El Albor De Los Desalmados: Crónicas De Una Ciudad Perdida*

El eco de pasos rápidos y gruñidos distantes resuena, anunciando la llegada de los zombis de Necropolis. Estos zombis son como los de Guerra Mundial Z: rápidos, letales y absolutamente implacables.

^^^Se mueven con una velocidad aterradora, ignorando cualquier límite físico, como si el virus que los transformó les hubiera otorgado una fuerza y resistencia sobrehumanas. Sus cuerpos, aunque en descomposición, avanzan con una agilidad brutal, y sus ojos vacíos reflejan un único deseo: devorar a los vivos.^^^

^^^ Etham y la pareja que lo acompaña se encuentran acorralados en un vestíbulo. Las puertas están bloqueadas, pero saben que no resistirán mucho tiempo. Etham, siempre estratega, revisa rápidamente el entorno: camillas volcadas, mesas y equipos médicos esparcidos por el suelo. Sabe que no pueden enfrentarse directamente a los zombis; son demasiado fuertes.^^^

“*Desviémoslos hacia la entrada principal”, susurra Etham, señalando la única puerta aún accesible. Uno de sus compañeros lanza un carrito metálico hacia la e*ntrada, generando un ruido ensordecedor. Los zombis, atraídos por el sonido, cambian de dirección, dándoles un respiro. Etham y la pareja aprovechan para moverse con cautela, preparando una emboscada.

^^^Los primeros zombis entran corriendo, y la mujer del hombre se mueve rápido, cortando el tendón de uno antes de que pueda reaccionar. Etham lo remata con un golpe certero en la cabeza, usando el entorno a su favor para atacar desde los flancos, eliminando a los zombis uno por uno.^^^

^^^Sin embargo, la situación sigue siendo crítica. En un momento de descuido, uno de los zombis logra agarrar a la mujer y tirarla al suelo. Desesperada, lucha por liberarse, y Etham llega justo a tiempo para salvarla, eliminando al zombi con una estocada precisa.^^^

Con los zombis casi eliminados, Etham se da cuenta de que deben actuar rápido antes de que lleguen más. Ve un tanque de oxígeno cerca de la entrada.

“Vamos a necesitar algo más grande,” dice, y rueda el tanque hacia el centro del vestíbulo. Uno de sus compañeros dispara, provocando una explosión que acaba con los zombis restantes.

El ambiente estaba cargado, cada paso era un riesgo y cada sonido, una potencial amenaza. Lia, Laura y la anciana se habían ocultado justo a tiempo cuando la horda de infectados pasó cerca de ellas, también oyeron una explosión que provenía en el piso de abajo.

^^^Sin embargo, algunos de los "rápidos", esos infectados más sensibles al calor corporal, se quedaron rezagados, sintiendo que algo vivo estaba cerca. Laura, con su conocimiento en ciencia y biología, sabía que el calor corporal no se podía eliminar fácilmente, así que ideó una solución repugnante: cubrirse con un líquido fétido que enmascarara su olor y las confundiera con el entorno. La idea funcionó lo suficiente para que no fueran detectadas de inmediato.^^^

^^^Una vez que la mayoría de los infectados se alejaron, Lia y Laura se dirigieron al almacén cercano, tomando solo lo esencial. Laura, cargando una bolsa pesada, ayudaba a la anciana, quien llevaba una más pequeña llena de medicamentos y otros suministros importantes. Todo parecía ir bien hasta que, de repente, tres "rápidos" que se habían quedado atrás sorprendieron a la anciana, quien soltó un pequeño gemido de susto, alertando a los infectados. En un abrir y cerrar de ojos, Lia reaccionó. Con una agilidad impresionante, se lanzó contra los infectados, saltando entre las paredes y esquivando sus ataques con destreza.^^^

Con precisión letal, clavó un cuchillo en la cabeza de cada uno de ellos, acabando con los tres antes de que pudieran dar la alarma. Laura y la anciana, atónitas, solo pudieron observar con admiración.

 La anciana, aún temblorosa, preguntó a Lia dónde había aprendido a pelear así. Laura, con una sonrisa nerviosa, comentó en voz baja que la escena había sido tan intensa que, por poco, se moja las bragas de lo excitada que se puso.

^^^Sin embargo, no había tiempo para relajarse. Mientras avanzaban por un pasillo sorprendentemente silencioso, un "rápido" desorientado apareció de repente, abalanzándose sobre Lia. El grito de Lia resonó en el pasillo mientras era arrastrada por el infectado, instando a Laura y a la anciana a correr sin mirar atrás. Todo ocurrió tan rápido que apenas tuvieron tiempo de reaccionar, pero sabían que la única opción era seguir adelante, con la esperanza de que Lia pudiera sobrevivir por su cuenta.^^^

...****************...

Etham corría, pero cada paso le pesaba más que el anterior. El sonido de las explosiones y los rugidos de los rápidos se mezclaban en su mente, volviendo borroso el límite entre la realidad y sus peores pesadillas. Pero lo más doloroso de todo era la certeza que lo carcomía por dentro: Lia no estaba muerta. Lo sabía con una certeza que iba más allá de la razón. Algo dentro de él le decía que ella seguía con vida, atrapada entre las ruinas del hospital, esperando por él. Pero Eddy, Arris, Laura, y la anciana no le daban tiempo para seguir pensando, forzándolo a avanzar, alejándose más y más del lugar donde sentía que debía estar.

^^^Laura, a pesar de su propio miedo, lo entendía. Ella también había sentido esa conexión inexplicable con alguien a quien amaba profundamente. Miró a Etham con compasión, pero también con determinación. Sabía que él tenía razón, que probablemente Lia seguía con vida, pero también sabía que no podían hacer nada en ese momento. Si volvían, no solo arriesgarían sus vidas, sino también las del grupo entero. Por ahora, tenían que sobrevivir. Aún así, sus ojos se llenaron de lágrimas al ver la lucha interna de Etham.^^^

"¡Vamos, Etham, no tenemos tiempo!" gritó Eddy, jalándolo con más fuerza mientras Arris lo ayudaba a mantener a Etham en movimiento.

^^^"¡Pero ella está viva!" Etham intentó liberarse de nuevo, su voz desgarrada por la desesperación. "¡No puedo dejarla ahí!"^^^

🔥🔥