Mí Otra Oportunidad

Corrí con tanta velocidad, y eso que no me gusta correr, pero corrí tan rápido que no me di cuenta cuando el camino termino y ya estaba dentro de las ruinas.

De repente me encontré en un lugar común anfiteatro antiguo, algunas columnas rotas y medio caídas, como si alguien las rompió en una pelea, pero claro quien con esa estatura las rompería si las paredes parecían un edificio de 10 pisos. Y las columnas también. El color esa ocre y ladrillos vistos. Columnas grisáceas y al fondo unas de mármol. Esas estaban intactas, por curiosidad me fui para allá, como siempre mi curiosidad me gana.

No sé por qué en este sitio las distancias son tan grandes, camino o corro, pero tardo tanto en llegar. Después de tal vez una o dos horas de mi recorrido paro, y suspiro. Coloco mis manos en mi cintura en forma de garra, y pienso:" en otras 6 ha. Tal vez llegue", y nuevamente ese viento me elevó y llevo hasta esas columnas. Sonreí feliz por el viaje y le di las gracias, y esa voz de trueno solo dijo "de nada".

Cuando creí que era el final esas columnas, me equivoque en realidad era la entrada a un jardín enorme donde se veían unas doce estatuas de unos 10 metros cada una, todas de mármol impecable. No sé por qué camine hacia una, la única que estaba dando la espalda, ya que todas miraban a la entrada en forma circular pera está estaba más alejada, fuera de ese círculo y miraba hacia el horizonte. Por alguna razón esa me intrigaba no sé si por su espalda bien marcada, triangular, omóplatos delineados, cintura definida y sus glúteos perfectos, dignos para morder si fueran humanos. Pero no veía su rostro, no sus pectorales, y deseaba verlos, mientras más me acercaba más grande veía la estatua, y no podía rodearla, se me hacía imposible como si creciera a medida que lo quería ver. Llegué a ver su mano izquierda estirada señalando al infinito y noté dedos finos y elegantes, uñas suaves y cortas, y una marca como una cicatriz, pensé que el escultor se le cayó el cincel en tan perfecta mano y daño su belleza dejando esa cicatriz con forma de medio corazón con un borde de rayos, al verla sentí como si allí el escultor hacía un corazón he, pero pero al caer su herramienta lo partió dejando solo la mitad esculpida y la otra no la pudo terminar por qué se rompió el material o la herramienta. Verlo me causo tristeza y como un flash en mi mente me recordó que esa mano ya la vi innumerables veces cuando trabajaba en la emergencia y luchaba por sacar de un paro cardíaco a alguien, siempre sentía esa mano que me lo arrebataba y yo hasta llegue a pegarle un chirlo una vez para que dejara a ese niño vivir. Ese niño vivió y ya tenía unos 20 años y seguramente estaba con su familia reubicada como mí, hijo.

Que gracioso llegar hasta aquí y ver una estatua con esa mano, por su lado derecho, de lejos vi tenía una figura oscura, me parecía un perro de atrás, pero como no podía ver el frente no estaba segura, tal vez sea un lobo.

Gire un poco más y cuando estaba a punto de ver su pecho y su rostro fui empujada de un golpe al centro de las estatuas. Caí de espaldas un dolor generalizado me hizo recordar mi vida y todo lo que sentí día a día mientras existía en mí, mundo, respire profundamente y me dije como siempre:" el dolor es psicológico, el dolor es psicológico" y después de la tercera vez que me lo dije pude reincorporarme. Suspiré y miré al frente. Una vos femenina al hablar era como el sonido melodioso del trinar de las aves me dijo,:" está prohibido ir allí, solo tienes que llegar hasta acá y nosotros diremos donde irás, de acuerdo a tu vida pasada".

Me disculpe, le dije que no sabía y pregunté dónde estaba y quién eran.

Somos dioses, muchos dicen del Olimpo, unos dicen dioses griegos, otros romanos, otros escandinavos, en fin somos deidades que de a cuerdo a su mundo. Aunque nos abandonaron en ritos, y quedamos relegados a los libros antiguos seguimos existiendo e interviniendo en su destino.

Pero por qué estoy acá, si ya viví lo suficiente, respondí. Y otra voz como un susurro me contestó:"porque el dolor era muy fuerte". Yo sonreí, bajando la cabeza, respire profundo para no llorar, ocultando como siempre mi sentir y solo le dije, ya pasó. Aunque en este. Momento sentía que no respirar podía del dolor de espalda por la caída.

Otro ser me manifestó:"en nuevos mundos colocamos a las familias completas" en mundos rotos que necesitaban ayudas colocamos profesionales y artesanos para qué ayudarán con su ingenio a descubrir curas de enfermedades y tecnología"

Y casos especiales les enviamos a los mundos mágicos así disfrutan su nueva vida sin dolor ni sufrimiento.

Y yo soy un caso especial, respondí riéndome, incrédula, ya que no me sentía especial, ni sentía que hubiera hecho algo especial para merecer está oportunidad, solo padecer 40 años de dolor.

Si lo eres, un rugido resonó, y un eco de campanas agrego y no es por el dolor, sino por las sonrisas y las caricias al corazón que diste en tantos años, por la empatía y el acompañar al buen morir de tantas personas, que nos hizo fácil llevarlos a su nuevo plano. Y otra vez el trueno se escuchó y una risa maléfica se escuchó, y caí.