Cásate Conmigo

Tras duras negociaciones que duraron varios meses, finalmente, mis padres lograron su objetivo, así que me llamaron a su despacho el fin de semana.

La buena noticia (para mí) es que ya tengo la autorización y una habitación asignada en la escuela, la mala (para mis padres) tengo ya bien mi plan de respaldo, porque estoy segura de cuál es la noticia que me darán.

Marqués Durand: Latifa, eres tan fea y poco agraciada que no dejan de circular rumores de que en esta carrera de dos eres la última y jamás llamarás la atención del Príncipe Salomón. Eso está convirtiendo a nuestra familia en una burla.

Latifa: Padre, usted mejor que nadie sabe que el amor no es algo que se pueda forzar, y aunque desde pequeña me he colocado al lado de su Alteza, él no deja de verme como una hermana… de hecho, hace poco habló conmigo al respecto.

Meses atrás

Salomón: Latifa cuándo vas a dejar de hacer tantas tonterías, ¿no te das cuenta de que sólo te pones en ridículo cada vez que me confiesas tu amor?

Latifa: Salomón, ¿no has pensado que si lo hago cada semana desde que tengo 10 años es por una buena razón? Pese a tu rechazo y desprecio… ¿no se te ha ocurrido pensar que hay algo más detrás de todas esas “declaraciones”?

Salomón: No entiendo a qué te refieres, se bien que soy demasiado guapo y te gusta todo de mí, siempre lo enfatizas, pero para mí sólo eres como una pequeña hermanita, jamás te veré como mujer, además, no eres nada atractiva físicamente como para tentarme…

Latifa: Wow, lo último estaba de más… pero yo sólo quiero que sepas que mientras no tomes una decisión sobre tu prometida yo deberé insistir en declararle mi “amor” y pedirte que te cases conmigo, ¿entiendes?

Salomón: La que parece que no puede entender las cosas eres tu, te acabo de decir que no puedo verte más que como una hermana y sigues insistiendo… mira, me duele ver como te humillas cada semana porque te aprecio pese a tus constantes errores…

Latifa: [Vaya este tipo no entiende una indirecta, cómo le hago saber que debe decidirse rápido por su prota para que pueda recobrar no solo mi libertad sino rescatar un poco de mi dignidad… sólo habla de que estoy enamorada de él y que él no me corresponderá… ganas de darle un par de bofetadas guajoloteras… lástima que no puedo hacerlo porque me ahorcarían…]

Salomón: …no en balde hemos sido amigos desde la infancia, pero no puedo tolerar siempre que hagas el ridículo y me hagas quedar en mal ¿crees que a mí me gusta rechazarte cada semana?

Latifa: Sí, eso infla tu ego… [demonios, lo dije en voz alta]

Salomón: ¿De verdad? Eso piensas de mí… (suspira) Me temo que ya no voy a defenderte más… si te sigo protegiendo nunca entenderás… deja de declararme tu amor, ya no detendré a los que quieren burlarse de ti.

Latifa: [¿Lo habías hecho? Pues pésimo trabajo] Salomón, me temo que no podré detenerme a menos que deje de ser la hija de mis padres.

De regreso a la actualidad

Najma Durand: Rofan deja de dar vueltas y dile directamente nuestra decisión.

Marqués Durand: (Carraspea) Hemos decidido adoptar a la tercera hija del barón Tatli, Salma, ella será una mejor candidata de nuestra familia para el puesto de Princesa heredera. Es un año mayor que tu así que estará bien, creo que ya son compañeras de clase, así que no te costará llevarte bien con ella.

Latifa: (Fingiendo estar indignada) ¿En serio? ¿Y qué pasará conmigo?

Najma Durand: No sirves para mucho, así que si no conseguimos un candidato para un matrimonio, lo más probable es que te mandemos a un convento para que dediques tu vida a los dioses… aun lo estamos decidiendo.

Efectivamente, en la novela original, el pretexto puesto por los padres de la verdadera Latifa para sacarla de la lista de candidatas era que había descubierto su amor por la religión y quería convertirse en sacerdotisa, así que luego de que la hicieron confesar un amor inexistente de los 10 a los 18 años, la mandaron a pudrirse al peor convento que encontraron y ahí murió abandonada la pobre… pero eso no lo permitiré, esta nueva vida es una oportunidad y no la voy a dejar…

Marqués Durand: Tu nueva hermana llegará la próxima semana, ella ocupará tu habitación y hablaremos con sus majestades para que saquen tu nombre de la lista de candidatas a Princesa heredera, así que prepárate. Ah, como ya no necesitarás una nana, a partir de esta semana Lara está despedida.

Latifa: ¡Vaya! ¡Lo tienen ya todo planeado! ¿Hay alguna sugerencia que pueda yo hacer?

Marqués Durand: No, no puedes hacer nada, sólo quiero enfatizar que eres la mayor vergüenza de nuestra familia y definitivamente no aportas nada digno a la casa Durand.

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