Viviana Smith, ha estado enamorada de Tomás Jhonson desde su primer año en la universidad, fue para ella amor a primera vista, lastimosamente el solo tiene ojos para su novia Kendall, vivían se ha resignado, está segura que nunca va a tener una oportunidad con él, pero debido a una trampa puesta por Jeimy su mejor amiga y hermana de Tomás, ellos terminan casados, durante varios meses Vivían sufre por los desplantes y desprecios de Tomás, pero un día, después de un fatal accidente, ella decide olvidarse de él marcharse lejos, pero jura vengarse de las personas que le hicieron daño y acabaron con lo más preciado para ella.
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Capitulo 6
Es una lastima
Vivian
A la mañana siguiente me levanto a las 6:50, procurando así alistarme y poder llegar con buen tiempo. A las 8:15 de la mañana ya estoy lista y me miro en el espejo del armario feliz por el resultado.
Elegí una falda que me llega hasta la rodilla de color negro ajustada al cuerpo, de tiro alto con detalles de botones enfrente, una blusa de satén de color beige, de mangas largas y escote en V, a pesar de que el escote es bastante bajo no se notan mis pechos porque el corte es bastante cerrado, elegí unos tacones cerrados del mismo color de la blusa o lo más parecido posible, una cartera del color de la falda, un maquillaje sutil nada cargado ni extravagante, y mi cabello lo llevo amarrado en una coleta baja, bien cepillado.
- Bueno, vámonos.
Salgo de la habitación y bajo las escaleras, al llegar al pie de esta saco mi teléfono para llamar un taxi, justo en ese momento Carmen aparece en el lugar proveniente de la cocina.
- ¿ Va a salir? - indaga y asiento. -. ¿ Si el señor llega a venir qué le digo? - levanto la mirada del teléfono y la miro señuda.
- Carmen, ¿ Cuántos días llevo viviendo aquí? - pregunto ella frunce el ceño confundida por mi pregunta.
- Cinco días joven. - responde.
- ¿ Y en esos cinco días has visto al Señor Johnson en esta casa?
- No.
- Esacto, ¿ Qué te hace pensar que él va a venir hoy? - cuestino. - Relájate, que si lo hace, creeme no va a preguntar por mi. - digo con una sonrisa de ironía aunque por dentro aquello me causé un agudo dolor.
Ella baja la mirada, pero aún así mantiene esperando mi respuesta, suspiro y decido decirle solo para que se quede tranquila. - Iré a firmar un contrato de trabajo. - informo, ella levanta la mirada y se nota aliviada.
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Media ahora después ya me encuentro en el lugar, las puertas del ascensor se abren en el piso número 20 y salgo de este, me topo con un lobby bastante amplio en el que hay una recepción la cual es atendida por una chica alta castaña y frente a ella un sofá con una mesa de centro en donde se encuentran una revistas perfectamente acomodadas y un jarrón con flores blancas.
Tomo aire y camino hacia la secretaria quién me regala una sonrisa amable.
- Buenos días, tengo una cita para las nueve en punto en este lugar, me llamo Vivian Smith. - saludo e informo.
- Sí, yo fuí quien la llamé ayer, el señor Narváez es quien la va atender, pero en estos momentos está ocupado, tome asiento y espere por favor. - dice señalando me el sofá, le sonrió y asiento.
Doy media vuelta y camino hacia el sofá, tomo asiento y respiro hondo para controlar mis nervios, de pronto una mujer pelinegra, sale de una de las oficinas con el rostro carmesí no sé si de rabia o vergüenza, supongo más que la primero, ya que pasa por el lobby a toda prisa, el teléfono de la secretaría suena y lo responde rápidamente.
- Diagame señor Salvatierra. - habla, la mujer pone un rostro de asombro y luego de terror. - Si señor, ya me encargo de eso. - apresurada se para de la silla y sale de su lugar de trabajo, para luego ir hacia la otra oficina, tocar la puerta y a los pocos segundos entrar a esta.
¿Que estará pasando? Me estoy poniendo más nerviosa.
A los cinco minutos la mujer sale de la oficina con una carpeta en la mano, va directamente hacia la otra oficina toca la puerta y luego entra.
!Cielos! El semblante de la chica pasó de tranquilo a estresado en cuestión de segundos.
Esto me está asustando.
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Lorenzo
Me cago en.... Mierda, esa estúpida mujer me acaba de dañar el día, ¿Cómo se atreve a tocarme sin mi consentimiento? Odio a las mujerzuelas que se ofrecen fácilmente.
La puerta de la oficina es tocada y miro al frente.
- Pasad. - digo, las puertas se abren y por esta se asoma Pamela con un semblante nervioso.
- Permiso señor. - dice adentrándose en el lugar.
- Dime. - le exijo, no estoy para gilipolleces.
- Señor Salvatierra, el señor Narváez ya se está encargando de el despido y la liquidación de la señorita Andrea, con respecto a su solicitud de una nueva asistente lo más rápido posible, le informo que precisamente hoy habíamos citado a una joven para que firmara contrato e iniciara sus labores como asistente del señor Narváez, en vista de lo sucedido él se ofrece a cederle a la joven. - explica.
