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ANÓMALOS

ANÓMALOS

Status: En proceso
Genre:Acción / Aventura / Superpoder / Secretos de la alta sociedad
Popularitas:3.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Asdile

Lian se enfrenta a la realidad en la que despierta como un anómalo, y deberá enfrentarse a las dificultades que su mundo le preparará; un mundo en el que la iglesia y la sociedad consideran a los anómalos como personas malditas, mientras el gobierno los ve como una amenaza.
¿Cómo superará Lian todos los desafíos por venir?

NovelToon tiene autorización de Asdile para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 6: Interrogatorio

—Maldito reloj, ¿Por qué tuviste que dañarte?

Ahora estaba regresando hacia donde me había despedido de Sofía. ¿Por qué? Porque había olvidado mis cosas ahí dentro. Aunque no tenia ni idea de si mi maletín y el paraguas estaban ahí, pero tenia la esperanza de que así fuera.

—¡Oh!, ahí estan mis cosas.— exclamé de alegría al ver mi maletín y el paraguas a un lado del inicio del túnel.

—¿Una nota?... Veamos que dice.

Lian, aquí están tus cosas.

Habiendo leído la nota, decidí checar si todo lo que tenía en el maletín estaba ahí.

«Espera, ¿Por qué está todo desordenado?»

—Esos tipos abrieron mi maletín.— murmuré con cierto enfado en mi voz. —¡Aah!, ahora entiendo como sabían mi nombre.

Nunca me puse a pensar en algo como eso, bueno, la situación no era para que le tomara importancia a algo así. Solo espero que esten todos mis papeles aquí.

Luego de haber confirmado que todas mis pertenencias seguían en el maletín, me puse en marcha una vez más hacia la salida del túnel.

«¿Cuánto tiempo habré estado aquí abajo?»

Y después de haber caminado por varios minutos, pude llegar hasta el final del túnel, saliendo en uno de los canales de la ciudad, como me había dicho Sofía.

El Sol se encontraba en el punto más alto, por lo tanto, era mediodía. Al menos sabía a que horas eran, pero… ¿Por dónde podré subir?

Y es ahí cuando me acordé de algo. Al ser un canal artificial que cruza la ciudad, tiene varias rampas por si alguien llegaba a caerse dentro del canal. Además, por suerte para mí, el caudal del canal se encontraba en niveles bajos, haciendo más fácil el poder moverme por este.

«Bien, ¿En dónde estará una rampa para subir?»

Y con eso en mente, comencé a moverme para buscar la rampa, pero no todo sale siempre como uno lo planea.

—¡Tú... No te muevas de donde estas!

—¿Eh?

Traté de girarme, pero la chica volvió a decirme que no me moviera.

—Te dije que no te movieras.— exclamó con seriedad.

«¿Qué?»

La chica se había acercado hacia mí en cuestión de segundos, no pude ni escuchar sus pisadas, pero ahí estaba, poniéndome unas esposas.

—Espera, ¿Por qué me esposas?¿Qué hice?

—Solo guarda silenció.

—¡Ey!, necesito saber porque estoy esposado, y... ¿Quién eres tú?

—Soy la agente Carolina de la DCA, y estás bajo arresto por sospechas de colaborar con una organización formada por anómalos.

—¡¿Qué?! ¡Eso es mentira!

—Bueno… Eso yo no lo sé, y por eso tendremos una pequeña conversación.

—…

—No intentes escaparte, solo me alejaré por un momento, ¿Entendido?

—Sí, está bien.

Y así la chica se alejo unos metros. No podía ver que hacía, ni lograba escuchar nada, pero después de un par de minutos se escucharon sus pisadas acercandose a mí.

—Bien, ¿podría decirme su nombre?

—…

—Señor, ¿Me puede dar su nombre?

—…

(Recibe un golpe en la costilla)

—¡Auuch!, ¡¿Qué crees que haces?! ¡¿Estás loca?!

Una vez estando tirado en el suelo, pude ver a la chica llamada Carolina; ella tenía la piel clara, pero sin llegar a ser pálida, su cabello rizado y castaño le llegaba hasta la espalda, y sus ojos eran marrones oscuros; llevando puesto un vestido rojo que le llegaba hasta la rodillas, y teniendo puesto un cinturón que se ajustaba a su cintura.

—¿Cómo se llama, señor?— exclamó con una ligera risa.— ¿Necesita escuchar la pregunta una cuarta vez?— dijo mientras formaba un puño con su mano.

«Definitivamente está loca»

—Lian, me llamo Lian.

