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BEATRICE, LAS DOCE PRINCESAS BAILARINAS

BEATRICE, LAS DOCE PRINCESAS BAILARINAS

Status: Terminada
Genre:Completas / Magia y demonio / Diferencia de edad / Demonios
Popularitas:7.1k
Nilai: 5
nombre de autor: Guadalupe Nieves

El Sultán Murad, un hombre de 45 años, debió ascender al trono contra de su voluntad, debido al mandato del espíritu guardián del maldito de su padre; sin embargo, debido a los traumas que tuvo al crecer en el harem de su progenitor, lo que realmente deseaba era poder rehacer su vida lejos de aquel país.

Por una alianza realizada con el monarca del reino vecino, el rey Guillermo, decidirá viajar a tierras extranjeras con el fin de buscar esposa y así sellar por completo los acuerdos de paz entre ambas naciones. Sin imaginar, en su camino se cruzaría con la segunda princesa bailarina, maldita de nacimiento, y la cual provocaría que el espíritu guardián le hiciera una propuesta: salvarla de su maldición a cambio de su libertad.

Siendo un hombre completamente opuesto a lo que se esperaba en un gobernante, y sabiendo que su querido hermano menor podría ser el futuro sultán, acepta el trato.

¿Podrá ir en contra de tal poderosa maldición?

¿Podrá salvar a la segunda princesa bailarina?

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CAPÍTULO 6

No obstante, su hermano mayor no colocaba de su parte. Pese a que era un hombre inteligente, poliglota y un estratega muy bueno, tenía una debilidad por la comida tan grande que, con su desinterés por cuidar su cuerpo, lo llevaron a ser una bolita andante.

—¡Ibrahim!—reclamó sobando su mano—¿Qué opinaría madre si sabe que el sultán está siendo golpeado por su hermano?

—Me agradecería, eso es un hecho—respondió sosteniendo aún la regla—recuerde, sultán Murad, que está en dieta...

Murad suspiró con pesar, al ver que no podía degustar los bellos y deliciosos bocadillos en la mesa. Desde que llegó al reino, se quedó sorprendido al probar comida tan deliciosa; sin embargo, su hermano estaba con el constante acoso de que si quería casarse debía adelgazar.

Estaba cansado de ese asunto, es más, si debía hacer que Ibrahim se casara, de modo que su hijo fuera el futuro sultán lo haría. Realmente si él fue escogido como sultán fue porque el águila dorada lo tomó como su nuevo maestro, clara señal de que Dios lo estaba bendición.

No obstante, cuando su padre murió, sintió un alivio de la presión que tenía de ser como él y encontró un refugio placentero en la comida. Sabiendo que no encontraría ni siquiera ninguna candidata a concubina debido a su fealdad, solo se haría responsable de sus obligaciones y ya, con respecto a un heredero, sería su hermano.

Ibrahim suspiró escondiendo de nuevo la regla, habían llegado principalmente por Murad, así que se hacía indispensable que de los dos, al menos el sultán volviera con una esposa.

Tras tener una pequeña merienda, el visir Ibrahim y el sultán Murad fueron a sus respectivos aposentos para arreglarse para el primer baile de la temporada en la noche. Sería un mes enteros de bailes organizados por el propio rey Guillermo, en celebración de la fundación y que serviría a miles de debutantes de encontrar esposos.

La reina Irene, intentando animarles un poco a sus hermanas, las invitó a asistir al primer baile debut. Ya que no habían tenido uno y ni siquiera pudieron festejar su cumpleaños, un cambio de aires podría calmarlas.

No era necesario que salieran a bailar, podían observar todo desde uno de los palcos superiores, donde tendrían para comer y descansar.

Si bien lograron colocarse los vestidos de su cumpleaños, que eran casi iguales, solo variaban de color, no lograron colocarse los tacones. Por ende, después de haberlas peinado y maquillado de manera más sencilla, solo pudieron colocarse unas zapatillas bajas.

Una vez estuvieron en el baile, solo Beatrice y Diana observaban atentas lo que ocurría en el piso inferior con la llegada de las debutantes. No obstante, no se percataron del distanciamiento que su hermana mayor estaba teniendo en la zona trasera.

Luego de más de unas horas allí en ese lugar, Diana, quien sintió que se despertaba de un sueño cuando las luces aumentaron un poco, se quedó horrorizada al no ver a Beatrice. Era como si se hubiera desvanecido en el aire sin que ni siquiera sus doncellas se hubiera dando cuenta.

—¡Beatrice!—Diana gritó—¡Hermana! ¡¿Dónde estás?!

La cuarta princesa, al darse cuenta de que su hermana mayor desapareció, fue en su búsqueda con los guardias y las doncellas. No sabían qué había pasado, pero en cuestión de segundos, tanto Scott, como Anastasia, Jeremy jr. Y Beatrice habían desaparecido.

Diana, pálida de que algo malo hubiera sucedido, en especial porque Beatrice había desaparecido estando a su lado, tomó un poco del vino que había en una de las mesas exteriores del salón de baile. No obstante, era tan dulce el vino que siguió tomando más, poco a poco sintiéndose mareada en el proceso.

