Valeria Ibarra es una chica de 19 años a punto de graduarce como medico veterinario. En una visita a su tía se entera del oscuro secreto de su origen y el culpable de la muerte de su madre. El interés que mueve a su padre no tendrá límites.
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18- Cosas que te hacen dudar y extrañar.
(Llego a la clínica y los escucho discutir de una cena y de sus hijos, tienen tres hijos Adolfo, Pedro y Cesar, de los cuales Adolfo es doctor, pero de humanos él es el doctor del pueblo porque trabaja en la clínica local, Pedro es contador y Cesar el más pequeño es el abogado de la familia y están discutiendo porque de nuevo no vendrán sus hijos a la fiesta de cumpleaños de su madre. Y solo puedo pensar en lo afortunados que son por tener una madre que se preocupa por sus hijos y el que ellos no sientan lo mismo por su madre, ellos dan por sentado que su madre siempre va a estar ahí para cuando ellos tengan tiempo de verla y odio que la gente haga eso, yo daría mi vida por poder darle un beso o un abrazo y decirle que la amo, escuchar su voz y me diga que también me ama, sentirla cerca, escuchar su tono de voz porque yo tenía dos años cuando ella se fue y no la recuerdo, no me quedo nada de ella y ellos que la tienen la desperdician y eso no es justo).
--¿Estás bien linda?.
--Si señora Ofelia.
--¿Segura porque estabas llorando?
--Perdón yo... Yo los escuché y me parece muy mal que sus hijos no vengan en su cumpleaños.
--Lo sé y cada año es lo mismo el único que viene siempre es Adolfo y solo porque no tiene opción, pero si es malo que los otros no vengan.
--¿Y no la hace sentir mal eso?
--Si, pero entiendo que sus vidas ahora están más ocupadas qué antes y ni modo, algún día vendrán.
--Yo no tengo mamá, ella murió cuando yo apenas tenía dos años y no sabe lo que yo daría por tenerla un minuto conmigo.
--Lo sé hermosa, yo ya estaba casada y con mis hijos cuando mi madre murió y no hay día en que no me haga falta... Las madres siempre hacen falta a la edad que sea que la pierdas.
--A mí me hizo mucha falta y la vida no me permitió estar más tiempo con ella para recordarla.
--Lo sé, a veces la vida es muy mala con algunas personas que no lo merecen y estas son las consecuencias.
--Lista hoy tenemos un día muy ocupado.
--Yo... Quería pedirle permiso, para ir a ver a mi tía.
--Ho! Si claro que Si, si lo necesitas con urgencia si.
--No es muy urgente para mí, pero ella quiere que vaya a verla.
--Entonces ve a verla.
--¿Estará bien sin mí?.
--Sí, tratare de sobrevivir sin ti unas horas, lo he hecho mucho tiempo así que ve y toma el tiempo que necesites.
--Gracias.
(Salgo de la clínica y apenas me da tiempo de llegar a la primera hora de visita. Entro y escucho a mis primos hablar).
--¿Crees que venga hoy?.
--Sí, creo que vendrá.
--¿Te lo dijo?.
--No exactamente, pero creo que si, ella se veía bien y sí... Ella vendrá.
--Ella es nuestra última esperanza y nuestra madre tiene que disculparse para que nos preste dinero.
(Todo esto es por dinero, yo no tengo dinero, mi abuelo es quien lo tiene y por eso quieren que venga a verla. No puedo creerlo).
--Hola... ¿Tú debes ser Valeria no?
--Sí, soy yo.
(Mis primos se dan cuenta de que estoy aquí y ellos corren a recibirme muy emocionados, yo diría demasiado felices porque estoy aquí, no sé que tan grave sea su situación, pero que mal que esperen a que yo les dé dinero y que no sea por mí, por mí sola presencia sino que esperan a que yo los ayude eso no me gusta y eso que son mi familia, bueno no nos conocemos bien, pero somos familia y eso no se hace).
--Soy Alberto, soy el hijo de Carlos y Ofelia.
--Ho! Si hola.
--Prima que bueno que viniste, mi mamá está esperándote.
--Si, claro.
--Ven por aquí te acompaño.
--Gracias.
--Ellos estaban algo impacientes de que vinieras y aquí estas al fin y yo al fin conozco a la ayudante estrella de mi padre, el habla mucho de ti.
--Gracias.
--Aquí es.
--Valeria hija ven por favor.
(Mi tía me llama para que entre en su cuarto y yo estoy despidiendo si entrar o no, quiero irme y no estar aquí donde no me quieren sino por el dinero que creen que tengo. Yo no he tocado ni un peso del dinero que mi abuelo me dio he estado bien con el que me paga el señor Carlos en la clínica y he estado bien con eso).