—Lian… También su apellido, por favor.

—Lian Gray.— dije con cierto enfado en mi voz.

—Listo… Vés, no era tan difícil decirme su nombre, señor Lian.

—…

—¡Vamos!

—¿A dónde?

—Le dije que íbamos a tener una pequeña conversación, así que iremos a un lugar más privado.— dijo con una sonrisa maliciosa en su rostro.

Entonces, buscamos una rampa por la que subir, no tardando mucho en encontrar una, y de esta forma logramos salir del canal, saliendo justo en frente de una calle.

—¿Y ahora qué?

—No se preocupe señor Lian, en un momento vendrán a recogernos.

—…

Y tal como había dicho la chica, llegó una furgoneta de color negro y se estacionó justo enfrente de nosotros.

—Bien, ahí esta nuestro transporte.

«Parece que se está divirtiendo con la situación» pensé mientras nos acercamos a la furgoneta.

—Sube.— exclamó la chica mientras abría las puertas traseras de la furgoneta.

Una vez habiendo abordado el vehículo, este se puso en marcha. Y después de unos cuantos minutos de trayecto, llegamos a una estación de policía, entrando por la parte trasera.

—Baja.— exclamó la chica con seriedad.

(Baja de la furgoneta)

—Oficial.

—Sí.

—Llévate el maletín y cheque todo lo que este en el. Me informa si encuentra algo interesante.

—Está bien.— respondió el oficial para después llevarse el maletín con él.

—Entonces… Vayamos a hablar, señor Lian.

Tras lo cual pasamos a las salas de interrogatorios que habían en la estación de policía.

—Siéntese, vuelvo en un minuto.— dijo mientras me quitaba las esposas.

(Suspiro)

«¿Por qué me sucede esto a mí?»

El tiempo transcurrió y la chica no regresaba, llegando a tal punto que me cansé de esperarla y recosté mi cabeza en la mesa que estaba en la sala. Hasta que la puerta se abrió y entro la chica a la sala, pero había cambiado algo en ella.

—¿No eras castaña?

—Eso no es de tú incumbencia.— respondió con seriedad.

—Está bien.— respondí mientras veía su cabello ahora de color rubio.

—Veamos… Usted se llama Lian Gray y tiene 25 años de edad. Es dueño de una pastelería en el centro de la ciudad, en la que trabajan dos personas. Y tiene una hermana menor de 17 años, llamada Lucía Gray, ¿Es esto verdad?

—Sí.

—Bien, ahora que ya comprobé lo anterior… pasemos a lo importante, a la razón por la que estas ahí sentado, señor Lian.— exclamó con una pequeña sonrisa.

(Tragar saliva)

—¿Qué es lo que necesita de mí?— pregunté con miedo y curiosidad.

—Solo deberá responder algunas preguntas, nada del otro mundo. ¿Empezamos con la primera?

—Está bien.

—Entonces, ¿Conoce o forma parte de la organización conocida como Los libertarios?

—No.

—¿Esta completamente seguro de su respuesta?

Simplemente asentí con mi cabeza a la pregunta de la chica.

—¿Ha presentado síntomas de aquello a lo que los anómalos llaman el despertar?

—No.

La chica simplemente me observo por unos segundos para después dar un pequeño suspiro y continuar con las preguntas.

—¿Sabés el motivo por el que te llevaron con ellos?

Solo negué con mi cabeza a la pregunta de la chica.

—Señor Lian, ¿Hay algo de lo que tenga información?

—Agente, miré, no tengo nada que decirle. Yo simplemente me desmaye en la estación del tranvía para después despertar dentro de uno de los túneles, y terminar siendo arrestado al tratar de salir de ese lugar. ¡No sé nada más!

—¿Creés qué me puedes engañar?

—¡¿E-Eeh?!

—…

—Olvídalo.— exclamó la chica mientras abría la puerta de la sala para salir. —Oficial, encierrelo en una de las celdas.

—Sí.— respondió el oficial.

—¡¿Por qué me vas a encerrar?!

—Señor Lian, le recuerdo que usted es un anómalo, uno que no puede controlar cuanto Kuxtal absorve su cuerpo, provocando que sea una amenaza para todo aquel que lo rodeé.— dijo la chica con seriedad en su voz.

—¿Cómo está tan segura de que soy una amenaza?.

—Bueno, las pruebas de la noche de ayer estan ahí, y se puede dar por hecho que eres una amenaza para todos.

—…

—Sabés, si hubieras dado algo de información, podría haber pasado por alto lo de ayer y dejarte libre por esta vez.

