Karina es una chica como cualquier otra y Todos los días se repite a si misma:
todas las personas en el mundo tiene un sueño incluso si es muy difícil siempre tienen éxito.
Todos tenemos problemas pero tenemos que seguir adelante, y tener fe.
A quien quiero engañar el mundo es una porquería las historias de Cenicienta y el príncipe azul nunca son verdaderas.
Pero hay algo en lo que si creo y esto es el trabajo duro siempre tiene recompensas.
Edward James es un actor americano que apesar de tener mucho éxito nunca ha Sido feliz con su fama.
Toda la gente que se acerca a el lo hace solo por interés nadie está a porque de verdad lo quieran, eso es lo que el piensa.
Los caminos de ambos se cruzan cuando el la hace pasar por su prometida frente a su ex novia.
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Por fin llegó el día de la boda.
Fue fácil y rápido elegir una invitación. Decidí que hoy mismo le compraría el anillo de compromiso. En la joyería tuvimos una pequeña discusión. Ella quería el anillo más barato y porsupuesto que me negué.
¿La esposa de Edward James con un anillo barato.? ¿Cómo quedará mi imágen si hago eso.?
Después de repartir las invitaciones, escoger el menú, comprar el ajuar, las pruebas de maquillaje, escoger los regalos, etcétera. Por fin llegó el día de la boda.
...Karina. ...
Los días pasaron demasiado rápido. ¿No habrá forma de hacer que el tiempo duré un poco más.?
Hoy es jueves. Si fuera martes la cancelaría con el pretexto de que en México es de mala suerte, ¿debería inventar que es de mala suerte casarse en jueves.? Nadie va créeme. No quiero salir de mi cama. Ya sé. Voy a inventar que estoy enferma.
Ese hubiera sido el pretexto perfecto pero los maquillistas llegaron muy temprano y me sacaron de la cama. Según ellos ya era muy tarde.
Me bañé más lento que de costumbre. Ellos me regañaron un poco, después me secaron el cabello y me maquillaron. Dos chicas me ayudaron a ponerme el vestido y fue hora de bajar. Aunque yo no quería. La parte de bajar era la que más me preocupaba.
— Señorita ya es hora de que usted...
— En mi país es de mala suerte llegar temprano a la boda. — Okay no estamos en México pero yo digo siendo mexicana, debo respetar mis tradiciones.
Pasaron unos 20 minutos y no pude hacer que ellos esperarán más. Cuándo bajé todos me miraban impresionados. No sabía porqué. ¿Me veré ridícula.? Ojalá que no. Hice todo lo posible por verme bien hoy. Los estilista y maquilladores trabajaron mucho. Al menos deberían reconocer su esfuerzo y no juzgarme.
...Edward....
No imaginé que esa chica tan sencilla qué elegí cómo esposa falsa sería tan hermosa. Me siento un poco extrañó. Sobre todo porque ella viene hacía mí. Y no puedo quitarle los ojos de encima.
— ¿Los dos están aquí por voluntad propia.? — Preguntó el juez. Ambos respondimos que si. Aunque sabemos bien que ella no lo está.
La aburrida ceremonia transcurrió sin ningún problema y firmamos el acta de matrimonio. Todos gritaron "beso" no me molesta besarla pero se que a ella si. Le daría un beso corto pero nos e verá real mi amor hacia ella.
La tomé de la cintura y la besé hasta que mis pulmones se quedaron sin aire. Ella me vió un poco enojada pero ésto era necesario. Le estoy pagando para que haga bien su trabajo.
Scarlett vino a felicitarnos, al igual que todas las personas que invité a mi boda.
...Karina....
Recibí abrazos de extraños y para calmar mi ansiedad empecé a comer lo que se me ponía enfrente. Exageré un poco y fuí al baño para vomitar.
Creó que alguien me escuchó. No le di importancia pero cuándo volví a la fiesta me felicitaron por mi embarazo.
¿Embarazada yo.? Pero si nunca he tenido intimidad con nadie. ¿De quién se supone que es.? ¿Del espíritu Santo.?
Gracias a Dios Edward me ayudó a aclarar que no estoy embarazada. Seguro lo hizo porqué así Scarlett no pensará solo se casó conmigo para cumplir su responsabilidad como padre. Pero se agradece que haya sido sincero.
Scarlett se veía muy triste. Me sentí mal por ella. Y a la ves me sentía frustrada. Tuve que ponerme a tomar. Y ni siquiera se beber bien.
...Edward....
Los invitados se fueron retirado al mismo tiempo que Karina se iba emborrachando. Me apresuré a despedirlos porque si ella suelta una palabra que no debe estaré perdido y de nada habrá válido la farsa que arme.
Afortunadamente todos se retiraron y llevé a Karina a su habitación. Ella se puso a llorar en cuánto la dejé sobre la cama.
— ¿Porqué estás llorando.?
— ¿Sabes lo que pensé cuando me probé este vestido?
— No soy adivinó. ¿Cómo puedo saber.?
— Pensé que éste vestido es tan hermoso que es injusto tener que usarlo en una boda dónde el novio no me ama y tampoco es la persona que amo.— Lloró todavía más. — ¿Porqué tengo que casarme siendo tan joven.? — Tiene un poco de razón. Si es muy joven. — ¿Porqué?, para colmo con alguien que solo me está usando para vengarse de la persona que ama.