Mi Hermana Gemela

ESTEFANY

Hoy me llegó una notificación de que mis padres me estaban buscando, Pero no entiendo que querrán de mí después de todo lo que ha pasado.

📞 Recepcionista: Buenas tardes, señorita Estefany la buscan el señor y la señora Valdez.

📞 Estefany: haga que pasen a mi oficina.

Al verlos entrar no supe cómo reaccionar por lo que me senté e incruste mis uñas en la silla.

Arturo: Por fin después de dos días de buscarte incluso bajo las rocas pudimos conocer tu ubicación.

Estefany: Me enteré de que lo hacían así que me deje ver, tengo curiosidad por su visita.

Laura: Tu hermana...

Estefany: ¿Qué pasa con ella?

Laura: Te necesitamos hija.

Estefany: Hace unos días no se acordaban que existía y ahora llegan a mi oficina a decirme que me necesitan pretendiendo que correré a sus brazos como una vez lo hice a mis 10 años de edad, después de que mis padres murieran, de conocer a mi hermana y de escucharlos decir que no podían reconocer el papel de padres después de que ustedes decidieron traerme a este mundo, ahora sí soy su hija.

Laura: No podíamos en ese entonces, sabes cómo estaba tu hermana.

Estefany: Lo entendí, pero y dos años después, por un milagro sano y todos vivieron felices... ¿Dónde quede yo? ¿Aún no podían? Yo solo tenía 12 años y estaba en un orfanato porque a nadie le gustaban las niñas con problemas emocionales.

Laura: María paso por una etapa de rebeldía...

Estefany: Si, luego por una depresión existencial y unos meses más tarde bajo sus notas, luego conoció la bebida y por si el cáncer no fue suficiente se dejó arrastrar por la vida dejando de medicarse y de cuidarse, dejando todo a la suerte... Hasta donde sé, la semana pasada estaba en un bar y ustedes le pagaban el chok de tequila, no se de que se quejan ustedes le dieron todo por más imposibles que fueran sus peticiones, después de su enfermedad no le enseñaron a vivir la vida, dejaron que la vida la viviera a ella y la vida puede llegar a ser muy cruel, ahora el punto es que aún no se que hacen aquí.

Laura: tu hermana morirá si no encontramos un donante en unas horas.

Estefany: ¿¡por qué no empezaron por ahí!? Lo haré sin ninguna duda, pero tengo una condición.

Laura: ¿cuál es?

Estefany: Me dejarán verla, prometo que no le diré quien soy, pero quiero verla.

Arturo: Está bien.

Casi que de inmediato nos montamos en mi carro y fuimos al hospital... En este momento no tengo tiempo para pensar en rencores, no permitiré que ella muera sin haberlo intentado antes

Al llegar al hospital me hicieron algunos exámenes y algunas preguntas, resulta que soy perfecta para una donación de sangre así que no dudamos en comenzar.

Arturo y Laura estaban en la sala de estar mientras el doctor Joe me permitió estar un momento a solas con mi hermana.

Estefany: Te ves tan mal hermanita.

María: ¿Estefany?

Estefany: Si soy yo, estoy a tu lado así como tú lo estuviste cuando éramos pequeñas.

María: No puedo respirar bien, dile a los doctores que me dejen ir, no quiero vivir más con la sensación de que en cualquier momento puedo morir.

Estefany: No digas eso tonta, aquí te necesitamos, yo te necesito.

María: No puedo... Por años trate de ser fuerte, te busque a escondidas y nunca pude encontrarte, nunca le pregunté a mis padres, te lo juro... pero todo el tiempo me dolió saber que podía estar a tu lado y que a la vez no podía porque te había prometido no decir que te había visto, me dolió que ellos no fueran capaces de contarme... Dime tú cómo supiste todo.

Estefany: No sé si deba decírtelo.

María: Por favor hermana, no quiero morir con esta duda que me hizo daño por tantos años.

Estefany: Está bien... la señora Laura me contó que cuando nacimos el doctor les dijo que una de las gemelas había nacido con una enfermedad que todavía no podían detectar, ella le pago al doctor para que le entregara solo la niña que estaba bien de salud, la otra niña debía ir con padres que no podían tener hijos, ellos querían tener una vida plena y llena de felicidad, pero no contaron con que el doctor se equivocara, la niña con el lunar en la espalda baja era la sana...

María: Yo no tengo un lunar en la espalda.

Estefany: Exacto, yo si, pero yo fui con la otra familia y tú te quedaste con nuestros padres, cuando cumpliste 5 años de edad te detectaron el cáncer de sangre, Pero los doctores le decían a tus padres que solo era una gripe para no asustarlos, supongo que eran amigos... Al final tus padres tuvieron que vivir con tu enfermedad hasta que te llevaron a este hospital y el resto tú te lo sabes... Cuando nos vimos por primera vez aquí en el hospital ellos me dijeron que no podían cuidarme por qué te debían todo el tiempo a ti y después de que mejoraras todo lo que pedías te lo daban nunca aprendiste como cuidarte...

María: Nunca quise cuidarme, solo te quería volver a ver y me propuse a morir en vida hasta que ellos me contarán de ti, pensé que lo harían, eres mi hermana no una desconocida, pero ellos nunca te nombraron, siquiera por equivocación, no los culpo, pero ya no quiero vivir.

Estefany: No digas eso.

María: Prométeme algo.

Estefany: ¿Qué cosa?

María: Cuando yo me vaya harás lo posible para hacerlos felices, así como ellos lo intentaron conmigo, quizás se equivocaron en algunas cosas, Pero no merecen sentir el dolor de perderme, promete que harás lo que sea para cubrir mi muerte, que ellos no sufran.

Joe: ¿Están listas para comenzar?

Estefany: Si doctor.

María: Todavía no

Estefany: mira hermana, no sé si pueda prometerlo, todo saldrá bien, no te preocupes por eso

Cuando ambas estábamos acostadas lado a lado en ambas camillas el doctor comenzó a conectar los pequeños cables... En menos de 10 segundos María comenzó a quejarse por la falta de aire y a moverse mucho para poder conseguir respirar, Pero nada le funcionaba, hasta el punto de desconectar los cables con el movimiento y estirar su meñique...

No se que hacer ella está ahí acostada revolcándose con el meñique estirado y yo no sé cómo reaccionar, está sufriendo y no me gusta verla de esta manera, pero si agarro su meñique tendré que renunciar a todo.

Cuando veo que el doctor trata de entubar a Maria estiró mi mano y agarro su meñique.

Estefany: Te lo juro hermana, te puedes ir tranquila, te quiero mucho.

De inmediato, María deja de respirar y se escucha en toda la habitación el sonido de la máquina que grita que ya no está, el doctor junto con algunas enfermeras tratan de reanimarla, pero nada funciona cuando el doctor me ve llorando solo desconecta la máquina y dicta su hora de muerte, yo me acerco al doctor y le digo que por favor diga que quien murió fui yo.

Joe: hora de muerte 6:30, causa, falla respiratoria, donante de sangre Estefany López.