NO SERÉ TU AMANTE

... Unas horas después Olga le manda su número de cuenta, sigue dudando que el envíe dinero, pero a los pocos minutos recibe una captura de pantalla donde se muestra que ya hizo la transferencia. Además el nombre de un hotel, y el número de una habitación.

Olga no pierde el tiempo y va al hospital, paga lo que debe y pide que le hagan la cirugía a su madre, ahora ya tiene el dinero suficiente para pagar. Se pasa todo el día en el hospital y por la tarde recibe una llamada de Erick. Ella lo ignora y apaga el teléfono.

— Hija. Ve a descansar.

— No quiero.

— Hija por favor.

— Madre estoy bien.

— Mañana vas a necesitar toda tu energía, tienes que ir a trabajar.

— Renuncié.

— ¿Por qué?

— Por qué no me quisieron prestar el dinero, falta poco para terminar la universidad, y además, después de terminar te voy a llevar al pueblo, vamos a poner nuestra granja y seremos muy felices ahí.

— ¿Y con que dinero vamos a poner la granja?

— Voy a pedir un préstamo.

— Amor no me gustan los préstamos. Por pedir uno tu papá y yo perdimos nuestro negocio.

— Mamá, tranquila, no te preocupes ahora. Descansa, mañana te van hacer tu cirugía, estarás cómo nueva.

— Descansaré, sólo si te vas a descansar a casa.

— No quiero irme.

— Olga.

— Está bien. Me voy. Pero debes dormir mucho.

— Te lo prometo. — Olga toma un taxi, antes de entrar al departamento escucha la voz de Erick.

— Me quedé esperando cómo idiota.

— ¿Qué haces aquí? — Ella se da la vuelta asustada.

— Teníamos un trato. ¿Se te olvidó?

— No. Pero lo estuve pensando, creó que no estoy lista para acostarme con alguien que no amo.

— ¿Necesitas amor para tener sexo?

— Lo creó necesario. Mira te agradezco el préstamo. Te prometo que lo devolveré con intereses. — Ella abre la puerta de su casa y Erick entra con ella. — ¿Quién te invito a pasar?

— Te pedí una noche, no una vida junto a ti.

— Y es por eso que no puedo. Déjame explicarte...

— No me expliques nada. O me das lo que quiero, o simplemente me devuelves todo ahora mismo.

— No puedo devolverlo. Por ahora. Pero ya te dije. Lo haré más adelante.

— ¿Intentas jugar conmigo?

— No. Sólo te estoy pidiendo paciencia. ¿Me la puedes dar?

— Si puedo.

— Gracias.

— Pero no quiero.

— ¿Qué?

— En dos días te espero en el hotel. — Erick se va de su casa.

— Pues espérame. No pienso llegar. — Dice ella molesta, para después irse a dormir. Al día siguiente se levanta un poco tarde, al ver la hora sale de la cama corriendo, cambia su ropa y se va al hospital. Ella le pregunta a una enfermera sobre su madre.

— ¿Es usted familiar de Liliana Arellano?

— Soy su hija.

— Tratamos de comunicarnos con usted antes.

— ¿Sucedió algo malo?

— Desafortunadamente, su madre falleció hace unas horas. En verdad lo siento.

Ella no creé lo que está escuchando. No puede asimilar lo que sucedió. No hasta verlo con sus propios ojos. Busca su habitación, al verla sin vida su mundo se desmorona. Todo sus planes, sus sueños, ya no le encuentra sentido a seguir viviendo sin ella.

... Olga llora su perdida mientras hace los trámites para sacarla del hospital. Cómo no tiene a nadie más la lleva a enterrar en completa soledad.

Se queda llorando hasta el atardecer, cuando el encargado del cementerio le dice que debe marcharse, pues ya va cerrar. Olga no se quiere separar de su madre, pero sabe que no se puede quedar ahí para siempre. Ella se va a su casa y duerme en la cama de su madre.

Al día siguiente no se levanta hasta que recibe una llamada.

— Hola.

— ¿Ya vienes?

— No.

— ¿Y que estás esperando?

— No me moleste.

— ¿Cómo te atreves a...?

— Déjeme en paz. — Ella le cuelga. Unos minutos después alguien llama a su puerta. Ella abre y se encuentra con Erick. Esté se impresiona al verla en el estado que se encuentra. — ¿Qué quieres?

— Viéndote así nada. — El envia unos mensajes para después ponerle atención. — ¿Qué te pasó?

— No te interesa.

— Si me interesa. Dime qué no estás así por un novio.

— No estoy así por un novio.

— ¿Entonces?

— No te importa. Vete de mi casa. — Olga lo corre, pero está débil y se marea. Erick la sostiene en sus brazos y la lleva a su cama.

— ¿Qué tienes?

— Déjame en paz niño mimado. Vete. — Olga se da la vuelta para no ver su cara.

— ¿Hace cuánto que no comes? — Olga no le contesta. El se queda con ella hasta que uno de sus empleados llega con la comida que pidió. — Ven a comer.

— No quiero.

— Señorita no se que te paso, pero de hambre no te vas a morir. — Erick la jala hasta el comedor.

— Suéltame.

— Después de que comas. — Olga molesta toma asiento. Ve más comida de la que hubiera imaginado, la buena apariencia le destapa el apetito, pero igual come desganada.

— ¿Haces ésto con todas las chicas que quieres en tu cama?

— Me da lastima verte así.

— No necesito tu lastima.

— Por como te ves parece que si.

— Déjame en paz.

— Me debes dinero.

— Me tienes arta con eso. Haz lo que quieras hacer y vete.

— Esté lugar no es de mi agrado.

— Vamos a dónde sea de tu agrado. Pero promete que después de eso me dejaras en paz.

— Está bien.