Un hombre de personalidad fuerte, fría, arrogante, egocéntrico, déspota y con una autoestima más arriba del cielo mismo, acostumbrado a tratar a todos por debajo de él, así estén por encima, se cruzará por casualidad con una hermosa joven y quedará obsesionado con ella.
Nicholas Elliott Windsor, descendiente de una familiar importante, con un ego inmenso, acostumbrado a obtener cualquier cosa, es el segundo en la cadena de mando de la elite; General de cuatro estrellas, casado y con 32 años, querrá a la hermosa Lia Harrington en su lista de las mujeres que usa y desecha.
Lía Harrington es una joven de 22 años, que aparentemente es una simple profesional, es modelo y una abnegada novia de un teniente coronel, pero que en realidad es una coronel en la organización secreta de la Élite.
Lía no solo es la mejor espía de su tiempo, sino que tiene una personalidad tan fuerte como la de Nicholas y le enseñará a jugar su propio juego.
Podrá Nicholas doblegar a la hermosa Lía.
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Juego de poder
—me encanta tu vestido. —Dice seductor mientras se la come con la mirada, están muy cerca de su apartamento, van por una avenida oscura y solitaria, él solo quiere intimidarla… Mala idea.
—Ah, sí… No creo que llegue a quedarte.
—Me encanta ordenar, así que regálame tu vestido ahora. —Ordena serio, pero con ganas de reírse.
—De acuerdo, te lo daré, pero si no lo compensas, duraré contigo tres horas en vez de tres días o tres minutos, todo depende de tu esfuerzo. —Dice Lia, el auto venía con las ventanillas abajo, él solo buscaba amedrentarla.
—Detén el auto para no golpearme mientras lo hago — él detuvo el auto y sonrió, la joven era muy valiente, no estaba intimidada, cuando él paró el auto ella se bajó y saco su vestido, él se bajó del auto y al verla le pidió entrar pero está siguió caminando
—Sube al auto, que haces —Corre y se quita la chaqueta, pero ella sigue caminando, el joven está embobado viendo la belleza ante él.
La joven es modelo, es hermosa, ha estado en muchos operativos donde le ha tocado estar en ropa interior, así que no le preocupa.
Lía sabe lo que él intenta hacer, es de esos hombres que se llena el ego humillando a todos, según el punto de vista de lía es el típico arrogante que usa a las mujeres, les da el cielo con sus lujos y luego las baja a tierra tratándolas mal y desechándolas.
La joven conoce a varios así, su mejor amiga es dependiente de uno, vive llorando porque él la trata superlindo, pero cuando ella le habla de sentimientos la rechaza o le dice que es solo sexo.
La joven sabe cómo tratar con prepotentes y arrogantes porque ella es exactamente igual.
—Por dónde es, falta mucho. —Dice ella mientras continúa caminando.
—Estás demente, entra al auto. —Dice él.
—Tú dijiste que te diera mi vestido y te lo di, ahora quiero caminar. —Dice muy tranquila, esa propiedad es de él, por allí no hay tránsito, por eso compro el apartamento, ya que está apartado de todo, aunque sus hombres están allí.
Una Luz se ve a lo lejos y es el auto de uno de los guardias el hombre se apresura y la abraza por la espalda y le entrega el vestido.
—Ten y vístete. —Lía sonríe y toma el vestido.
—Deja de darme órdenes o tendrás que pasar el rato con tus hombres y no conmigo. —Dice con una sonrisa de triunfo.
—Solo te pedí tu vestido. —Ella le alza una ceja
—De acuerdo. —Dice y le abre la puerta del auto —Alessandro arranca y en minutos llega a la propiedad, en ese lugar solo vive él.
Los hombres lo saludan y él entra con la hermosa Lia, el lugar es hermoso, lujoso, la decoración es gris y blanca con los muebles negros.
—Que te gustaría tomar. —pregunta él al entrar y ella se le va encima y lo besa, sus labios chocan y luego sus lenguas se debaten en una pelea a muerte.
Las manos de lía se entierran en su cabello y él la toma de la cintura, el beso se acaba y el cuerpo ambos queda en llamas.
—Prefiero beberte a ti. —Dice sonriendo.
—Vaya… —Murmura, él y se aleja para servirle un trago.
Lis observa el lugar y se sienta en un sofá negro, la pelea con Alessandro no la deja razonar, entonces apaga sus pensamientos y suspira.
—Ten hermosa, —Nicholas le entrega el trago y la detalla, es tan sexy y bonita que su miembro está totalmente enhiesto.
—Ahora si me puedes dar el vestido. —Dice ella.
—Insisto en qué no te van a quedar. —ironiza la joven.
—Quiero tu hermoso vestido conmigo para poder apreciarte a ti
—Por qué ver… Si es mejor comer. —Dice sonriendo.
—Haré ambas, pero ahora quiero ver… — dice y Lia se da vuelta y comienza a quitarse el vestido, lo mira por encima de su hombro y le regala una mirada pícara.
Lía se deshace de su vestido y se gira hacia él, los ojos del imponente hombre se la están comiendo entera, pero a pesar de ser ella la que está desnuda, el depredador es ella.
Se acerca a él como un león, a una gacela y le acerca sus carnosos labios a su boca.
—Allí está tu vestido, y ahora… —Se aleja y camina lejos de él.
—En que habitación dormiré hoy. —Pregunta y la comisura de sus labios se eleva.
—En la mía, por supuesto.
—De acuerdo, pero tengo sueño, no quiero hacer más nada, al menos no hoy. —El hombre también es orgulloso y camina por su lado.
—De acuerdo, mañana será otro día. —Dice y se posa detrás de ella, baja su boca a su cuello y deja un beso en este.
El cuerpo de la joven se estremece y siente el bulto en su espalda.
—Vamos hermosa, te enseñaré la habitación. —Toma la mano de la joven y la lleva a una habitación enorme con paredes grises y una cama enorme con sabanas blancas.
La decoración es oscura pero elegante.
—Esta puerta es el baño cierto. —Pregunta ella y él lo afirma.
Lía entra y el baño es enorme, tiene una ducha y una tina también.
La cerámica de las paredes es blanca con diseños negros y la del suelo es negra.
Lía se ducha, se toma su tiempo y luego sale envuelta en una toalla ya con la ropa interior puesta.
Un par de ojos la acechan y la desean, pero es orgulloso y no le rogará.
—Buenas noches, bonito. —Sonríe y se acuesta de espaldas mostrándole su gran y perfecto trasero.
El hombre se levanta con la erección evidente y se mete a la ducha con un dolor en sus joyas.