MOMENTOS QUE SE PIERDEN

CAPITULO 5

Romina miraba a sus hijas y se sentía muy orgullosa de ellas y sentía que algo bien había hecho. Alejandro siempre abocado a su trabajo y a sus padres, el negocio seguía con muchos problemas financieros nunca lograron estar del todo bien. A Romina no le prestaba mucha atención más de preguntarle a diario ¿Cómo estás? Pero en realidad ni escuchaba lo que Romina respondía solo era por cordialidad, ella a veces ni le respondía y él ni cuenta se daba. Era un sábado por la mañana, Alejandro se levantó y Romina no estaba, él no le dio demasiada importancia pensó que había ido hacer las compras, pero en realidad ella estaba  en el médico hacía meses que se sentía mal y ese día se levantó muy descompuesta y se fue a la clínica. Cuando volvió a ver al médico con los resultados

-Pasa Romina, por favor, toma asiento. Hace varios meses que te pedí estos estudios y no volviste más

-Sí doctor no he podido venir antes- el médico miraba atentamente los resultados

Romina, vino sola hoy

-Sí doctor vine porque me duele mucho aquí al costado del seno y no me siento bien hace unos días estoy con vómitos

-Romina, los estudios me confirman lo que no esperaba, usted tiene cáncer de seno - dijo el médico y un silencio ensordecedor invadió la habitación, a Romina se le llenaron sus ojos de lágrimas en un segundo

-Cuanto tiempo me queda- preguntó con un nudo en la garganta

-Si comenzamos el tratamiento ya tal vez un año o dos

-Y si no?

-No más de seis meses- dijo el médico agachando la cabeza - está muy avanzado

-Entonces si yo me hago el tratamiento voy a morir en uno o dos años pelada, todo mi cuerpo hinchado y deformado y con toda mi familia viéndome sufrir cada día…- hubo un pequeño silencio - Y sino moriría en seis meses así como estoy ahora sin que nadie se entere… o sea que de cualquier manera moriría

-Si Romina, lo siento mucho… si tu no quieres tratamiento yo no puedo obligarte, solo puedo darte unos medicamento para que el dolor sea un poco más llevadero

-Deje ese tratamiento para alguien que realmente necesite vivir, con los medicamentos me conformo - dijo Romina y después de que le diera la receta se fue. Volvió a su casa totalmente perturbada, pero no dijo nada. Preparo la cena y se fue a bañar lloro por una largo rato bajo la ducha, cuando salió se encontró con Alejandro recostado en la cama, la había escuchado llorar.

-Ya estás otra vez con tus ataques hormonales!!!- Ella solo lo miro limpio sus lágrimas y se dirigió a limpiar la cocina, mientras sus hijas veían una película. Romina no lograba entender porque le pasaba esto a ella siempre había sido muy responsable en cuanto a su salud como podía ser que no se dieron cuenta los médicos en los últimos exámenes, luego de un rato su mente estaba en blanco totalmente, ella había ahorrado un poco de dinero, del poco tiempo que le duró su trabajo, asique había tomado la decisión de irse de viaje. Al día siguiente fue a una empresa y pagó un viaje a la playa por un par de meses.

                                         UNA SEMANA DESPUÉS.

Alejandro llego de trabajar como cada día y encontró sobre su mesa de noche un sobre, en él había una carta que decía:

Siempre serás el amor de mi vida nunca quise presionarte para que no hicieras nada que no quisieras espero que siempre me lleves en tu corazón como un bonito recuerdo. Te AMO.

El no le dio importancia y dejó la carta sobre la misma mesa de noche. Él pensó que ella ya andaba con sus ataques de histeria otra vez. Fue a la cocina en la puerta de la heladera había una lista detallada de la comida que había en cada táper rotulado, al  final decía solo hay comida para seis meses, besos mamá.” Y que recién en seis meses piensa volver” pensó Alejandro en voz alta. Sacó algo del freezer, lo calentó y se fue a dormir, ni siquiera se tomó el trabajo de llamarle para saber dónde estaba o cómo estaba, a sus hijas si les llamo la atención la nota en la heladera Julieta le llamo pero no podía comunicarse, le escribió un mensaje preguntando donde estaba y como se encontraba pero vio que no tenia señal asique decidió esperar a que su madre se comunicara con ella.

Por la mañana apenas comenzaba a asomar el sol Romina llegó a la playa, fue al hotel dejó sus maletas y salió a recorrer la playa de una punta a la otra, luego fue almorzar, allí conoció a Teresa

-Buenas tardes soy Teresa y seré su camarera el tiempo que se encuentre hospedada en nuestras instalaciones - dijo la chica presentándose, Romina levantó la cabeza lentamente y la miró con mucha atención

-Buenos tardes Teresa soy Romina…

-Ah, usted es la huésped que se quedara mucho tiempo con nosotros

-Claro que si mucho gusto- dijo Romina extendiendo su mano en forma de saludo en poco segundos la joven Teresa había logrado captar la atención de Romina

-Un gusto señora, nunca habíamos tenido un huésped por tanto tiempo aquí espero se encuentre a gusto

-Si, es un lugar hermoso, y lo que más me atrae del lugar son los pocos turistas -dijo entre risas

Si esta es una playa muy pequeña y alejada de la ciudad porque no hay demasiados turistas aquí y menos en esta época del año, nuestras instalaciones son muy básicas pero se realiza el trabajo con mucho amor.

-Si es muy lindo el lugar me encanta -dijo recorriendo el espacio con su mirada - espero verte muy seguido por aquí, eres muy simpática me haces acordar a alguien muy querido…

-Pues… si soy la única camarera de aquí - dijo entre risas- soy hija del dueño, no somos muchos empleados pero me gusta trabajar aquí

-Que bueno Teresa que estés trabajando junto a tus padres…- Teresa hizo un largo un silencio poco incómodo

-Bueno dígame qué va a ordenar

-Algo ligero una ensalada con pescado a la plancha

Perfecto en un rato se lo traigo