Roderick Ravenmoon, fue visto como el villano de la historia cuyo final termina en tragedia, donde nada es lo que parece y los "protagonistas" encuentran su final en las manos de una poderosa villana. Pero Roderick fue presa de una injusticia y fue el primero en tener un final trágico.
Aunque ahora, el alma de un hombre de otro mundo ha reencarnado en el cuerpo de este villano y ha decidido que no seguirá el rumbo de la historia, cambiará su destino, y para eso, buscará la ayuda de la cuarta princesa de Trois Blanc, aquella que llevo a los "protagonistas" a su trágico final.
¿Roderick podrá cambiar su destino?, ¿la villana será su salvación?
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capítulo 08- descubrimiento.
Roderick camina hacía el carruaje en compañía de Aleksandra, quien al parecer aprovechó la oportunidad para comprarse un arma, por lo visto, es justo como en la novela, es una mujer más dedicada a la batalla que ser una dama de sociedad que presume su estatus por medio de joyas y vestidos costosos. Roderick sonríe, pues le agrada eso, ya que demuestra que es una mujer fuerte. Justo cuando Roderick ofrece su mano para ayudar a la rubia a subir al carruaje, se escucha un bullicio, al parecer se trata de una discusión y por el lugar donde están, debe tratarse del evento en el que Emilia discute con unos matones.
"No pueden cobrarle a nadie por vender aquí, son unos abusivos." Grita Emilia.
"No te metas mocosa, nosotros hacemos lo que queremos y si quiere vender en este pueblo, debe pagar por ello." Responde un hombre robusto y con fachas de delincuente.
"Usted no es dueño del pueblo, solo busca dinero fácil, dejen en paz a esta gente." Emilia no se iba a rendir.
"Bien, dejaremos al anciano, pero, entonces te llevaré a ti aun burdel, si eres virgen me darán mucho por ti." Rie aquel matón.
"Oye, viéndola bien, tienes razón, si nosotros cobramos por ella, ganaremos mucho." Agrega otro hombre, este se veía un poco más delgado.
"Vamos mocosa, nos servirás de mucho." La agarra del brazo.
"N-no, suéltame...no iré con ustedes."
Emilia le da un golpe en la cara con su cesta y el hombre le suelta, pero su compañero saca una navaja amenazando a la joven, mientras que Emilia se coloca en una pose de pelea. Roderick estaba observando, pero al ver que Aleksandra sube al carruaje, él sube con ella, indicándole al cochero que regresen a la villa. Para Roderick, lo que pase con Emilia, no es su problema.
— me pregunto si esa chica estará bien, esos hombres se veían peligrosos.— menciona Aleksandra.
— ese es su problema, si no eres lo suficientemente fuerte, no deberías buscar problemas con gente peligrosa.— responde Roderick.
— eres consciente, me agrada.—
Tras decir esto, durante los siguientes minutos de viaje, ambos quedaron en silencio.
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Dos días después, en la mansión del duque, la concubina estaba ansiosa, necesitaba saber si el conde Vera encontró algo en la villa, pero hasta ahora, ese hombre al parecer no regresa o no ha enviado información, de lo contrario el duque ya lo habría dicho.
— ¿esta segura que ellos harán buen trabajo?— mira a una de sus doncellas.
— si señora, plantaran la evidencia sin problemas.— asegura.
Y es que para asegurarse de que todo salga como ella quiere, hizo que su doncella consiguiera a un par de delincuentes para que entraran a la villa a dejar las evidencias que necesita el conde Vera para que corroboré que Roderick es un adicto, pero, el hecho de que no hayan tenido noticias de esos hombres la pone ansiosa.
— espero que no solo hayan huido con el dinero.— expresa molesta.
— no se preocupe señora, les di solo una pequeña parte, hasta que consigan lo que se les ordenó, les daré el resto.—
— bien, así se hace. Ve y averigua si han regresado.— ordena.
La doncella se marcha y justo en ese momento, llega Rusbel, informando a su madre que al parecer, hubo un desacuerdo con la princesa de Trois Blanc y esta planeando declarar la guerra.
— se dice que sus tropas se están preparando en la frontera.—
—¿que?, no puede ser, ¿por qué?, hemos estado en paz por años, es absurdo.—
— dicen que la princesa quería parte del territorio de Alkala, el emperador se negó y ella se fue amenazando al emperador.— explica.
