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LA ABOGADA DEL CAPO ITALIANO

LA ABOGADA DEL CAPO ITALIANO

Status: En proceso
Genre:Aventura de una noche / Arrogante / Mafia / Equilibrio De Poder
Popularitas:28.6k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Mar

Luigui Cardona hijo adoptivo de Cardona el encargado de la mafia Italiana.
Enamorado de Emma Greco Alvarez una de las hijas menores de Giacomo Greco y Soledad Alvarez .
Emma es la menor de las trillizas y es la última de los hijos de esta familia .
Es la más parecida en la forma de ser a Soledad pero tiene la fuerza , fortaleza de Giacomo.
Enamorada de Luigui en la cual le declara su amor a él siendo rechazada , eso le rompe el corazón a la pequeña Emma , pero no le impide después de cinco años aprovechar la situación y obligarlo a casarse con él así cumpliendo las palabras que le dijo ese día.
Luigui aceptará ese gran amor que siente por Emma desde el primer día en que la conoció .

NovelToon tiene autorización de Mar para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPITULO 4

El motor del auto se apagó, y el silencio fue reemplazado por la sinfonía de la noche. Luigui giró la llave con calma, como si saboreara la anticipación, y luego se volvió hacia Emma. En la penumbra del coche, sus ojos oscuros brillaban con deseo bajo la máscara.

—Hemos llegado —susurró con voz grave, extendiendo la mano para rozar suavemente su muslo desnudo bajo el vestido rojo.

Emma sintió un escalofrío recorrer la espalda, no de miedo, sino de expectativa. Afuera, la brisa nocturna mecía las hojas de los árboles. Aquel lugar apartado, iluminado tenuemente por faroles dorados, parecía sacado de un sueño.

Luigui salió del auto y rodeó el vehículo con calma depredadora. Cuando abrió la puerta del copiloto, extendió su mano con elegancia, ayudándola a bajar. Su agarre era firme, y dominante. Emma se inclinó ligeramente hacia él, dejando que su cuerpo chocara sutilmente con el suyo.

—Toda una dama —murmuró él, con una sonrisa llena de picardía.

—Y tú, todo un caballero. —Sus dedos se deslizaron por su muñeca, probando su resistencia.

Luigui entrelazó sus dedos con los de ella y, en un solo movimiento, la atrajo hacia sí. El impacto de sus cuerpos fue inmediato. Emma sintió el calor irradiando desde su pecho hasta sus muslos. Sus respiraciones se mezclaron, y antes de que pudiera decir algo, sus labios se encontraron en un beso avasallador.

No hubo introducción pausada ni dudas. Fue un beso crudo, intenso, como si hubiera estado esperando este momento toda la noche. Luigui la sostuvo con una mano en la cintura, apretándola contra su cuerpo duro y caliente. Con la otra, enredó los dedos en su cabello, inclinando su cabeza para profundizar la conexión.

Emma jadeó contra su boca cuando su lengua exploró la suya con hambre. Su perfume, su fuerza, la manera en que la devoraba sin piedad… Todo le hacía perder la razón. La adrenalina corría por sus venas mientras sus manos se aferraban a los solapas de su traje, como si temiera que la soltara.

Pero Luigui no tenía intención de hacerlo.

—Dios… —jadeó ella, separándose apenas para recuperar el aliento.

Luigui la miró con una intensidad abrasadora. Sus dedos se deslizaron por la curva de su cadera, delineando el contorno del vestido.

—¿Seguro que quieres seguir jugando este juego? —preguntó con voz ronca.

Emma sonrió con atrevimiento y deslizó un dedo por el borde de su máscara negra.

—No hay vuelta atrás, guapo.

Los ojos de Luigui brillaron con una mezcla de deseo y peligro.

—Entonces no me pidas piedad.

Antes de que pudiera responder, la levantó en brazos con facilidad y la llevó hacia la entrada del lugar especial que había prometido. Emma se aferró a su cuello, con su corazón latiendo con una fuerza incontrolable.

Al cruzar la puerta, se encontraron en una habitación elegantemente decorada. Luces cálidas iluminaban el espacio, reflejándose en las paredes de madera oscura y los ventanales con cortinas gruesas. Un gran sofá de terciopelo rojo ocupaba el centro, pero lo que capturó su atención fue la inmensa cama al fondo de la habitación.

Luigui cerró la puerta con el pie y la bajó lentamente. Sus manos recorrieron su cuerpo con posesividad antes de acorralar a ella contra la pared. Emma jadeó cuando sintió la dureza de su cuerpo contra el suyo.

—Sigamos con nuestro juego —susurró ella, deslizándose por su pecho hasta su cinturón.

Luigui la atrapó por las muñecas, deteniéndola.

—No tan rápido, hermosa. Esta noche, las reglas las pongo yo.

Emma sintió su vientre tensarse. No le importaba que él tomara el control. De hecho, eso solo aumentaba la excitación del momento.