—Ya te lo dije, no se nada de lo que me preguntaste.

—Llévatelo.

Tras recibir la orden de la chica, el oficial entro a la sala de interrogación para escoltarme hasta las celdas; siendo encerrado en una celda en la que solo estaría yo. Al principio, los demás sujetos que también estaban encerrados se quejaron, pero después de escuchar que era un anómalo peligroso guardaron silencio.

—Oficial, ¿Qué van a hacer conmigo?

—La verdad no lo sé, pero probablemente seas llevado a una de las instalaciones de la DCA.— dijo el oficial antes de irse.

(Sentarse)

«¿Cómo se arruinó mi vida en tan solo una noche?»

Y así transcurrieron las horas, viendo como ingresaban y salían otras personas de las celdas, pasando desde tipos encerrados por conducir ebrios, hasta aquellos que robaron casas o tiendas de conveniencia.

—¡Lian!

Tras escuchar la voz de mi hermana llamándome, me levanté y acerque a los barrotes de la celda para buscarla.

—¡¿Lucía?!…

—Lian, ¿Te encuentras bien?

—Sí, ¿Qué haces aquí?

—Bueno, luego de ver que no habías ido a trabajar, te fuí a buscar a tu departamento, pero tampoco estabas ahí. Además, escuché que la noche anterior hubo un enfrentamiento entre un agente de la DCA y un anómalo, preocupándome más por tí. Después los padres de Alan y yo te íbamos a reportar como desaparecido, pero una vez estando en la estación de policía, nos dijeron que habías sido detenido y que estabas en esta estación de policía… ¿Qué hiciste Lian?— preguntó con preocupación en su voz y rostro.

—La verdad ni yo lo sé… Pero la persona que me arresto dijo que representaba un peligro para todos.

—¿Un peligro?

—Sí… Porque no puedo controlar cuanto Kuxtal absorve mi cuerpo, provocando que sea una amenaza para todos.

—¿Kuxtal?— murmuró Lucía. —Espera, ¿Eres un anómalo?— dijo sorprendida.

—Al parecer, sí.

—¿Desde cuándo? ¿Cuándo hiciste un pacto con un demonio?

—Desde ayer… Y no, no hice ningún pacto con ningún demonio, solo sucedió y ya.

Pasando unos segundos bastante incómodos entre los dos, hasta que Lucía realizó otra pregunta.

—¿Y qué pasará contigo?

—No lo sé, pero un oficial me dijo que probablemente me enviaran a una de las instalaciones de la DCA.

Lucía simplemente dirigió su mirada hacia el suelo grisáceo de este lugar.

—Pero no te preocupes, te prometo que saldré de esto… No voy a volver a irme, ¿Si?

Ella simplemente asintió levemente con la cabeza a mis palabras.

—¿Y cómo te fué en el examen?

—Lo pasé con facilidad.

—Que bien.— exclamé con una sonrisa.

—Señorita, ya se tiene que ir.— dijo un oficial.

—Bien, me tengo que ir. Te prometo que haré lo posible para que salgas de aquí.

—Gracias Lucía, yo también intentaré hacer algo.

Y así mi hermana Lucía se despidió de mí para después irse del lugar.

Y las horas volvieron a pasar, tiempo en el que me dedique a ver las paredes de mi celda y escuchar las justificaciones sin sentido de los ebrios. Entonces, se escucharon pisadas acercandose a mi celda, apareciendo en mi visión la chica que me había metido en este lugar.

—¿Necesitás algo?

—Nada en particular… Sabés, hasta mi superior sintió algo de curiosidad al explicarle sobre tí.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Que podrías no solo ir a nuestras instalaciones para mantenerte bajo control.

—…

—No entiendo... ¿Por qué arriesgarte así? Cuando podrías darnos la información que te estoy pidiendo a cambio de liberarte.

—Agente… Realmente le estoy diciendo la verdad cuando digo que no tengo la menor idea del porque me llevaron con ellos.

—Me es muy difícil creer que uno de los líderes de una organización que esta en la lista negra del gobierno, salga a ayudar a alguien sin ninguna razón importante… No, ahora que lo pienso, tampoco tiene sentido que te haya dejado ir sin más. Entonces, ¿Para qué se arriesga de esa forma?

—¿Y si le estas dando muchas vueltas a la situación?

—…

La chica simplemente se quedó divagando en sus pensamientos, pero fue interrumpida por el sonido de llamada que venía del comunicador que llevaba en su mano.