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Beatrice, quien había escuchado la voz de Alejandro llamarla, había entrado en un trance tan profundo, que no se dio cuenta de que había salido del palco donde estaban sus otras dos hermanas. Como si estuviera rodeada de una magia invisible, comenzó a caminar con la mirada vacía.

Una hermosa mariposa se depositó en su bello cabello, cuando entró en una habitación oscura y vacía. Sacando una sábana blanca que cubría un closet, entró en este mientras una extraña luz provenía de su interior.

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UN MES DESPUÉS...

Ibrahim, hermano menor y visir del sultán Murad, se encontraba en los aposentos de este último bebiendo un poco con él. Se sentía tan amargado y furioso, que Murad estaba preocupado de que algo malo hubiera sucedido.

—Hermano—preguntó dejando a un lado su copa de vino—¿Qué ocurre?

—¡¿Quién se cree que es ella?!—gritó tomando toda su copa—¡Soy Ibrahim! ¡Uno de los visires más ricos y poderosos!

—¿A quién te refieres?—preguntó preocupado.

—¡A la princesa Anastasia!—le respondió indignado—¡¿Puedes creer que me rechazó por un simple sacerdote como sir Scott?!

Murad suspiró preocupado, lo último que deseaba, mientras no estuviera por completo solidificado el acuerdo entre ambas naciones, era que Ibrahim se metiera en un problema con la princesa Anastasia.

Ya de por sí, la situación estaba bastante tensa por la desaparición tanto de Beatrice, como de su otra hermana Cosett, como para que ahora Ibrahim se pusiera en esas por despecho. Al menos esperaba que tuviera un mínimo de consideración por su puesto como ministro.

—He escuchado que pronto se casará con sir Scott—le comentó al visir—aunque él sea solo un "sacerdote" es mejor amigo del duque de Rosaria, y amigo de la infancia del papa, por favor... hermano, te pido mesura.

—¡¿Mesura me pides?!—le preguntó—¡Después de semejante humillación! Miles de mujeres les gustaría estar conmigo, ¿por qué entonces ella me rechazó?

Murad tuvo que cerrar de inmediato sus labios, para no responderle que de pronto se hubiera debido a su fama de mujeriego, a su harem o al hecho de su prepotencia. Y si bien era costumbre de su cultura tener un harem, sería complicado conseguir a una mujer de este reino que esté dispuesta a compartir a su futuro esposo.

Pensando en eso, no pudo evitar recordar en lo que habían sufrido de niños a manos de las concubinas celosas de su padre y como su madre casi muere por una tetra mal hecha. Si bien no podía criticar el gusto por las mujeres de su hermano, no quería ser parte de ese juego y apoyarlo.

—Ibrahim, hermano—respondió quitándole la botella de vino—eres uno de los hombres más leales, valientes y sinceros que tengo a mi mando. Y por eso tengo que decírtelo: ¿por qué te empeñas en tener un harem después de todo lo que sufrimos de niños?

—¡Porque me gustan las mujeres!—le dijo directamente—aparte, quien vaya a ser mi esposa, le daré el honor de ser la única madre de mis hijos, ¿ya eso no es suficiente para evitar que se repita lo que sufrimos?

—Y si yo te dijera—le confesó—que por lo que sufrimos... yo no quiero ser sultán.

—¡¿De qué estás hablando?!—preguntó—el águila real te ha escogido, ¡eres el bendito por dios para el trono!

Murad solo se limitó a suspirar con pesadez, intentando desviar un poco la conversación. Estaba empezando a tener dolor de cabeza por lo de su hermano, no quería aumentarlo por sus deseos insatisfechos por la falta de apoyo de su visir mujeriego.

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Roxi Gasper
Que inspiración tan grande tienes. Quedo genial. 💯🤩🌹
Roxi Gasper
Fantástica 🤩
María Cristina Herrera
Excelente
Auribeth
diferente pero excelente me encanto
Auribeth
muy linda historia diferente del resto
Auribeth
ual vengativa está siendo benevolente
Auribeth
pos es que por lo hijos uno mate pero también muere 🤷
Auribeth
bueno técnicamente si pero leí una novela que se materializaba lo que soñaron los protagonistas y de hecho una de tus hermanas mayores soño teniendo relaciones con el demonio y despertó sin su pureza o sello de castidad asi que no me confiaría tanto
Auribeth
bellos personajes pero me gustaría más verlos en su versión de Santa Claus
Auribeth
wow pero porque murió murak pensé que de pronto en ambos se restablecía su estado de salud sin heridas ni nada pero no la muerte de uno
Auribeth
y que lo mate
Auribeth
pucha por perro pero la hijita no merecía eso solo el desgraciado merece todo lo malo habido y por haber
Auribeth
uy había sido excelente que los encontraran
Auribeth
jajaja que bellos
Auribeth
jajaja sus recetas le ayudarán es que a las mujeres también se les enamora por el estómago
Auribeth
va cuál solo las mujeres a si perdón es que no es la actualidad
Auribeth
veamos quien se atreve si supuestamente fue una orden del espíritu del aguila que consideran un Dios
Auribeth
diantres que dilema
Auribeth
diría que maten a la desgraciada que les lanzo esa maldición pero ya está muerta
Auribeth
pobre princesa
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