerte.

Cecil mantuvo su semblante impasible. Había esperado ese tipo de comentario, pero no iba a permitir que las provocaciones la afectaran. En cambio, centró su mirada en Edwards, quien parecía incómodo, sentado en silencio, como si quisiera que el suelo lo tragara.

—Lo que sea que lo motive no me importa —respondió Cecil con calma—. Lo que importa es que acepten las condiciones, porque no hay otra opción.

Clara observaba todo desde su lugar. No podía evitar sentirse diminuta ante la fuerza de Cecil. Por años había creído que la venganza la consumía, pero ahora veía que Cecil era mucho más que eso: era inteligente, calculadora y, sobre todo, inquebrantable. Clara respiró hondo cuando Cecil comenzó a explicar las disposiciones del acuerdo.

—Edward regresará a Florida con uno de mis gerentes, quien se encargará de supervisar todas las operaciones. Será mis ojos y oídos, y cualquier decisión importante deberá pasar por mí. Clara, tú te quedarás aquí como mi secretaria personal. Tus responsabilidades comenzarán hoy mismo. Si todo sale bien, en un año podremos renegociar los términos. Hasta entonces, no habrá cambios.

Un silencio tenso llenó la sala. Edwards alzó la vista, pero no dijo nada. Sabía que no tenía margen para negociar. Clara, por otro lado, parecía estar procesando todo.

—Un año… —susurró Clara, más para sí misma que para los demás.

Cecil notó el murmullo, pero no dijo nada. Dejó que el momento se asentara antes de continuar.

—Si deciden no cumplir con los términos, mi inversión se convertirá automáticamente en la adquisición total de la empresa. Así de simple.

La madre de Edwards apretó los labios, claramente molesta, pero no tenía más remedio que asentir. Después de un momento, todos comenzaron a firmar los documentos, cada trazo de tinta sellando su dependencia de Cecil. Cuando terminaron, ella recogió los papeles, los revisó meticulosamente y luego los colocó en una carpeta.

—Eso es todo por ahora. Edwards, prepárate para viajar mañana. Clara, quédate. Necesito hablar contigo sobre tus nuevas responsabilidades.

Los padres de Edwards no ocultaron su disgusto, pero se levantaron y salieron sin decir nada. Edwards fue el siguiente, lanzando una última mirada a Cecil antes de desaparecer tras la puerta. Clara permaneció en su asiento, con las manos entrelazadas sobre su regazo.

Cuando quedaron solas, Cecil tomó asiento frente a Clara, cruzando las manos sobre la mesa. Por un momento, ninguna habló. La tensión en la habitación era palpable, pero Clara fue la primera en romper el silencio.

—Sé que esto no es fácil para ti —dijo Clara, en voz baja—, tenerme aquí después de todo lo que pasó.

Cecil la miró fijamente, sus ojos mostrando una mezcla de dureza y compasión.

—Esto no es personal, Clara. Bueno, no del todo. Es un asunto de negocios, y quiero asegurarme de que entiendes eso. Pero si hay algo que puedo decirte, es que este acuerdo es más de lo que tu familia merece.

Clara bajó la mirada, asintiendo lentamente.

—Lo sé. Y no estoy aquí para defender lo que hicimos. Estoy aquí porque no tengo otra opción… y porque quiero cambiar.

Cecil no respondió de inmediato. Observó a Clara con atención, como si intentara descifrar si esas palabras eran sinceras.

—Tienes mucho que demostrar, Clara. A mí, a ti misma y a ese niño que está esperando en casa por una madre que nunca ha estado realmente presente.

Las palabras de Cecil golpearon con fuerza, pero Clara las aceptó sin discutir. Sabía que tenía razón.

—Lo haré —respondió Clara, con un tono que reflejaba una determinación recién descubierta.

Cecil se inclinó ligeramente hacia adelante y agregó:

—No hago esto para humillarte como tú y tu esposo lo hicieron conmigo en el pasado. Lo hago porque necesito tener a mis enemigos cerca para protegerme. Además, Clara, conozco muy bien la verdadera condición de tu matrimonio. Tómalo como un aprendizaje.

Clara asintió nuevamente, sin encontrar palabras para responder. Cecil se puso de pie y señaló hacia una carpeta que estaba sobre la mesa.

—Bien. Ahí están los detalles de tus primeras tareas. Comienza con eso y veamos si estás a la altura.

Clara tomó la carpeta, sintiendo el peso simbólico de lo que significaba. Mientras salía de la oficina, reflexionó sobre lo que acababa de escuchar. A pesar de todo, Cecil había pensado en su hijo al organizar sus tareas para que solo trabajara medio tiempo. Fue un gesto que Clara sintió que no merecía, pero que apreciaba profundamente. Con una mezcla de sentimientos, se prometió no desperdiciar esta oportunidad y demostrar que aún podía reconstruir su vida.

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Martha Patricia Henry Anaya
es cierto que la gente puede cambiar pero se está pasando de confiada
Blanca Ramirez
excelente historia
Teresita Milano
Excelente
Anonymus
Cinismo y egoísmo en su máxima expresión 😡
Evelyn Osorio Ramirez
Excelente
Edy
Felicidades aurora a mi me encantó, estubo muy bonita, excelente trama y más que nada la reflexión... Aprende, vive, respeta y continúa ❤️
Ophelia Palafox
y que pasó después??? 😬😬😬😬😬😬
Edy
🙊
Edy
❤️❤️❤️❤️ gracias autora
Edy
pública lo que falta autora porfa, no nos dejes con la intriga, está súper interesante🥺❤️
Edy
🥺su capacidad de perdón es sorprendente
Elizabeth Yesenia Rojas
Excelente
Andrea G
la trama es interésante y un poco diferentes a como suelen ser las novelas de venganza que empieza contando el pasado de la protagonista
Andrea G
Se ve interesante la historia y el prolongo es un atrapante /Smile/
Juana Paz Cabrera
Excelente
America Guzman
atrapada con esta novela /Drool//Drool//Drool//Drool//Drool/
Booteliel Marian: gracias por leer, 😊
total 1 replies
Ophelia Palafox
me encanta tu historia, /Drool//Drool//Drool//Drool//Drool//Drool//Drool/
Booteliel Marian: gracias por sus comentarios 😊
total 1 replies
Ophelia Palafox
esta capítulo me encantó, sobre todo la frase de la tía matilde, "no se necesita el permiso de nadie para ser feliz "
Ophelia Palafox
ohh!! ¿cual será esa historia de los tres?
Ophelia Palafox
muy buena, me gusta mucho como vas desarrollando la historia
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