En un futuro cercano, un grupo de humanos descubre que la realidad que conocen es una simulación creada por una civilización alienígena avanzada. A medida que luchan por romper con esta ilusión, se enfrentarán a horrores inimaginables, revelaciones sorprendentes y dilemas morales que pondrán a prueba su humanidad. El amor florecerá en medio del caos, mientras todos ellos luchan por su libertad.
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Capítulo 6: Divisiones Internas
El refugio que habían encontrado en las montañas era un viejo cobertizo de madera, cubierto de hiedra y casi oculto entre los árboles. A medida que Ethan y Lena se acercaban, la tensión en el aire era palpable. El grupo que habían reunido tras su escape estaba allí, pero la atmósfera era diferente. La esperanza que había brillado en sus ojos se había desvanecido, reemplazada por la desconfianza y la incertidumbre.
—¿Dónde está David? —preguntó Clara, una de las integrantes del grupo, con una voz que resonaba con acusación. Su mirada se centró en Ethan, como si él fuera el responsable de la ausencia de su amigo.
Ethan sintió que su estómago se retorcía. No era el momento de culpas, pero la presión de la situación lo hacía sentir como si estuviera en el centro de una tormenta.
—Estamos trabajando en eso —respondió, tratando de mantener la calma—. David se quedó atrás para distraer a los alienígenas. Debemos encontrar una manera de volver por él.
—¿Y si no está vivo? —interrumpió Marco, otro miembro del grupo, con un tono sarcástico—. ¿Qué pasa si todo esto es una locura y estamos persiguiendo fantasmas?
Las palabras de Marco resonaron en el cobertizo, y un silencio incómodo se apoderó del lugar. Ethan miró a Lena, quien parecía tan preocupada como él. Sabía que debía actuar rápido para evitar que la situación se deteriorara aún más.
—¡Escuchen! —exclamó, levantando la voz para captar la atención de todos—. No podemos permitir que la desesperación nos divida. David es uno de nosotros, y si nos rendimos ahora, su sacrificio habrá sido en vano.
Algunos miembros del grupo asintieron, pero otros seguían con expresiones de duda. La desconfianza se había infiltrado en sus corazones, y Ethan podía sentir cómo la cohesión del grupo se desmoronaba.
—¿Y qué pasa con la información que tenemos? —preguntó Clara, cruzando los brazos—. ¿Cómo sabemos que lo que nos dijiste sobre los alienígenas es cierto? ¿Y si todo esto es un plan para llevarnos a la muerte?
Ethan sintió que la frustración comenzaba a burbujear en su interior. No era el momento de cuestionar su lealtad. Sin embargo, sabía que debía abordar sus preocupaciones.
—Lo que vimos en el laboratorio fue real —dijo, tratando de sonar convincente—. Los alienígenas son una amenaza, y si no actuamos juntos, corremos el riesgo de ser capturados.
—¿Y si tú eres el que no es leal? —replicó Marco, su mirada desafiante—. ¿Qué te hace diferente de ellos?
Ethan sintió que el aire se volvía denso. La acusación lo golpeó como un puñetazo en el estómago. Sin embargo, no podía dejar que la rabia lo dominara. Tenía que ser el líder que el grupo necesitaba.
—No soy su enemigo —dijo, su voz más firme—. Estoy aquí porque quiero salvar a David y a todos ustedes. Pero necesitamos unirnos. Si no confiamos los unos en los otros, no sobreviviremos.
Lena se acercó a Ethan, apoyando una mano en su brazo. Su gesto le dio un poco de fuerza.
—Ethan tiene razón —dijo, mirando a los demás—. No podemos permitir que la desconfianza nos consuma. Debemos encontrar un plan para rescatar a David y salir de aquí.
El grupo permaneció en silencio, pero la tensión seguía flotando en el aire. Ethan sabía que no podía dejar que la situación se estancara.
—Propongo que dividamos nuestras tareas —sugirió—. Algunos de nosotros podemos buscar suministros y otros pueden intentar establecer contacto con David. Necesitamos un plan claro.
—¿Y si no podemos encontrarlo? —preguntó Clara, su voz temblando—. ¿Qué haremos entonces?
Ethan sintió que su corazón se hundía. No tenía una respuesta fácil, pero sabía que debían mantener la esperanza.
—Si no podemos encontrarlo, debemos seguir adelante —dijo, su voz resonando con determinación—. No podemos dejar que su sacrificio sea en vano.
El grupo comenzó a murmurar entre sí, y aunque la desconfianza aún estaba presente, algunos comenzaron a asentir. La idea de un plan les daba un sentido de propósito.
—De acuerdo —dijo Marco, aunque su tono seguía siendo escéptico—. Pero si algo sale mal, no dudaré en cuestionar tus decisiones.
Ethan sintió que la presión aumentaba, pero se obligó a mantener la calma. Sabía que debía demostrar su valía como líder.
—Entendido —respondió—. Pero ahora, debemos actuar.
Mientras el grupo se dispersaba para llevar a cabo sus tareas, Ethan se quedó atrás, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. La incertidumbre sobre el destino de David lo atormentaba, y la presión de mantener al grupo unido lo consumía.
Lena se acercó a él, su mirada llena de preocupación.
—¿Estás bien? —preguntó, su voz suave.
Ethan suspiró, sintiendo que la tensión comenzaba a desvanecerse un poco.
—No estoy seguro —respondió—. Siento que todos están a punto de estallar. La desconfianza puede ser nuestra perdición.
—Lo sé —dijo Lena, tomando su mano—. Pero tienes que recordar que estamos juntos en esto. No dejes que la presión te consuma.
Ethan asintió, sintiendo el calor de su mano. La conexión entre ellos era un ancla en medio de la tormenta.
—Gracias, Lena —dijo, sintiendo un poco de alivio—. Necesito tu apoyo.
—Siempre estaré aquí para ti —respondió ella, sonriendo—. Ahora, vamos a hacer lo que sea necesario para rescatar a David.
Con un renovado sentido de propósito, Ethan se unió al grupo, decidido a mantener la unidad y la esperanza. Sabía que la lucha no había terminado, pero estaba dispuesto a enfrentar cualquier desafío que se presentara. La conexión que había forjado con Lena y el resto del grupo era su mayor fortaleza, y no permitiría que la desconfianza los separara.
Mientras se preparaban para la siguiente fase de su misión, Ethan sintió que la determinación crecía en su interior. No solo luchaban por David, sino también por su propia supervivencia y la esperanza de un futuro mejor. Y aunque el camino por delante estaba lleno de incertidumbres, sabía que juntos podrían superar cualquier obstáculo.