¡Biiiip, biiiip!; ¡biiiip! ¡biiiip!

—¿Hola?

—…

—¿Dónde sucedió la explosión?

—…

—Bien, me dirijo hacia allá.— dijo mientras terminaba la llamada.

—Espero que no estes involucrado en esto.

—No tengo idea de que hablas.

Y así la chica se retiró con rapidez del lugar, solo quedando un oficial en la entrada al área de las celdas.

(Bostezo)

—Bien, voy a dormir.— murmuré para mí.

Y con eso en mente, me senté en una de las esquinas de la celda y recargue mi espalda contra una de las paredes para después cerrar los ojos y tratar de dormir, no pasando mucho tiempo para quedarme dormido.

«¿Otra vez este sitio?» O eso hubiera querido decir, pero aunque fuera el mismo lugar en el que la oscuridad no parecía tener fin, algo había cambiado.

—¿Qué son estas cosas?— dije sorprendido.

Ahora este espacio estaba lleno de varias líneas formadas por alguna especie de energía, y todas se dirigían al mismo lugar, siendo aquel orbe dorado que ví con anterioridad el punto de unión de todas.

Y como la última vez logré salir de este lugar al tratar de agarrar el orbe, me dirigí sin pensarlo dos veces hacia el. Sin embargo, ahora no hubo ningún obstáculo en mi camino, todo fue relativamente fácil, solo teniendo que caminar por un momento hasta llegar al orbe.

«¿Ahora no me lo van a poner difícil?»

—Bien, creo que solo tocare el orbe.— dije con felicidad.

Pero esta vez si logré sostenerlo entre mis manos, generando desconcierto en mí.

Y sin darme tiempo a entender la situación actual, el orbe comenzó a emitir una luz tan segadora que lastimaba mi vista.

«¿Ahora qué hago?» pensé mientras trataba de soltar el orbe.

—¡¡S-Suéltame!!

Y la situación se había invertido, pareciendo que era el orbe ahora quien me sostenía.

Mi cuerpo comenzó a sentirse caliente en un instante, padeciendo alguno de los síntomas que uno puede experimentar al tener fiebre alta.

Y cuando giré mi cabeza en otra dirección, pude apreciar como todas las líneas de energía de antes ahora entraban en mi cuerpo.

Luego de unos segundos observé como el orbe se iba encogiendo con el pasar del tiempo, hasta que llegó a desaparecer de mi vista.

—¡¿Eh?!— exclamé confundido.

Y después de haber apreciado tal cosa, los síntomas de la fiebre desaparecieron de mi cuerpo para caer inconsciente en cuestión de segundos.

Cuando volví a abrir mis ojos, tenía delante de mí a un oficial preguntando por mi estado de salud.

—Tipo, ¿Estás bien?

—¿Qué?

—¿Estás bien?

—Sí, ¿Por qué lo preguntas?

—Es que estabas sudando bastante… ¿Seguro qué estás bien? Puedo llamar a un médico si quieres.

—Estoy bien, no se preocupe, oficial.

Tras haberme insistido por un tiempo más, el oficial por fin se retiró de mi celda.

«¡¿Qué le sucede a mi vista?!»

Y aunque le hubiera dicho al oficial que todo está bien, la verdad era que no, pues ahora veía como a todas las personas en este lugar le recorrían las líneas que ví con anterioridad por todo su cuerpo, llegando hasta su pecho, dónde todas esas líneas se unirían.

—Hermano, parece que viste un fantasma, ¡Ja, ja, ja!— dijo uno de los sujetos que estaba en la celda de enfrente.

—Tipo... ¿Qué te fumaste?— exclamó otro de los sujetos.

Yo simplemente los observé, pero no por lo que habían dicho, si no que estaba observando las líneas que recorrían sus cuerpos, mientras trataba de entender algo de la situación.

«¿Esta esto relacionado con haber tocado el orbe?»

Luego me percaté de que esas mismas líneas las podía ver recorrer todo mi cuerpo.

Después de que pasaron unos cuantos minutos, las líneas desaparecieron de todos, volviendo a ver con normalidad.

«¿Qué fue todo eso?»

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HuertelMonoNoAware
Buen inicio , y bonita manera de narrar. Seguiré leyendo tu trabajo
Una loca(。・`ω´・)
¡Estoy tan ansiosa por saber lo que sucederá a continuación, por favor actualiza pronto! 😱
Không có tên
😱 ¡No puedo creer que este libro sea tu debut como escritora! ¡Eres increíble!
Alexo. ID
No puedo esperar para saber qué pasa después
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