Rhett trabajó mucho para convertirse en un cazador de criaturas de la noche, hasta que un día se entera que su compañero más leal es uno de ellos.
¿Qué hará ahora que tiene un vampiro a lado? Y aún peor, ¿por qué se ha enamorado de él?
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Conociendo al verdadero Daemon
Rhett blandió la lanza, hizo varios movimientos y se ajustó a ella. No había duda, es un arma preciosa que lo acompañará de aquí, hasta que decida retirarse del cuerpo de cazadores. Sus detalles blancos entre todo el negro son impresionantes y casi desea no tener que mancharla de sangre.
La situación con Daemon seguía preocupandole, en el pasado nunca se molestó con él, todo lo contrario, mostraba una fuerte capacidad de paciencia inhumana. Estando más calmado, la escena de Sophie y ellos dos no era la gran cosa, en el momento su sangre hirvió y quiso desaparecer; ahora mismo ella no pasaba por su mente, sino que es Daemon quien ocupa sus pensamientos una y otra vez, imaginando su rostro molesto y furioso gritando que se verían pronto.
Quería verlo y también deseaba no toparse con él.
Raksa se acercó a su lado, el uniforme le quedaba muy bien. Estaban a punto de partir, se separarán en camino a sus diferentes misiones, pero el semblante de Rhett no mejoraba por nada del mundo, aún cuando Raksa hizo demasiados chistes malos buscando hacerle reír.
"¿Ustedes dos pelearon?", preguntó su amigo después de un rato, intentando que Rhett se desahogue. "Eso suele pasar entre duplas, estoy seguro de que lo resolverán esta noche", dentro de sí, Rhett creía que eso no era posible.
Analizó su propia situación, no importa quién de los dos tiene la razón, más bien, sus diferencias son el menor problema ahora.
"Daemon es demasiado complicado, a veces no puedo entenderlo", y tampoco seguirle el paso, pensó internamente. No lo envidia, pero todo el estrés que se había acumulado respecto a varios temas cotidianos lo hicieron explotar en un momento poco convencional.
"No conozco otro par que sea tan bueno como ustedes, hacen esto de odiarse y después están más felices que nunca", Raksa tenía razón en ello, aunque Rhett dijera que no le gustaba acercarse demasiado a Daemon, pasar tiempo con él era increíble y divertido.
"Lo resolveremos", dijo con determinación, "Ahora debemos partir antes de que sea tarde". Su primera misión no era tan grave, solo debía ir a una pequeña aldea para hacer guardia nocturna, las personas se habían estado quejando por la falta de seguridad y ahora es su trabajo hacerlos sentir seguros.
Teniendo a Daemon a su lado todo se vuelve más sencillo, por lo que no será un trabajo demasiado pesado para su debut.
Caminando por las calles, se preguntó si esta noche hay posibilidad de que se tope con una criatura de la noche arriba del tipo tres, esperaba que no, nunca ha visto magia o algún cambia formas actuar frente a él. Sus escondites siempre están bien planeados, es por eso que son tan difíciles de atrapar.
Cuándo llegó el momento en que se separó de Raksa, la noche se sintió más pesada que de costumbre. Tenía un mal presentimiento, como si algo estuviera a punto de suceder y Rhett no pudiera hacer nada para evitarlo, tal vez solo eran las consecuencias de vagar solo por las calles oscuras.
"Has llegado", lo saludo Daemon frente a la entrada de la pequeña aldea, segura había llegado hace un buen rato. No tenía aquel semblante de interés al verle y Rhett lo extrañó.
"Es pequeña", dijo señalando el lugar, tenía pocas casas y la mayoría lucían desgastadas por el pasar del tiempo. "Esta será una noche tranquila".
Estaba a punto de irse a recorrer los alrededores cuando Daemon habló para detenerlo "Tenemos que hablar", esas palabras son las peores que cualquier persona puede escuchar. Rhett se removió nervioso en su lugar, sosteniendo su laza y apoyándola contra el suelo.
"Sé que sigues molesto aunque intentes convencerte de que no es así", Daemon tenía una mirada fría y, en cualquier otra situación lo habría hecho dudar, ahora pensaba que era muy intimidante.
"No estoy convencido de nada, creo que debemos arreglar las cosas, después de todo somos compañeros y estaremos juntos la mayor parte del tiempo", explicó con paciencia Rhett. Su punto de vista era que pelear no los ayudaría a trabajar, tampoco les llevaría el pan a la mesa.
"No estaremos juntos la mayor parte del tiempo, ¿ser un cazador? Tengo cosas más importantes que hacer", Daemon se cruzó de brazos mirando a su alrededor, observando a las personas caminar despreocupadas porque por fin alguien llegó a cuidar de sus hogares.
Rhett no entendió a qué se refería, Daemon era el mejor peleador que conocía. Una estrella que brillaba y que sería un cazador de primera categoría si así lo quería. Su talento innato asustaba.
"Bueno, si lo que quieres es renunciar, hazlo", reto Rhett. "Tira todo el esfuerzo de dos años por la borda", sus palabras sonaron duras al salir de su boca.
El padre de Daemon lo obligó a enlistarse, lo sabía, pero también sabía que Daemon agarró cariño a los entrenamientos, a venir todos los días y también a las personas con el pasar del tiempo. Cambió mucho desde la primera vez que lo conoció en un patio lleno de personas, donde él brillaba sin intención de hacerlo.
"Eres un simple humano ignorante, ¿qué podrías saber tú? Me he estado esforzando por ti y no he recibido nada más que vacío", Daemon se veía más pálido cada que pronunciaba una palabra, Rhett temió que tuviera anemia o alguna enfermedad extraña.
Lo tomó por el hombro, se acercó para inspeccionarlo de cerca. Lucía igual, también diferente. ¿Cómo podría explicarlo? Daemon estaba cambiando.
"Tú también eres humano y los humanos se equivocan", las personas que caminaban alrededor los miraban intentando descifrar lo que sucedía. Rhett se sentía un poco incómodo por las miradas sobre su persona.
"Querido Rhett, estás tan equivocado", Rhett lo miró, sus ojos azules no quitaban la vista de los carmesíes de Daemon. Su compañero de dupla tiró su propia arma en el frío lodo con un sonido sordo.
"¿Qué haces?", preguntó Rhett sin comprender del todo lo que estaba pasando.
"Te mostraré la bestia que soy, el secreto que guardé", Daemon miró hacia la luna, cerró los ojos y respiró aire profundamente, luego dijo "La magia tarda demasiado en desaparecer, tanto que tuve que soportar dos años".
La magia no era común en estos días, los magos y brujas cada día escaseaban más. La razón principal eran las grandes recompensas que ofrecían por atraparlos vivos.
"Estás asustándome, soltó Rhett dando un paso atrás.
"Te asustaré todavía más", Daemon pasó una mano sobre su cabello rojo, peinando hacia atrás.
Rhett dio otros dos pasos más lejos, con la intención de huir.
"No deberías correr, estas personas te necesitarán. Si huyes, va a ser demasiado fácil".
Su cuerpo se congeló, no creía lo que tenía frente a él. Una bestia, una criatura de la noche de primera categoría. Al que consideraba casi su mejor amigo, un vampiro.
(a que tienen malos sentimientos hacia él o hablan a espaldas de él)