La concubina se queda en silencio, si se inicia la guerra es probable que Rusbel sea enviado al campo de batalla al formar parte de las tropas del emperador, pues aunque apenas esta empezando, en una guerra envían incluso a los principiantes.
— hijo, no puedes seguir con la legión de caballeros, ¿y si en verdad se declara guerra?, no quiero que vayas, podrías no volver, ¿que será de mí? Ese estúpido podría convertirse en duque.— se muestra preocupada.
— madre no voy a renunciar, es mi sueño servir en la legión de caballeros, además no soy débil.— se defiende.
Si algo se salva de Rusbel, es que es un buen guerrero, aunque le falta demasiado para ser de los mejores y ascender a capitán o general. Y por supuesto, su sueño es ser uno de los mejores generales de la legión del emperador. La concubina no discute más, pero en caso de una guerra, ella tendrá que asegurarse de que su hijo no vaya. Más tarde, la doncella regresa, cuando la concubina esta sola le informa que los hombres que enviaron a la villa, no han regresado, pero que, el conde Vera a vuelto y que seguramente pronto mandará llamar al duque.
— ¿no se supone que eran de confianza esos hombres?, esos malditos huyeron con mi dinero.— expresa molesta.
— algo debió pasar señora, en el gremio me dijeron que ellos eran los mejores y más confiables.—
— maldita sea...si el conde no encontró nada, el duque estará molesto conmigo.—
La mujer se soba la mejilla, justo donde hace pocos días el duque la golpeo y sabe que si no encontraron nada, ese hombre volverá a golpearla por arruinar la reputación de los Ravenmoon.
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Aleksandra caminaba por el bosque que estaba tras la mansión de aquella villa, encontrándose con Elias, quien la esperaba en aquel solitario lugar, este le entrega una carpeta, diciendo que ahí esta todo lo que necesita saber sobre Roderick.
— por cierto, encontré algo muy interesante en el camino.— señala Elias atrás de él.
Este le hace una seña a Aleksandra para que lo siga, ambos caminan más a fondo hasta llegar por una pequeña ladera cubierta de maleza, pero enseguida se puede sentir un olor desagradable. Aleksandra se cubre la boca y nariz con un pañuelo ya que su olfato es más sensible. Elias le muestra que entre esa maleza hay dos cuerpo ya en mal estado.
— parecen mercenarios de un gremio y tienen pequeñas heridas hechas con una espada, quien se los hizo, no los quiso matar, quiso dejarlos sufrir hasta desangrarse.—
Elias señala las rodillas, las cuales fueron fracturadas, también los brazos tenían fracturas, por lo cual no podrían huir del lugar ni arrastrándose, mientras que las cortadas fueron hechas poco profundas, lo suficientemente para que fueran perdiendo sangre hasta morir o hasta que un animal se los comiera.
— me sorprende que las bestias no se los hayan llevado.— comenta Aleksandra.
— es un territorio sin bestias, pero, quien sea que hizo esto, fue cruel, les dio un final lleno de desesperación.— responde Elias.
Aleksandra observa no muy lejos de los cuerpos había un par de bolsas, seguramente eran de esos hombres, así que sujeta una, pues nota un olor muy peculiar en ella y al ponerla de cabeza, cae una bolsa de tela, la cual al no estar bien atada, se abre dejando ver una especie de hierva seca de color café.
— alucinógenos...— comenta Elias.
Aleksandra mira hacía atrás, donde apenas se pueden ver las luces de la mansión y sonríe ladina, Elias puede ver su expresión, era como si la joven príncipe hubiera encontrado algo tan interesante que la hizo emocionarse. Aleksandra se relame los labios y después le ordena a Elias irse, que ella mandara a buscarlo si es necesario, pero que se mantenga alerta a cualquier movimiento con respecto al emperador.
Aleksandra regresa rápidamente hacía la mansión, cruzando la cerca donde llega el límite de la propiedad y camina por el jardín, en ese momento, puede ver a Roderick caminando por el pasillo.
— alteza, ¿no es muy tarde para caminar por el jardín?, no se sabe que peligros pueden haber.— menciona Roderick al verla.
— solo fui en busca de algo, uno de mis caballeros trajo algo importante.— muestra la carpeta.
— ya veo, pero no era necesario encontrarse tan tarde, pudo entrar por la puerta principal.—
— le diré la próxima vez. Descanse, joven duque.—
Aleksandra pasa de largo, mientras que Roderick observa en dirección al bosque.
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