Sol Rucci es una joven de 18 años que ha sido profundamente marcada por la trágica muerte de su hermana, Flor, sucedida ante sus propios ojos. Al quedar huérfana, fue acogida y protegida por el novio de su hermana, quien asumió su crianza desde que Sol tenía 10 años. Ambos han encontrado en su apoyo mutuo una forma de sobrellevar el dolor de esta pérdida.
Con el paso del tiempo, él ha desarrollado una tendencia a sobreprotegerla, ejerciendo un control sobre su vida. Por su parte, Sol ha experimentado un notable aumento en su belleza, convirtiéndose en un reflejo impactante de su hermana. Con el tiempo, comienza a despertar en ella sentimientos que trascienden la gratitud y el apoyo, mientras que él empieza a verla de una manera diferente, ya no como la niña indefensa a la que él protegía por una promesa hecha a su novia antes de su muerte, sino como una oportunidad de reencontrarse con su amada Flor a través de ella.
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Capítulo 15 Propuesta 1/2
Sol Rucci
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Al día siguiente, informé al profesor que aceptaba. Él me indicó que debía entregar unos documentos. Al despedirme, me dirigí a la cafetería, donde encontré a Zoe y Edmon, y al llegar, los saludé.
—Chicos, quería contarles que en dos meses me iré a Estados Unidos a terminar mis estudios y también mi maestría. Gané un concurso que el profesor me mencionó —les anuncié con emoción.
—¡Felicidades, Sol! —exclamó Edmon, visiblemente emocionado.
—Felicidades, pero, ¿Kai ya lo sabe? —preguntó Zoe, mostrando curiosidad.
—Sí —le respondí.
—¿Aceptó? —inquirió, arqueando una ceja.
—Sí, él me apoya. Es muy comprensivo y entiende que esto es muy importante para mí —contesté, llena de entusiasmo.
Zoe y Edmon intercambiaron miradas, y luego ella se volvió hacia mí, atónita.
—No tengo palabras. Me sorprende que Kai te deje ir tan fácilmente. Pero me alegra por ti, Sol. Espero que te vaya muy bien —me dijo.
En ese momento, observé que Estrella se acercaba hacia nosotros, deteniéndose frente a nosotros con una expresión seria.
( Estrella)
—Le conté a Flakin lo que siento —anunció.
—¿Qué? —preguntamos todos al unísono.
—Y él me rechazó —dijo, mirando al vacío.
—¿Qué? —repetíamos todos, sorprendidos aún más.
—Intenté otra vez... Yo no me rindo —señaló de nuevo.
—¿Qué? —exclamamos nuevamente, ahora con las manos en la cara, incredulidad total.
—Al final, Flakin admitió que yo también le gusto.
—¿Qué? —arqueé una ceja, incrédula.
Miré hacia Zoe, quien cubría su rostro con las manos, mientras Edmon la miraba con la cabeza moviéndose en negación.
—Ahora somos novios —dijo Estrella, sonriendo.
Los tres quedamos en silencio. Estrella nos observó con una sonrisa; jamás imaginé que ella estuviera interesada en Flakin y que ahora fueran novios. Sin duda, Estrella es una caja de sorpresas y un poco loca. Se sentó al lado de Zoe, quien la miró y le dijo:
—No puedo dejarte sola ni un segundo, pero mira todo lo que haces... ¿Dónde quedó eso de nada de chicos? —le reclamó Zoe.
—Nada va a cambiar. Es que Flakin es tan guapo y estaba solito; lo quería para mí, fue como un acto de caridad, Zoe. No te molestes, es tu mejor amigo; al menos cayó en buenas manos —respondió Estrella, dándole un suave golpecito en la espalda.
—Como te digo?, Santa Estrella, espero que no sea un capricho tuyo. Sabes que Flakin es mi mejor amigo y no quiero que sufra —le advirtió.
—Y yo soy tu prima, así que debes estar de mi lado. No pienso hacerlo sufrir... bueno, sí, pero solo cuando estemos en la cama —respondió.
Las dos se miraron y estallaron en risas, mientras yo sonreía, pensando que Estrella es completamente alocada. Edmon se despidió.