Entonces, sin darle oportunidad de responder, Luigui la giró con suavidad, pegándole a la pared. Sus labios viajaron desde su cuello hasta su hombro desnudo, dejando una línea de besos ardientes. Emma cerró los ojos, entregándose al placer.

Las máscaras seguían en su lugar, manteniendo el misterio entre ellos. No eran Emma y Luigui. Eran dos desconocidos envueltos en una noche de deseo incontrolable.

Y ninguno de los dos quería detenerse.

Las manos de Luigui eran fuego recorriendo su cuerpo. Atrapada entre su dureza y la frialdad de la pared, Emma sintió cómo su aliento se volvía errático. No podía verlo del todo tras la máscara, pero podía sentir su deseo ardiendo en cada roce, en cada susurro caliente contra su piel.

Él deslizó los labios por la curva de su cuello, besándola con una mezcla de hambre y control, dejando que su lengua probara su sabor antes de atraparla entre sus dientes. Emma jadeó, arqueando el cuerpo contra el suyo.

—Lu… —murmuró sin pensar, pero él le cubrió la boca con la suya antes de que pudiera decir algo más.

—Shh… esta noche no tenemos nombres, solo placer.

Su voz ronca la estremeció. La idea de ser solo cuerpos entregados al deseo, sin pasado ni futuro, la excitaba aún más.

Las manos de Luigui descendieron hasta sus muslos, deslizándose bajo el vestido rojo que se había convertido en una segunda piel sobre su figura. Con un movimiento lento y deliberado, subió la tela, dejando al descubierto la suavidad de su piel. Sus dedos trazaron caminos sobre sus muslos, dibujando círculos tentadores que la hicieron temblar.

—Eres jodidamente perfecta… —susurró, explorándola con la yema de los dedos.

Emma gimió cuando él atrapó su pierna y la alzó, rodeando su cintura con ella. Podía sentir su dureza apretándose contra su centro, incluso con las capas de ropa separándolos. La fricción la hacía perder el control.

—Lu… —suplicó sin darse cuenta, restregándose suavemente contra él.

Él sonrió contra su piel y, sin advertencia, la cargó en brazos, llevándola hasta la gran cama sin esfuerzo. La dejó caer suavemente sobre las sábanas, quedando sobre ella como un depredador a punto de devorar a su presa.

Emma respiraba con dificultad mientras lo miraba desde abajo. La luz tenue resaltaba los ángulos de su mandíbula, y la sombra de su máscara estaban haciéndolo aún más misteriosos.

—¿Lista para ser completamente mía esta noche? —preguntó con un tono cargado de lujuria.

En lugar de responder, Emma se incorporó apenas lo suficiente para atraparlo de la corbata y atraerlo hacia sí, besándolo con la misma pasión con la que él la había reclamado antes. Sus lenguas se encontraron en un duelo sensual mientras sus cuerpos se amoldaban perfectamente.

Las manos de Luigui se deslizaron por su espalda, buscando el cierre de su vestido. Con un movimiento experto, lo bajó, dejando que la prenda se resbalara por su piel como un susurro. Emma no llevaba sujetador, y el aire frío sobre sus pezones endurecidos arrancó un jadeo de sus labios.

Luigui maldijo en voz baja.

—Eres un pecado andante… —murmuró, inclinándose para tomar uno de sus pezones en la boca.

Emma arqueó la espalda, con un gemido escapándose de sus labios mientras sentía la lengua de Luigui jugando con su sensibilidad. Sus labios succionaron con maestría, enviando olas de placer directo a su vientre.

Mientras la adoraba con su boca, sus manos viajaron hasta su ropa interior. Con un solo tirón, rompió la delicada tela, haciéndola jadear de sorpresa y deseo.

—No la necesitas esta noche —gruñó, deslizando sus dedos entre sus pliegues húmedos.

Emma gritó suavemente al sentir el primer roce de su tacto. Su cuerpo se estremeció cuando un dedo se hundió lentamente en su centro, explorándola con movimientos expertos.

—Estás tan lista para mí… —susurró, con su voz teñida de deseo.

Emma no podía pensar, solo sentir. Sus caderas se movieron por instinto, buscando más fricción, más contacto. Luigui sonrió contra su piel, aumentando la intensidad de sus caricias.

Cuando sintió que estaba al borde del clímax, se apartó de repente, arrancándole un gemido de protesta.

—No tan rápido, hermosa —dijo con una sonrisa perversa.

Se desabrochó el cinturón lentamente, dejando que Emma observara cada movimiento con ansiedad. Cuando liberó su erección, gruesa y palpitante, Emma contuvo el aliento.

—¿Puedo tocarte? —preguntó con voz seductora.

Luigui tomó su mano y la guió hasta su erección. Emma lo rodeó con los dedos, comenzando un lento vaivén que hizo que él soltara un gruñido profundo.

—Joder, sí… —susurró, disfrutando de la tortura de sus manos.

Pero la paciencia de Luigui no duró mucho. En un movimiento rápido, la giró sobre la cama y la colocó a horcajadas sobre él. Emma se mordió el labio al sentirlo duro y caliente contra su piel.