- Muy bien.
- Pero, hay uno problema. - dice y la miro melesto. - La joven está en el programa de practicantes. - termina, pienso un momento lo que me acaba de decir.
No me gusta nada esto, preciso de una persona con experiencia, y no una chavala que necesita aprender.
- ¿ Es ese el currículum de la joven? - pregunto, ella asiente. - Tráelo acá. - estiró mi brazo y ella camina rápidamente hacia mi, me entrega la carpeta y al abrirla y ver la foto, siento que he visto esta chica en algún lado, hago memoria y rápidamente recuerdo. Es la chavala qué me tropezó hace varias semanas al salir del ascensor.
- Cómo puede ver, la chica tiene excelente recomendaciones y un buen promedio. - comenta Pamela.
- La mujer que acabo de despedir también tenía excelentes recomendaciones, y resultó ser una mujerzuela interesada en que me la follara para sacar provecho de ello. - comento, Pamela abre los ojos y luego baja la mirada.
- ¿ Habéis dicho que la chica está aquí? - pregunto y ella asiente . - Hazla pasar.
- Sí señor, permiso.
Pamela sale de la oficina igual de nerviosa mientras yo sigo leyendo el currículum de la chica.
Vívian Elizabeth Smith Laurent, 23 años, está en el último semestre de administración de empresas, tiene un promedio excelente y según la descripción de sus docentes es una chica muy inteligente, con iniciativa y alto sentido de la responsabilidad.
La puerta de la oficina es tocada nuevamente y levantó la mirada de los papeles.
- Pasad.
La puerta se abre y por esta entra la susodicha, debo decir que mi memoria no le hacía justicia, es más hermosa de lo que recuerdo, tiene un hermoso cabello rojo, cejas, abundantes y largas pestañas del mismo color, unos ojos azules claro increíbles, nariz muy delicada y respingona, labios carnosos perfectamente pintados de un rosa pálido, su cara es muy angelical, su piel es blanca y cremosa, no es ni alta ni baja puede estar midiendo entre 1,67 Centímetros o tal vez 1,70, es de contextura delgada, pero aún así tiene curvas bastante prominentes las cuales su atuendo deja apreciar.
-Buenos días señor Salvatierra. - saluda con un tono de voz angelical.
- Buenos días señorita Smith, tome asiento por favor. - le pido y ella hace lo que digo. - Muy bien, ¿ La señorita Pamela le ha informado lo que sucede?
- No señor.
- Muy, bien, le explico, acabo de despedir a mi asistente personal, Me faltó el respeto y no tolero esos actos, debido a el cargo que ocupo en esta empresa no puedo estar sin asistente por mucho tiempo, a él señor Narváez se le ha ocurrido la idea, de que usted quien se supone iba a ser su asistente pase a ser la mía, en otras circunstancias no aprobaria la idea, pero en vista de que esto es algo que se me sale de las manos voy a darle la oportunidad, estará a prueba un mes señorita Smith - informo. - Si en ese tiempo usted cumple con su trabajo a cabalidad, firmará un contrato indefinido con la empresa, de lo contrario se quedará en el programa de practicantes y se pondrá en algún área. ¿Qué le parece? - cuestionó al finalizar.
- Me parece excelente. - afirma.
- ¿ Puede empezar hoy mismo?
Ella se sorprende por unos segundos, pero después asiente.
- Claro, no tengo ningún problema. - asegura.
- Muy bien señorita Smith, bienvenida a industrias Salvatierra. - digo extendiéndole mi mano, ella sonríe y la toma, en ese momento me percato de el anillo de boda en su dedo. - ¿Es usted casada? - pregunto.
- S... sí. - responde apenada.
- Su currículum dice que es soltera.
- La verdad es que me casé hace pocos días, menos de una semana de hecho. - explica y la miro sorprendido.
- Señorita Smit, cómo CEO de industria Salvatierra usted al ser mi asistente tendrá que acompañarme a galas, cenas o reuniones de negocios, incluso si lo necesito deberá acompañarme a viajes dentro y fuera del país, ¿Cree que esto le puede generar algún problema con su esposo? - pregunto tratando de ocultar mi decepción al saberla casada.
- No señor Salvatierra, no hay ningún problema - asegura y puedo jurar que veo tristeza en sus ojos.
- Muy bien, si usted lo dice. - comento. - Comencemos con algo sencillo. - digo y tomo la tablet de misescritorio. - En este artefecto están registradas mis citas de la tarde y de la próxima semana, necesito que cancele, las del jueves en la mañana y las pases para el viernes en la tarde, y las de el viernes en la tarde las pases para el sábado por la mañana, por favor intenta que el sábado después de doce no tenga ningún compromiso, también acabo de enviar un archivo sobre los próximos productos que se van a lanzar, necesito que revises que todo este en orden con los permisos y certificados de la FDA. y que me envíes el informe al finalizar la tarde. - ella asiente rápidamente y evito sonreir por aquello. - Puede retirarse.
- Si señor, gracias, permiso. - da media vuelta y no puedo evitar apreciar su culo respingon.
Es una lastima que sea casada.
Lorenzo Salvatierra Lagos