ESTA NOVELA ERA ANTES AMARANTA, LA TENGO COMPLETA. QUIEN ME CONOCE SABE DONDE ENCONTRARME.
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RESCATAN A LAS CHICAS... VAN POR AMARANTA
Liliana estaba muy nerviosa al darse cuenta de que la tormenta chocara de lleno en la isla donde se encontraba Amaranta, y eso fue su mayor preocupación. Si le llegara a pasar algo a ella, si se pusiera en peligro y tuviera un accidente similar al que pasó su hermano y la pudieran sacar a tiempo, no quería ni pensar lo que haría su hermano si ella perdía la vida en ese lugar por falta de atención médica y por una negligencia de ese Buda sonriente tan estúpido por no averiguar que ella no podía ser llevada fuera de la ciudad, sin ninguna protección o seguridad…
Izan lo va a matar si encuentra a Amaranta con un solo arañazo; ya imagina si está con algún daño físico y sangrando por muy poco que sea.
Mientras tanto, en el Centro de comando militar…
—Pero, Capitán Marsans, es imposible volar a la Isla en estas condiciones; es un suicido. —Decía David Scott.
—Lo sería si no estuviera completamente seguro de mi capacidad como piloto —afirmó Izan Marsans.
—Está bien, capitán, pero permítame acompañarlo —David preparó todo lo que se podía necesitar en una situación como esta para salir en el helicóptero de rescate con Izan Marsans.
—Capitán Marsans, porque se va a arriesgar a salir en una tormenta, ¿no puede esperar a mañana? —Preguntó Liliana Cota, sin querer escuchar la respuesta realmente.
—Tengo que recoger a Amaranta. Tú sabías que se la llevaron sin su consentimiento y no dijiste nada, Liliana Cota, ¿así es como trabaja una psicóloga militar? No dijo más Izan Marsans, solo le dio la espalda y se fue.
—Estaba el clima terrible para volar. Era toda una proeza el lograr llegar hasta la isla; los vientos estaban moviendo el helicóptero de un lado a otro como si fuera de juguete, pero sin importar que Izan tenía solo en mente que debería llegar a rescatar a su pequeña, que seguramente estaría muy asustada por la forma en que fue secuestrada y ahora por esta terrible tormenta. Ya habían pasado 40 tormentosos minutos cuando lograron aterrizar en la isla. David Scott no sabía si dar gracias al cielo o besar la tierra.
—Izan Marsans Saltó del helicóptero y corrió al edificio donde se encontraban las chicas; necesitaba saber que su pequeña se encontraba sana. Abrió la puerta y se encontró con un desastre en el lugar: la lluvia había inundado la planta baja; no había luz, por lo cual se guió con su linterna y comenzó a llamar a Amaranta.
—Amaranta estaba mareada por el golpe que había recibido, pero escuchó que la llamaban. Al principio pensó que era su imaginación; después notó que esa voz se escuchaba más cerca, hasta que reconoció esa voz, que tanto amaba. Salió de la habitación y buscó a Izan Marsas.
—¡Izan aquí estoy! —Gritó Amaranta.
—Amaranta, ¿estás bien?¿Qué te pasa en la cabeza porque sangras? —Izan estaba furioso, pero no lo demostró para que no se asustara Amaranta.
—Esto lo pagarás, Buda sonriente, no tenías por qué tocar a mi pequeña —pensó Izan.
—Izan, una de las chicas, se puso histérica, no la pudimos controlar y sufrió un accidente; se ha roto una pierna.
—No te preocupes por eso, yo vine a recogerte a ti; después vendrán por ellas, no te quedarás aquí más; esperemos a que bajé la tormenta para poder irnos de aquí y David se quedará dándole los primeros auxilios a esa chica.
—Así pasaron otras horas hasta que, bajo la tormenta, pudieron marcharse de aquella isla Izan Marsans y Amaranta Cid…
Izan estaba dispuesto a encontrar a Enrique y darle la lección de su vida.
Gracias y enhorabuena.