Hay un justo momento en la Vida, que se cruzan los caminos, de dos personas destinadas a estar juntas, cual es la fuerza que los atrae, quién los une? se han preguntado porque solo con una mirada, se revoluciona todo, nuestro ser sin pensar objetivamente. Estará dispuesto Fernando Cáceres permitirse vivir esto que está sintiendo o seguir con su vida. como si nada hubiese pasado.
Fernando tendrá que Permitir el nuevo amor de su Madre Emma.
Emma, dejara atrás los prejuicios, y se entregara al amor. A que edad se deja de sentir.
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Capítulo 5 Es una Broma
Fernando: Salgo de casa de mi madre, no sabía qué hacer, ni siquiera me despedí. Estaba furioso, la sangre me ardía.
Esta mujer que se cree, ¿cómo me va a hablar así? No sabes quién soy.
Pero esto no se va a quedar así; voy a hacer lo posible para despedirla; claro, no la quiero cerca de mi madre.
Me mostró que tiene carácter cómo se atrevió.
Tengo sensaciones encontradas, es extraño. No sé, no sé, estoy molesto, mi corazón palpita o sea recuerdo, su rostro es hermoso, ni hablar de su cuerpo, wow qué mujer, pero seguro utiliza su encanto para lograr lo que quiere.
Ya convenció a mi madre.
Voy a estar pendiente.
No la voy a dejar sola. Me voy a mudar un tiempo para casa de mi madre.
¡Si cree que ya está sola, pues no!
Me tiene a mí, para defenderla.
Cuando llegó a la oficina subo a mi piso, no saludo a nadie, tengo un humor de perros, mi secretaria como que se da cuenta, ni me dirige la palabra.
Entro a mi oficina echando chispa, y como siempre llega mi amigo Diego sin tocar la puerta y pasa.
Diego: Hola, un pajarito, me dijo que estabas molesto qué te pasa ahora.
Fernando: Diego, ahorita, no estoy para ti; de verdad sal de mi oficina.
Diego: Uf, es más serio de lo que pensé, cuéntame, amigo, oye qué pasa.
Fernando: Tengo una situación en casa de mi madre; voy a tener que mudarme un tiempo para allá.
¿Diego: Qué le pasa a la señora Emma, está enferma?
Fernando: No, no, para nada, pero sí puede estar en una situación de peligro.
Diego: Qué una situación de peligro y estás aquí, qué pasa? No entiendo ahora, Fernando, cuéntame bien qué pasa.
Fernando: Una joven que mi mamá contrató, para que la ayudara, no sé con qué cosas, a organizarle sus cosas y ahora hasta está cocinando. Mi mamá está contenta, hasta cocina.
¿Cuándo mamá se acercaba a la cocina nunca… la odiaba o eso decía?
Diego: Fernando, qué viste que te alertó, viste algo fuera de lo normal, investiga a la joven, qué te hizo pensar eso.
Fernando: Es mamá, está alegre, no me ha llamado dos semanas. La encuentro riéndose y cocinando, cuando ella nunca ni siquiera iba a la cocina.
Entonces me preocupé, llamé a la joven a mi despacho, y sabes, la muy desvergonzada, me respondió.
Diego: Ya va. No entiendo por qué te respondió, ah, una pregunta y qué le dijiste para que te respondiera; te conozco, Fernando, qué le dirías a la pobre muchacha.
Y claro, ya aclarando la situación, veo que los delitos fueron graves de verdad, que sí, atender a tu mamá, hacerla feliz, cocinar, wow qué situación tan peligrosa. Será que llamamos a la policía…
Fernando: No te hagas el gracioso. Diego, si fuera tu madre, estarías preocupado por que llegue de repente una extraña y en unas dos semanas la haga cambiar. Tiene que ser muy astuta; no se sabe cuáles son sus planes. Voy a irme a vivir un tiempo a casa de mi madre, así estaré pendiente.
Diego: ¿Una sola pregunta, amigo, y quiero que me la respondas con toda sinceridad; la joven es linda?
Fernando: ¿Qué tiene que ver eso? Con lo que estamos hablando, Diego, tú siempre con tus cosas.
Diego: Porque eso de que te vas a ir un tiempo donde tu madre, está muy raro.
Tú adoras tu independencia desde que murió. Tu padre no visita casi la casa de tu madre.
Ahora te nace esta preocupación, dime la verdad.
Te gustó.
Que le dijiste exactamente; quiero ayudarte, amigo.
Fernando: Si es bonita, no tiene importancia, solo le dije que iba a estar pendiente de mi madre y que no se pasara de lista.
Tuvo el tupé de responderme y decirme que era un trabajo temporal, porque tiene metas por cumplir y quiere lograrlo por su propio esfuerzo, y además me dijo que a medida de lo posible, ni me cruzara con ella, ni le dirigiera la palabra, si no era necesario.
Diego: Ja, ja, ja.
No puedo creer que esta mujer tenga el carácter para hablarte a ti así.
La quiero conocer una mujer, así merece conocerla.
Y como sospecho que es hermosa, porque si no, no estuvieras así…
Yo no estoy con esos prejuicios, y si es bella, trataré de conquistarla.
Fernando: Diego Por favor, madura, ni siquiera la conoces, ¿cómo va a decir que la quieres para ti? Te prohíbo que te la acerques, te prohíbo, no quiero problemas.
No quiero que te acerques a casa de mi madre entendida.
Diego: Amigo, te afectó más de lo que quieres reconocer, vamos a ver en qué termina esto, mejor me voy.
Fernando: Diego salió con una sonrisa en su cara; mejor me pongo a trabajar de verdad que esta situación me ha hecho olvidarme de tanto trabajo que tengo.
Pero hoy mismo me mudo a casa de mi madre.