--Hola tía.
--Ven por favor... Acércate.
(Sí, agarro una silla y la pongo cerca de la cama donde está ella).
--Que bueno que vienes yo he querido verte desde que ya estoy mejor y quiero pedirte que me perdones yo... Sé que no tengo disculpa, pero mis hormonas estaban matándome literalmente y yo no sabía que hacer para sentirme mejor y no sabía que necesito ayuda, necesito mucha ayuda de quien quiera estar cerca de mí y yo no sabía que la necesitaba y... Estoy repitiendo lo mismo ja, ja.
--Sí.
--Perdón hija tú no tenías la culpa de lo que a mí me estaba pasando y sé que te reclame muchas cosas que tú no sabías o no estabas enterada y lo siento mucho de verdad.
--Si, gracias por eso.
--Cuando tú padre se fue, lo primero que él hizo fue que me encargará de cuidarte y no cumplí mi promesa y es lo que más me duele, no cuide de mi única sobrina. La verdad es que no supe como hacerlo, no supe como cuidar de una niña grande y mis hormonas me recordaban lo que yo quería y que nunca pude tener y me desquite contigo de eso y otra vez te pido perdón.
--No te preocupes tía.
--Tu Padre también me dejo dinero suficiente para un año, pero mis malas decisiones en administrar el dinero y mis deudas me obligaron a pagar con ese dinero algunas deudas y me estaba ahogando y lo siento ahora te debo dinero, ese dinero era para pagar tus gastos de la escuela, comida y ropa si ocupabas y yo me lo gasté en mis cosas y nunca te lo dije. También pido perdón por eso.
--No sabía eso.
--No nadie lo sabía.
--Perdón por no decirte esto antes y es que no sabía como, no sabía lidiar con mis sentimientos menos sabía como hablar contigo y que tú me reclamaras por gastarme tu dinero en otras cosas que no fuera en ti y eso me enojaba y al mismo tiempo me hacía sentir triste porque no sabía hablar y decir lo que me estaba molestando.
--No sé por lo que pasaste, pero me alegra que al fin estés mejor.
--Si, me dicen que necesito mucha ayuda de aquí en adelante, pero haré todo lo que me digan y si me dan medicamentos te aseguro que los tomaré sin falta, no quiero volver a sentirme así jamás.
--Que bueno.
--Te juro que no volveré a portarme mal contigo tú eres inocente de lo que tu padre hizo y lo que nosotros ocultamos para que él se viera bien para ti. Yo sabía del dinero que él mandaba porque era a través de mí que tu abuelo tenía noticias y lo siento. De verdad lo siento mucho.
--¿Tú Sabías todo?
--Si y perdón, pero tu padre me hizo jurar que no te diría nada.
--¿Mi papá y tú?
--Si, lo siento.
--Y ¿Mi tío?.
--No, él no sabe al igual que tú él es inocente de todo y todo lo que te dijo tu abuelo es verdad. Tu padre se fue al otro lado sin un peso en la bolsa ni trabajo. Para él fue muy difícil conseguir trabajo y lo corrían cuando al fin lo conseguía y para el era muy malo, porque tu madre estaba acostumbrada a tener lo mejor cada día y para tu padre fue muy difícil, pero ellos se amaban y los dos empezaron a trabajar tu madre era muy valiente porque sin saber nada ella se puso a trabajar limpiando casa y tu padre trabajaba en lo que fuera para poder comer y salir adelante y el dinero que tu padre les mandaba lo usaban para pagar la renta del cuarto y aun así apenas tenían para comer, fue una época muy difícil y luego llegaste tú y tu padre no te dijo toda la verdad sobre tu nacimiento.
--¿Cuál verdad?
--A tu madre le diagnosticaron con cáncer de mama cuando ya tenía tres meses de embarazo y le recomendaron hacerse un aborto para poder salvarla.
--¿Qué?.
--Si hermosa y tu madre no quiso hacérselo, tu padre se enojó mucho por eso, por la decisión que tu madre tomó sin decirle nada y ella continuo con su embarazo.
--No puede ser.
--Si, ella quiso tenerte cuando se dio cuenta de que venías en camino, se aferró a ti con todo lo que tenía.
--¿Fue por eso que ella murió?
--Eres doctora hija aunque eres de animalitos, pero doctora al fin y tú sabes lo que hacen las hormonas cuando tienes cáncer.
--Lo sé.
...
No puede dejar su vida por otro por mucho amor. Pueden halar la carreta juntos pero no uno detrás del otro . Ella nunca aceptaría que dejaras algo tan importante por ella