—Tómame —ordenó él, con sus ojos oscuros fijos en los suyos.

Emma sonrió y se alzó apenas lo suficiente para alinearse con él. La sensación de su punta rozándola la hizo jadear de anticipación. Lentamente, se dejó caer sobre él, sintiendo cómo la llenaba centímetro a centímetro.

Ambos gimieron al unísono cuando sus cuerpos finalmente se unieron.

—Maldita sea… —gruñó Luigui, enterrando los dedos en sus caderas, ayudándola a moverse sobre él.

Emma apoyó las manos en su pecho y comenzó a cabalgarlo con un ritmo sensual y provocador. Cada embestida era un golpe de placer que la hacía ver estrellas.

—Eres tan jodidamente hermosa… —murmuró Luigui, observándola con adoración y lujuria.

Las máscaras aún cubrían sus rostros, pero eso solo intensificaba el misterio, el fuego entre ellos. Eran dos desconocidos entregados al deseo, sin inhibiciones ni restricciones.

Los movimientos se hicieron más frenéticos, los jadeos más erráticos. Luigui la sujetó por la espalda y la giró de nuevo, quedando sobre ella.

—Ahora es mi turno.

Y con eso, comenzó a embestir con una intensidad brutal, arrancándole gemidos ahogados mientras se aferraba a él.

El placer los consumió por completo.

Cuando el clímax llegó, los cuerpos de ambos se tensaron al unísono. Emma gritó su liberación mientras Luigui gruñía contra su cuello, derramándose dentro de ella con una última y profunda embestida.

El silencio que siguió estuvo cargado de respiraciones entrecortadas y el latido desbocado de dos corazones que habían olvidado cómo existir por separado.

Emma acarició la máscara de Luigui con los dedos, como si intentara grabar su rostro en su memoria.

—Esta noche ha sido perfecta.

Luigui sonrió con satisfacción, todavía dentro de ella.

—Ambos lo disfrutamos.

Y con eso, la besó de nuevo, como si aún no hubiera tenido suficiente de ella…

Continuara….

1
Rocio Gil
viene lo bueno
𝓔𝓼𝓬𝓻𝓲𝓽𝓸𝓻𝓪 𝓡𝓸𝓾𝓼𝓼
excelente comienzo ❤️‍🔥 me encanta
Maria Mongelos
Será que Alexei Lombardi está detras de lo que le pasó a Luiggi?? Esto se pone mas bueno
Maria Mongelos
Hermoso capitulo, gracias querida escritora Mar😊
Giovanna Vásquez Medina
Hummm comienzan los problemas para todos 🌻 por eso Luigui 💕 está preso ????
Gracias 😌 querida escritora por actualizar 😌 sigamos apoyando con me gusta publicidad comentarios y regalos ☺️
Arminda Ovelar
me suena ese nombre de Alexei Lombardi...Emma realmente debes cuidarte porque si mi intuición no se equivoca...ese tipo q busca venganza esta detrás de lo q le pasó a Luigui...
Arminda Ovelar
Por fin Luigui abrió su corazón ❤️ se le resbalaba el amor x los poros..me encanta
Arminda Ovelar
me encanta la complicidad q tienen esos cuatro...pero tanta calma no es bueno..cuidado chicos q nada les tome x sorpresa
𝓐𝓷𝓰𝓲𝓮 𝓭𝓮 𝓢𝓾𝓪𝔃𝓪 🦋
Bobo cagado tan confianzudo
𝓐𝓷𝓰𝓲𝓮 𝓭𝓮 𝓢𝓾𝓪𝔃𝓪 🦋
No era pues Edward?
𝓐𝓷𝓰𝓲𝓮 𝓭𝓮 𝓢𝓾𝓪𝔃𝓪 🦋
Se parece a la escritora 🤣
𝓐𝓷𝓰𝓲𝓮 𝓭𝓮 𝓢𝓾𝓪𝔃𝓪 🦋
No se va a meter al Mar? Entonces para que compro el chingue?
𝓐𝓷𝓰𝓲𝓮 𝓭𝓮 𝓢𝓾𝓪𝔃𝓪 🦋
Jaja 😂 que tierno gatito 😺
Giovanna Vásquez Medina
Que bello se casaron por fin ❤️ gracias ☺️ querida escritora Mar ❤️ por actualizar 😌 sigamos apoyando con me gusta publicidad comentarios y regalos ☺️
Giovanna Vásquez Medina
Que lindo capitulo 😍 gracias 😃 querida escritora Mar ❤️ por actualizar 😌 sigamos apoyando con me gusta publicidad comentarios y regalos 🙂
veritoo❤️
m resuena ese nombre... Alexei Lombardi...en q novela era?
Elvira Fretes
comienzan los problemas
Sirlis Puello Arrieta
Normal
Sirlis Puello Arrieta
Malo
Elvira Fretes
Dylan, paso a ser su mejor amigo, espero que Emma pueda dejarlo libre
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