Me despedí de las chicas y, tras finalizar las clases, me dirigí hacia el auto. Minutos después, ya estaba en casa. Subí a mi habitación en busca de mis pastillas, tomé una y la acompañé con agua. Luego, fui a la biblioteca a estudiar. Tenía una mezcla de emociones; en dos meses viajaría a Estados Unidos. ¿Qué me esperaba allí? Conocería nuevas personas y comenzaría la maestría, pero al mismo tiempo, solo pensarlo me producía tristeza: dormiría sola y estaría lejos de Kai por un tiempo. Eso me partía el corazón, pero sabía que sería un pequeño sacrificio. Sonreí para darme fuerzas.
Las semanas transcurrieron con normalidad. Me recogí el cabello, apliqué un poco de labial y ya estaba lista. Al bajar, vi a Kai con su teléfono en la mano. Cuando levantó la vista, se puso de pie rápidamente, se acercó a mí, me dio una vuelta y luego besó mis labios.
—Te ves tan hermosa, mi reina —tomó mi mano y le dio un beso.
—Gracias, amor, tú estás muy guapo. ¿No me has dicho a dónde iremos? —le pregunté, curiosa.
—Es una sorpresa, mi reina —dijo, entrelazando nuestras manos.
Caminamos juntos hacia la salida de la casa. Pasados treinta minutos, noté que nos encontrábamos fuera de la ciudad hasta que llegamos a una hacienda. El auto se detuvo y Kai sacó un pañuelo de su bolsillo.
—Te voy a poner este pañuelo en los ojos —me informó.
—Eres muy misterioso, amore mio, ¿qué estás planeando? —le pregunté, juguetona.
—Lo verás muy pronto, mi reina curiosa —me respondió.
Me colocó el pañuelo en los ojos. Luego escuché cómo la puerta se abría y se cerraba. Segundos después, volvió a abrirse. Él tomó mi mano, me ayudó a bajar y, tras caminar unos minutos, nos detuvimos. Kai me quitó el pañuelo, y ante mí se desplegó un camino de pétalos morados.
Mis flores favoritas, además de ser el color morado mi favorito. A su alrededor había muchas rosas y faroles. Era un lugar hermoso y romántico. Miré a Kai, le sonreí y le di un beso en los labios.
Vi que él se arrodillaba y sacaba una cajita negra. La abrió y me mostró un hermoso anillo morado en forma de corazón. Me emocioné mucho, ¿sería lo que pienso?
—Mi reina, mi sol, ¿deseas casarte conmigo? —me preguntó.
—Sí —respondí con emoción, mientras las lágrimas de alegría nublaban mis ojos.
Él colocó el anillo en mi dedo, se levantó y me dio un beso en los labios. Nos abrazamos durante unos segundos, y luego, nos separamos para volver a besarnos por unos instantes.
Él me toma de la mano y caminamos durante unos minutos. Me muestra un lugar hermoso y nos sentamos. Comienza a acariciar mi rostro.
—Amor, esta noche nunca la olvidaré, es hermosa y especial. Cuando regrese, nos casaremos —me dice, observando cómo su expresión de alegría se torna seria por un momento, para luego esbozar una sonrisa y pasar sus dedos por mi cara.
—Entonces te esperaré, mi reina —me besa.
Se levanta y noto que se dirige a una mesa. Regresa con platos y comenzamos a comer. Después de unos minutos de conversación sobre cómo sería nuestra boda, coloca su mano en mi pierna y comenzamos a besarnos, dejando que nuestro amor y deseos tomen protagonismo. Hicimos el amor con ternura; sus besos recorrían cada parte de mi cuerpo, sus caricias acompañadas de mis gemidos resonaban en la naturaleza. Esta noche sería testigo de nuestro amor. Me entregué por completo a él, deseando experimentar todo, por lo que permití que esa noche fuera una expresión plena de nuestra conexión, culminando en un delicioso orgasmo.
ahora resulta que flor no estaba muerta que la habían llevado a otro país para que se prostituirla ahora que ha escapado qué casualidad que se haya topado con Kai ahora qué pasará kai dejará sol por flor