Apariencia de Ángel tenía ella, una mujer que se vio obligada a casarse con un hombre que no conocía , mejor dicho que no conoce durante los tres primeros años de dicho matrimonio , acostumbrada a su soledad en aquella mansión un día de la nada se ve obligada a actuar como toda una señora ante su regreso . El era tan frío con una apariencia de demonio que nadie podía llegar a pensar que en su vida existiera lugar para la familia o el amor pero todo cambia cuando se ve en la obligación de cumplir su papel dentro de aquel matrimonio y la conoce a ella .
¿ Podrá existir entre ellos más que una unión por obligación ?
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capitulo 19
Axel:
—Te deseo, Anna, te deseo con locura —le confesé, sintiendo cómo la pasión me invadía. Pero era mejor que me detuviera; no quería presionarte para nada.
—¿Quién dice que yo no lo deseo, Axel? —su voz era suave, casi un susurro.
—¿Estás segura? —pregunté, buscando su mirada. Ella solo asintió, y eso me llenó de determinación
Cuando sentí que estaba húmeda, me acomodé entre sus piernas y volví a besarle los labios, entrando poco a poco en ella, hasta que su interior se acopló al mío. Me movía con cuidado; no quería lastimarla. Anna se aferraba a mis brazos, clavándome las uñas. A pesar de la muestra de dolor que hizo, se relajó después, y se notaba que disfrutaba. Era justo lo que yo quería.
Me tomé mi tiempo besándola, con cuidado. Sabía que era su primera vez y quería que fuera especial. Anna tenía la piel de gallina por mis caricias. Baje desde su boca hasta su centro, provocando un gemido que resonó en el aire. Aparte de que quería saborearla, estaba preparando el terreno para que todo fuera más fácil.
—Anna, solo yo puedo hacerte sentir así. ¿Entendido? Solo yo puedo tocarte de esta forma —necesitaba que tuviera claro que ahora solo yo podía tocarla, solo yo.
—No creo que nadie me haga sentir así, Axel —dijo con voz ahogada mientras le acariciaba los muslos.
—Eres mía, Anna. Solo mía —dije, llevándonos a los dos al éxtasis. Después de liberar todo en ella, me acosté sobre su cuerpo y seguí besándola. Anna se acurrucó en mi pecho y se quedó dormida.
La observé dormir un rato y no pude evitar pensar en todo lo que había reflexionado desde que nos conocimos. Pasábamos de discutir a besarnos, y ahora nos encontrábamos así, tan juntos.
No pude evitar reír al recordar lo furiosa que se puso cuando le dije que íbamos a compartir la cama. Aunque para mí también fue muy raro, pues nunca había compartido la cama con nadie una noche completa, y mucho menos dejarlas abrazarme. Pero con Anna todo fue distinto, y no es solo porque estemos casados; es que Anna tiene un efecto particular en mí, algo que aún no tengo muy claro. Y, siendo sincero, me da miedo descubrirlo.
Anna:
La luz que se colaba por las grandes ventanas me despertó. Abrí los ojos y encontré el pecho de Axel. Me fijé y estaba totalmente dormido. Me levanté con cuidado de no despertarlo y me fui al baño. Frente al espejo, noté algo distinto en mí; me veía más madura, más mujer. Recordé todo lo que sucedió y me estremecí de la mejor manera.
Aún sentía su olor y su respiración agitada. Me duché y me coloqué una bata de baño. Cuando salí, Axel estaba despierto, recogiendo las sábanas donde había una pequeña mancha de sangre.
Cuando se percató de mí, metió las sábanas en una bolsa y me regaló una extraña sonrisa.
—Buen día, Anna —me saludó.
—Buen día, Axel.
—¿Te encuentras bien? —me preguntó, acercándose a mí.
—Sí, no te preocupes. ¿Y tú, estás bien?
—Muy bien, Anna —respondió, alzando mi cara para que lo viera.
—¿Qué sucede? —preguntó.
—No es nada, Axel. Solo siento un poco de pena.
—No deberías, Anna. No hiciste nada malo, de acuerdo. Estamos casados, es normal —dijo, dándome un beso en la frente.
—Sí, pero soy una novata en esto, Axel, y tú no...
—Eso no importa, Anna. Has estado de maravilla, ¿vale? Relájate y no pienses en eso.
—Está bien...
Axel se metió en el baño y yo me vestí. Como era domingo, solo me puse un conjunto deportivo y bajé a desayunar. Eddi estaba en el comedor y me recibió con una sonrisa.
—Buen día, señora. Ya el desayuno está listo.
—Gracias, Eddi, pero solo comeré un poco de fruta.
—De inmediato se la traigo.
Axel entró en el comedor con un traje azul a su medida y bien peinado.
—¿Vas a salir? —pregunté, sorprendida.
—Sí, debo ir a la oficina por unos asuntos —respondió mientras se servía una taza de café.
—Hoy es domingo...
—Sí, cuando se trata de trabajo no importa qué día sea...
—¿Y tú saldrás? —me preguntó.
—No, solo me quedaré aquí por el momento.
—Vale, vale.
Eddi entró y nos sirvió el desayuno, y luego se retiró.
—¿Solo comerás eso, Anna? —preguntó, mirando mi plato.
—Sí, Axel. No tengo mucha hambre.
—Debes alimentarte bien, Anna.
Puse los ojos en blanco y no le hice caso. Axel se puso de pie para irse y me sorprendió cuando se acercó a mí y dejó un delicado beso en mis labios, dejándome confundida por completo.
—Volveré en la tarde. Pórtate bien —dijo en modo juguetón y salió.
—Veo que todo está yendo bien, señora —exclamó Eddi, apareciendo detrás de mí.
—Vaya, me has asustado.
—Pero sí, creo que nos estamos llevando mejor.
—¿Cómo le fue ayer? En la prensa se dijo que fue una gran velada, pero también han hablado mucho de la pareja que hizo debut ayer, o más bien, de la mujer que lo hizo.
—¿Cómo así? —pregunté, intrigada.
—Hablan de la hermosa mujer que Axel Al Jaramane ha presentado como su dama, señora. Solo que para los que no han estado presentes, usted es todo un misterio.
—¿Por qué lo dices?
—Pues porque, al igual que el señor Axel, su rostro tampoco ha podido ser revelado...
—Vaya, vaya... —Eddi siguió contándome todo lo que salía en la prensa.
El título de la historia debería ser,
"Alcohólica por inmadura".
Tener todo a manos llenas, no siempre es bueno. 🤔😒🤨🇨🇴