El matrimonio, con el tiempo, irremediablemente, se transforma en rutina, pero cuando una retaila de "M" se unen, se convierte en dinamita pura, que detona en una peligrosa explosión, destruyendo la vida misma de forma Siniestra: Matrimonio de Mierda, Monotonía, Mentiras, Maldad, Misterio... Muerte! ¿Fue realmente el azar? ¿O fueron malas decisiones? ¡Las señales estuvieron siempre a la vista y, no las vimos! ¿O tal vez, no las quisimos ver?.. Este es más un drama, con eventos de suspenso sobrenaturales, espero lo disfruten.
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Capítulo V Malas Noticias
Al dia siguiente, la rutina se repite una vez más, como una película que no tiene fin. No pide explicaciones, no forma escándalos ni discusiones. Prefiere creer en su mundo de fantasía, que vive una relación "perfectamente normal". Después de todo el "pobre Robert" y ella no han podido tener más hijos, porque Robert al parecer es infertil. Agradeciendole eternamente, que se casara con ella, estando embarazada de otro.
Ella lleva al niño al colegio. Una vez más, pasa todo por alto, haciéndose la desinteresada. Y otra vez, piensa en lo que supuestamente le conviene a su hijo. Ya dejó de pensar en ella desde hace muchos años...
Luego se va a su trabajo. Termina temprano sus labores, está ansiosa por ir a hablar con su hermana, antes de buscar al niño al colegio.
Llega a la casa de Herminia, estaciona su camioneta color gris plata. Y sale con su traje de trabajo tipo sastre de falda con saco, también gris, con sus lentes de pasta que esconde sus hermosos ojos almendrados y, su larga melena castaño rojizo, recogida en una coleta sobre la nuca, sin mucho maquillaje, a pesar de su esbelta figura, ella ahora también se eclipsa, es totalmente gris, como su vida de pareja.
- Hola Sam, te estaba esperando, pasa y ven a sentarte a la mesa, Bruno llega a las 4:00 de la tarde, hoy tiene práctica de futbol en el colegio, todavía son las 2 de la tarde, ¿saliste temprano?, ¡qué bueno!- continúa Herminia:
- A propósito, se acerca el cumpleaños de Bruno, en dos meses cumplirá 10 años, debemos preparar la fiesta, creo que ya es hora de que tenga una fiestecita, ya han pasado 3 años desde la muerte de su padre, y lo único que le he hecho es una torta en familia y otra en su escuela con sus compañeritos- Sin interrupción Herminia continúa hablando, se nota nerviosa.
-¿Ya comiste? Cociné lasaña, se que es tu comida preferida, ven al comedor que te voy a servir un buen plato- Samanta por fin logra interrumpirla:
- ¡Hermy, Hermy, ya basta, me estás empezando a poner nerviosa! Aunque me gusta mucho tu lasaña, no me llamaste por eso ¿o sí?. Tampoco creo que me hayas llamado para hablar del cumpleaños de Bruno, que será en 2 meses. Ven, siéntate conmigo y háblame de forma directa, sincera y sin tapujos, de lo que te está pasando, ¿qué me estás ocultando?- Samanta la sigue con la mirada, en espera de una respuesta.
Herminia termina de servirle un apetitoso y huemeante plato de lasaña, con una mezcla de salsa de carne boloñesa y salsa blanca con extra queso gratinado; dos copas de vino completan el apetitoso almuerzo. Toma su copa, se sienta frente a la hermana en la mesa, se dispone a conversar, previamente toma un buen sorbo del vino rosé, para darse valor por lo que tiene que contar:
-Tienes razón Sam, me conoces muy bien, la verdad es que quería contarte que ayer me dieron un reporte médico- finalmente Herminia empieza a relatar.
- Tambien debo reconocer que descuidé mucho mi salud, me sentía un bulto en el seno izquierdo, para ser sincera, desde hace bastante tiempo, pero no fui nunca al médico, eso lo siento desde hace 3 años, cuando enfermó y luego murió Julián, no tenía cabeza para nada, además con lo del covid, no quería ir a ningún hospital- Herminia Intenta justificar de alguna forma su creciente descuido.
-Bueno, ahora ese bulto lo siento más grande, está pegado a la piel, duro, no se mueve, por eso me armé de valor, finalmente agendé una cita con el ginecólogo, en la clínica- Samanta fija su mirada en Herminia con desconcierto.
-Hace tres semanas, me hicieron una mamografía y un ecosonograma mamario-
- Bueno, el resultado es que posiblemente, se trataba de un cáncer-
- Hace dos semanas me hicieron una biopsia y el reporte salió positivo, no hay dudas, es un cáncer; ayer me dieron el informe de la biopsia- dice ya sin preambulos, con la voz trémula por el miedo a esa verdad.
Samanta deja caer los cubiertos y la mira con ojos desorbitados, no lo puede creer:
-¿Hermy, cómo pudiste ocultarme algo así? Sabes que nuestra madre murió de cáncer de mamas, ¿Por qué no me dijiste nada? Tú mejor que nadie sabes, que puedes contar conmigo para lo que sea, además yo te hubiera acompañado sin dudarlo- los ojos de Samanta se llenan de lágrimas, su madre falleció cuando ella era niña, ahora su única y querida hermana, también está pasando por lo mismo... Se levanta de un salto y la abraza.
-¡No, no lo permitiré, no morirás! Apenas tienes 38 años, eres hermosa, eso no puede ser cierto, debe haber algún error. ¡Buscaremos al mejor oncólogo!, viajaremos las dos a donde sea, ¡No estarás sola en esto!- ambas hermanas lloran fundidas en un abrazo.
Para Samanta, su mundo de fantasía empieza a derrumbarse, la dura realidad supera la ficción.
Es a los diez años es que entra la crisis de pareja, donde se empieza hacer balances, sumas y restas para darse cuenta si valió la pena el sacrificio y el esfuerzo