Cuando la vida, pone pruebas difíciles de superar y a pesar de todo sonríes ante la adversidad...
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Adversidad
Todo fue de maravilla en los primeros 2 meses, el pequeño Samuel, había subido de peso y su semblante era muy alentador.
Silvana y su hermano hacían lo posible por mandar a Don Johnny, puntualmente su abono para las deudas, haciendo cuentas con su hermano, faltaba la mitad del dinero para poder liquidar.
Se sentían felices con la noticia, Dentro de poco podrían ahorrar, para un departamento y mudarse, aunque ella extrañaría mucho a Samy.
Eso sí no pensaba dejar de trabajar para Gibrán, tenía mucho que agradecerle a él y al niño por supuesto, por confiar en ella y en su trabajo.
Unos días después, les llegó la notificación, de que necesitaban abonar pronto a su deuda con el banco, esto sorprendió a Silvana, quien de inmediato llamo.
Silvana: Buenas tardes, señorita, para preguntar, por qué me llegó un mensaje para abonar si cada semana se han hecho los abonos pertinentes.
Asesora: Muy buenas tardes, le informo señorita Silvana, que no se han hecho abonos al préstamo desde hace aproximadamente 2 meses, es.por eso que se le envío la notificación.
Silvana Se quedó sin palabras, si eso era cierto, Don Johnny, no había dado el dinero en 2 meses, sintió una mezcla de dolor, decepción y rabia. Él era como su padre y no, no podía ser.
Silvana: Gracias señorita, lo más pronto posible comenzaré a abonar.
Asesora: Le informo que su deuda creció el doble de lo que debe así que pedimos venga personalmente para llegar a un acuerdo.
Silvana: Si señorita me presentaré lo más pronto posible.
Silvana estaba impactada no lo podía creer, su amigo, casi su padre le había hecho eso, no se valía, ella y su hermano habían trabajado mucho por pagar esa enorme deuda, que ahora era casi impagable, era mucho dinero, no sabía que hacer, estaba tan estresada, que quería llorar.
Por la noche, que llegó su hermano, hablo con él, este comenzó a llorar de impotencia y rabia, de pronto se desmayó y cayó al suelo, Silvana comenzó a hablarle y al ver que no despertaba llamo a emergencias. En unos minutos llego una ambulancia, cómo no podía dejar al niño solo, se lo llevó con ella.
Pasaron algunas horas antes de que saliera un médico a darle informes.
Silvana:Doctor, ¿cómo sigue mi hermano?
Doctor:Está fuera de peligro, pero sufrió un infarto, tendrá que quedarse algunos días en observación, lo siento mucho, señorita.
Silvana: Gracias doctor, seguiré al pendiente.
Silvana se soltó a llorar no sabía que hacer, las dudas, su hermano, Samuel, sentía que no podía con tanto, era frustrante. De pronto sintió un abrazo de unos pequeños brazos, rodeando su cuerpo y miro al pequeño este le dijo:
Samuel: No llores mami, todo está bien, yo te quiero mucho y no dejaré que te suceda nada.
Silvana siguió llorando, pero ahora de alegría, era la primera vez que Samuel la llamaba mami, se sintió feliz aunque sabía, que era algo que quizás le gustase a su padre, ella se sentía feliz por ello. Silvana lo abrazo con fuerza y beso su frente.
En ese abrazo, los encontró Gibran, había oído a su hijo llamarla mami, y sintió una extraña satisfacción, que viera como su madre a Silvana.
El sabía que se había ganado con esfuerzo y dedicación, una palabra tan dulce como esa.
Se acercó a ellos y le dijo a Silvana;
Gibran: Puedo hablar contigo?
Silvana: Dime
Gibran: Qué le pasó a tu hermano?. Llegando a casa, un vecino me avisó que saliste, en ambulancia con tu hermano y mi hijo.
Silvana: Sufrió un infarto, y como no tenía con quién dejar a Samuel me lo traje conmigo, siento mucho esto.
Gibran Tranquila no es tu culpa, se que mi hijo no tenía con quién quedarse, hiciste lo que creíste correcto.
Gibran tomo a su hijo y se fueron a casa no sin antes decirle a Silvana que cualquier cosa que necesitara lo llamara, ella dijo que iría por la mañana, agradeció y se fueron.
Ella se quedó sola y pensando una vez más que la adversidad volvía a hacerse presente, saldría de nuevo a enfrentarla, a pesar del feo escenario, no se daría por vencida.
sino es lo mismo de siempre