SEXTO libro de la serie ENTREGANDO MI CORAZON.
Desde que puedo recordar, todos buscan abrazarme, tomarme las manos o simplemente acercarse a mi. No soy alta, por lo que siempre me dicen que parezco una pequeña muñeca. Salvo mi familia, rehúyo de cualquiera... excepto él. Si está cerca mío, me alejo, pero por lo rápido que hace latir mi corazón.
Desde que puedo recordar, solo he sentido dolor, solo he escuchado gritos. Siempre estuve en un entorno frío y miserable, siempre me he mantenido distante... hasta ella. Siempre me he sentido cálido a su alrededor y me aterra que esa calidez se extinga, en manos de mi propia sangre.
La historia de Lily y Sebastian.
NovelToon tiene autorización de HIKAMOO para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
LILY 15 AÑOS (CAP. 05)
CONTINUA EL FLASHBACK LILY 12 AÑOS
Mucho pasó en estos 4 años. Sebastian y Garreth son mejores amigos inseparables. Ambos tienen clases de varias artes marciales y paran en la casa con todos los demás. Sebastian solo va a su casa para dormir y lo odia, pero ya mucho hizo el abuelo para que su madre lo deje quedarse con nosotros durante el día. He visto a esa señora. Muy pálida, cabello negro, alta y hermosa, pero sus ojos son el problema. Estos no reflejan nada en absoluto, como si su alma estuviera muerta; y seguro es así, para lastimar a un niño tan bueno y atento como Sebastian. Cada vez que la veo, aprieto los puños y la mandíbula para no decirle muchas cosas, pero el abuelo nos dijo que los adultos lidian con los adultos. Lo dijo, sobretodo cuando Layla estaba planeando hablar con ella. A ninguno nos gustó ver los moretones en todos lados en su pequeño cuerpo.
Ya nos hemos visto. Varias veces. De todos los primos, soy yo quien va por Garreth y Sebastian. Los tomo, uno en cada mano, y nos vamos a casa. A ella no le gusta, y lo hace notar. El que su hijo me sonría tímidamente y me tome la mano, lo odia. Siempre que se trata de Sebastian, me sale una fuerza increíble. No me da miedo ella, incluso le mantengo la mirada todo el camino hasta el auto.
Aparte, he decido empezar un cambio.
Empecé a conversar con los menos afortunados: vagabundos, niños de la calle y todas aquellas personas a las que la sociedad las hace a un lado. Les he dado refugio, alimento, vestimenta y cualquier ayuda que pueda darles. Ahora todos son mis ojos y oídos. Me avisan que caminos tomar o si alguien me sigue, cosa que pasa con frecuencia desde que Sebastian llegó a la familia. También, cargo dos mochilas: una para el colegio y otra para comida y abrigo. Siempre que llego a casa, la segunda está vacía. Quiero ayudar a todos los que pueda.
Pero hoy, hoy es un día que necesito que alguien me ayude. Hay una gran conmoción en la casa familiar. Mi tía Adriana sufrió un gran robo y está en la quiebra, debiéndole una fuerte cantidad al abuelo. Por eso, se irá lejos. Y Layla se fue también. No con ella, pero se fue al internado. Algo se siente mal y mi tío Josemaria lo confirma, después de la pregunta de Garreth.
^ Ella no volverá, cortó toda relación con la familia. Lo siento mucho, niños.
No es cierto. No debe ser cierto. Mi prima mayor no nos dejaría. Lloro más y me voy corriendo al jardín. Me siento en una de las bancas y sigo llorando. Me llegan todos los miedos juntos. Ahora, ¿cómo seguiré sin Layla? Cada vez que tengo miedo, solo basta con verla y vuelvo a tener la fuerza para fingir. Estoy llorando tan fuerte que no me percato de su presencia hasta que se sienta a mi costado, apenas rozando mi brazo. Giro y veo esos hermosos ojos bicolor que me miran con preocupación y calidez. Sin pensarlo, siento como vuelvo a ganar un poco de fuerza y autonomía, pero las lágrimas siguen cayendo.
* Ahora soy un poco más alto que tú y estoy entrenando para ser más fuerte. Por eso, si quieres, te puedo prestar mi hombro para que te apoyes y saques un poco la tristeza en tu corazón.