Alexander Warwick era el brujo más poderoso de la Tierra. Su padre era un brujo y su madre era una bruja, ambos eran los más fuertes de su tipo. Sus padres hicieron un libro con los hechizos y encantamientos más poderosos, que se lo dejaron después de su sus padres murieron. Las brujas y los brujos estaban ansiosos por obtener el libro de él, pero estaba protegido por un hechizo hecho por sus padres.
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CAPITULO 4
REESE no se sentía bien, pero se sintió cálida por dentro al ver la preocupación de Samael por ella. Lo conocía desde hacía menos de cuarenta y ocho horas, pero se estaba acostumbrando a su presencia. Se sentía segura a su alrededor, especialmente ahora que no tenía ni idea de quién era realmente ni de por qué estaba allí.
¿Estaba bien sentirse así? ¿Como si no recordar quién eres no fuera gran cosa? ¿Y estar con un apuesto desconocido parecía correcto? Tal vez estaba loca, tal vez su vida "real" era una mierda que su alma se sentía a gusto en ese momento.
Sabía que ese pensamiento era una locura, era solo eso, no podía sentir ninguna prisa por saber quién era realmente. Sentía que podía preocuparse por eso más tarde y disfrutar de estar en ese lugar. Tal vez incluso antes de perder la memoria, ya estaba fuera de sí, por eso su cerebro funcionaba así.
Samael..."
Estaba sentado a su lado, sosteniendo un tazón de sopa, alimentándola. Samael era un tipo grande, de buena complexión... sexy, tenía el pelo ondulado y le parecía británico sin el acento. Cualquier mujer querría estar en su lugar en ese momento.
"¿Qué?" preguntó con frialdad. Ella ya sabía que ser frío con ella era sólo una fachada. Era prácticamente una desconocida para él y miró cómo la cuidaba. Reese no pudo evitar sonreír.
"¿Por qué estás solo aquí?" preguntó ella.
"Eso está invadiendo mi privacidad".
Reese hizo pucheros. ¿Fue agradable vivir solo? Es demasiado silencioso aquí y da miedo por la noche".
"Es bueno estar solo, por eso no puedo entenderme por permitirte estar aquí".
"Me iré tan pronto como pueda", respondió, sonriendo, tratando de ocultar sus verdaderos sentimientos. No podía explicar la soledad que sentía por dentro mientras imaginaba salir de ese lugar y dejar a Samael. Pero, tal vez, si recordara quién era, estaría muy ansiosa por volver a casa.
"Tendremos que esperar a mi amigo. Por ahora, termina de comer esto y tómate un descanso". Siguió alimentándola con la sopa y se marchó después de que ella la terminara. Ella sólo lo vio mientras subía las escaleras. Sexy fue un eufemismo para describirlo. Era alguien que era como salir de una revista de moda.
Samael era misteriosa y se sentía más atraída por él por eso. Llamó su atención en menos de cuarenta y ocho horas. No sabía si era ese tipo de mujer con la memoria intacta o tal vez era solo porque solo estaban los dos en ese pequeño paraíso. Pero fuera lo que fuera, era un misterio que ella resolvería con gusto.
***
SAMAEL se despertó con el silbido del viento afuera. El tiempo seguía siendo malo. Ese día fue peor que ayer. Se levantó para ver cómo estaba su "paciente". Frunció el ceño al ver a Reese en el sofá, abrazando una almohada y viendo la televisión.
"Lo siento, no puedo quedarme afuera debido al clima", dijo Reese cuando lo notó. Tenía esa sonrisa incómoda en su rostro. "Sé que no me quieres"...
"No tenemos elección, está bien", dijo, impidiendo que ella explicara.
Cociné algo para el desayuno. ¿Quieres comer? "
"¿Fuiste a la cocina?" Frunció el ceño un poco más.
"Oh, lo siento, no sabía que no estaba permitido allí". Reese se mordió el labio inferior.
Samael agitó la cabeza y se dirigió hacia la cocina. Reese cocinó una tortilla. Sólo miró la comida y cogió la botella de vino.
"¿No es demasiado pronto para el vino?"
Samael cerró los ojos por molestia. Reese sólo podía ver su espalda. "¿No es demasiado pronto para molestarme?" preguntó y luego se dio la vuelta para enfrentarse a ella.
Hizo una mueca y se excusó. Volvió al sofá y vio las noticias. Samael llevó su vino al salón para ver las noticias con ella. Hubo una tormenta alrededor de su zona y eso duraría un mínimo de veinticuatro horas para que Reese estuviera dentro de la mansión durante ese periodo. A menos que Carlos decidiera ir con él y traer a Reese a casa.
Pero con ese tipo de clima, apostó a que Carlos seguía atrapado en Boracay, pasando los mejores momentos de su vida de brujo. Quería llamarle y le amenazó con perder su trabajo, pero sabía que se reiría de él. No pudo convencerlo de que se fuera a casa. Ahora tenía una coartada, todos los vuelos que iban a Manila fueron cancelados. Y viajar en helicóptero desde Manila hasta su ubicación sería imposible.
"¿Sigue perdida tu memoria?" Le preguntó a Reese. Él estaba en el monoplaza y ella estaba sentada frente a él.
"Si. Por mucho que quisiera recordar quién soy, mi cerebro no coopera".
Quizás deberías ir a buscar un médico. ¿No estás alarmado con tu situación?"
"Lo soy, pero ¿cómo puedo salir de aquí?"
Samael no pudo responder. Reese necesitaba esperar a Carlos. No tiene intención de dejar ese bosque. Además, el caso de Reese no parecía demasiado urgente. El traumatismo craneal era un poco común después de un accidente.
"No puedes mostrarme el camino para salir del bosque?" preguntó Reese de repente.
"Será difícil salir de aquí solo".
"No, quiero decir, ¿no puedes venir conmigo?"
¿Y torturarme? Nos llevará horas salir de aquí". Sería más fácil si utilizara su habilidad de transporte, pero no se lo mostraría. Seguramente se asustará. Lo mejor es esperar a Carlos. Viajará en helicóptero hasta aquí".
"Vaya, ¿eres tan rico?" Sus ojos se abrieron.
"Más de lo que nunca sabrás".
