La Villana Exiliada

Ritter Escalante, 22 años, el hijo de un importante Marqués, que han servido a la familia real durante generaciones. Ritter conoció a Delia desde los 10 años y ella tenía 8, era una niña muy linda y amable, aunque algo torpe y fácilmente la hacían llorar por otras niñas, así que su madre, quien era buena amiga de la madre Delia, le pidió cuidarla mucho, pues al crecer ellos se casarían, Ritter no dudo en hacerlo, incluso le tomo cariño, Delia era prácticamente como una pequeña mascota a la cual cuidar, hasta que ambos eran ya mayores y supo que estaba enamorada del príncipe heredero.

Ritter sabía que el príncipe tenía una prometida, incluso le advirtió a Delia, pero ella se negaba a romper la relación que tenía con el príncipe, incluso juraba que lucharían por ser felices, pero siempre fue débil ante las agresiones de Alesha, la prometida del príncipe, Alesha era una mujer preparada para sobrevivir ante las presiones de la sociedad, muy diferente a Delia, quien solo podía recurrir a él por ayuda.

Ritter la cuidaba, porque fue lo que prometió a su madre, pero cuando finalmente Alesha fue enjuiciada, supo que ya no era necesario todo eso, además su compromiso estaba roto y por eso, ya no veía necesario permanecer cerca de Delia, lo cual era un alivió para él, protegerla era un fastidio, fingir que le importaba, también era molesto, pero ahora finalmente era libre y tomo de excusa el salir de la capital a una misión, para cortar toda relación que tenía con Delia, ahora la chica era problema del príncipe y ya no suyo.

Incluso aprovecho la fiesta del Marqués Fischer para buscar una acompañante esa noche, como celebración de su libertad y vaya que encontró a la acompañante perfecta, la noche que paso con esa mujer fue una de las mejores, ella era apasionada y lo hicieron hasta quedar agotados, algo que no había hecho antes en sus otras aventuras, porque si, aunque estuviese comprometido, si tuvo alguna que otra aventura.

A fin de cuentas, nadie le dijo que a fuerza tenía que ser fiel y además, Delia no le era atractiva de ese modo, si bien era linda, no le gustaba de esa manera. Si lo piensa, incluso si se hubiera casado con Delia, seguramente la chica nisiquiera le permitiría consumar el matrimonio y tampoco hubiese tenido las ganas de hacerlo con ella, a fin de cuentas, para él, Delia era solo una mascota que cuidar.

Alesha por otra parte, es una mujer atractiva, que despierta pasiones en él, lo ha sentido desde hace mucho y si no fuese porque la propia Alesha nunca lo quiso cerca debido a que era amigo de su rival, él no hubiera dudado en llevársela a la cama. Pero ahora, nada le impide eso, aunque esta seguro que ya lo hizo, el aroma de la chica de aquella noche y el de Alesha, esta seguro es el mismo, y tiene que asegurarse de que así sea.

— has estado muy distraído estos días. ¿Será que lord Escalante extraña a lady Von Hansen?— se burla Marius.

— ¿que tiene que ver ella con mi distracción?— aunque Marius no esta muy alejado de la verdad.

— el día que nos quitamos de su mansión, la seguiste sin pensar. —

— solo quería ver que no cause problemas.— responde Ritter.

— claro, no discutiré eso. Por cierto, ayer vino un mensajero, es la invitación de la boda, tu padre dice que debes asistir.— le muestra un sobre.

— no iré, aunque le moleste, tengo mejores cosas que hacer.— Ritter prefiere fijar su vista en un par de documentos.

Necesita ver que los negocios con el Marques Fischer, estén en orden. Además, sería absurdo asistir, no quiere lidiar con las habladurías de todos, quienes le harán recordar que Delia fue su prometida y lo dejo por un mejor estatus y no hay mujeres que se ajusten a su gusto para llevarla como pareja en esa celebración. Más bien, hay una, pero no se le tiene permitido volver a la capital y ella parece odiarlo.

Ritter se pudo de pie y le aviso a Marius que saldría durante el resto de la tarde, pero que iría solo. Subió a su caballo y salió de aquella residencia donde se estaban quedando, para cuando detuvo al caballo, estaba cerca de la mansión del condado Adilia, avanza despacio, hasta que escucha un carruaje acercarse, por lo que se hace a un lado, pero dicho carruaje se detiene. Al abrirse la puerta, era Alesha quien salía de este.

— parece que estoy destinada a su presencia, Escalante.—

— debe de estar agradecida, no todo el tiempo puede ver a diario a un hombre atractivo.— se burla.

— veo que tiene un gran ego...— responde la chica.

— no es lo único grande, lady Von Hansen, aunque eso ya lo sabe, ¿no?— Ritter observa la reacción de Alesha.

Y si, esta hace un pequeño gesto de molestia al fruncir los labios, parece que no esta alejado de la verdad y Alesha, es la mujer apasionada con quien paso la noche.

— hacer ese tipo de insinuaciones indecentes pueden traerle consecuencias, Escalante, podría yo denunciar su acoso.—

— no la he acosado, solo nos hemos cruzado de casualidad y usted fue quien se detuvo.— se encoge de hombros.

Alesha ya estaba algo irritada por la presencia del albino, pero trata de mantenerse tranquila.

— entonces no lo entretengo más. Espero lo devore un demonio.—

Dicho esto, Alesha cerro la puerta del carruaje y continuó su camino, mientras que Ritter solo da la vuelta, pero regresará triunfante a casa, porque tal parece que logró ganar la discusión. Pero ahora esta seguro que Alesha es esa dama con quien paso una noche, una noche que esta dispuesto a repetir.

Tras bajar del carruaje, Alesha se apresura a ir a su habitación y pidió que nadie la moleste, al entrar, camino hacía la ventana donde observa hacía la calle, aunque al parecer Ritter se había ido, lo que no esperaba es que él se diera cuenta de que fue ella con quien paso la noche, después de todo pensó que no le tomaría importancia.

Alesha se fue a sentar en su cama, debe calmarse, lo primero es esperar, duda que el chico ande por ahí divulgando lo que paso entre ellos, sería arruinar también su propia imagen. Todos hablarían de como se consuelan tras haber perdido sus compromisos.

Alesha sonríe brevemente, eso último no estaría tan mal, podría mostrarle a Delia que ella se quedo con su preciado amigo y que gracias a que se quedo con el príncipe, ella mucho más feliz, no hay mejor forma de vengarse, que restregar su felicidad en la cara de sus enemigos.

— Escalante, serás mucho más útil de lo que crees...— habla para si misma.

...