Desde antes de nacer mi cruel destino estaba escrito, soy Lucía Rivas única hija de María de Rivas, desde que mi mamá supo que vendría al mundo me odio, yo le recordaba su tragedia, yo era el fruto de una violación, debido a eso mi vida siempre ha sido un infierno, pero algún día vengare todo mi sufrimiento y ni siquiera mi madre se salvará del infierno que desatare en la tierra...
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Capitulo V El acecho
Lucía se encontraba en su trabajo, ella estaba estudiando diseño de modas, la muchacha era muy talentosa y un profesor la había recomendado para este puesto, una gran empresa la absorbió, era increíble que en poco tiempo ella sacará sus estudios de secundaria y estuviera estudiando una carrera larga, pero debido a su inteligencia lo estaba logrando.
— Buenos días, preciosa. —La saludo Darío entrando a su oficina.
Darío era un compañero de trabajo, desde el punto de vista de Lucia este sujeto no era de confianza.
— Buenos días, Darío, qué te trae por aquí?. Respondió Lucía concentrada en sus diseños.
— Tu siempre tan directa, bueno está noche los muchachos y yo iremos a la disco y me gustaría que fueras mi cita esta noche.
Lucía levantó la mirada, ella no quería ser descortés, pero no estaba de humor para salir con nadie y menos iba a dejar a su hijo solo por irse de reventón.
— Lo siento! Darío, pero no puedo acompañarte, tengo planes para esta noche. Respondió Lucía amablemente.
— Está bien no te voy a insistir, solo dime si hay un hombre en tu vida, ya que siempre me rechazas?. — Pregunto, Darío inconforme con la actitud de Lucia.
— Así es!, existe un hombre en mi vida, al cual amo con toda mi ser!, además aún estoy estudiando en la universidad y pues estoy en exámenes y no me puedo dar el lujo de andar con distracciones innecesarias. — La respuesta de Lucia fue tajante y sin opción a reproches.
Darío se fue molesto, pues estaba cansado de solo recibir desplantes de Lucía y ahora para colmo le confesó que estaba en una relación, quien podría ser mejor que él.
En ese momento el teléfono de Lucía sonó y al ver la pantalla ella contestó alegremente.
— Cariño, todo está bien? — Dijo Lucía sin darse cuenta que alguien la estaba escuchando.
Si amor!, llegaré temprano a casa y te haré una rica cena.— Dijo Lucia sonriendo.
— Esta bien! llevaré pizza y veremos una película, está noche seré solo para ti, es más apagaré mi teléfono para que nadie nos interrumpa.
Ella colgó la llamada y siguió concentrada en su trabajo, llegada la noche Lucía salió al estacionamiento, ella no estaba al tanto de la figura en la sombra que la acechaba, ella iba tranquila a su auto cuando alguien la agarro por la espalda, Lucía grito del susto, entonces escucho la risa de su amiga Saray.
—¿Estás muy tensa amiga, dime a dónde vas? — Dijo Saray sonriendo.
—Y tú estás loca, casi me matas del susto.—Respondio Lucía rodando los ojos.
—¿Mi auto se descompuso, puedes llevarme a casa? — Pregunto, su amiga con ojos de gatito.
— Está bien! Sube al auto, pero primero debo comprar algo.
Ambas chicas se subieron al auto y la sombra que acechaba a Lucía retrocedió y tomo un sentido contrario al de ellas.
Lucía llevó a su amiga a casa y después fue por la pizza y llegó a casa temprano, su hijo Diego estaba feliz de que su mamá estuviera en casa temprano.
— Al fin llegas mami!, qué tal tu día?. — Pregunto, el niño con una sonrisa.
—Bien!, cariñoo, no hubo nada nuevo, ahora ayúdame a poner la mesa mientras me cambio de ropa, bajo en un segundo.
Lucía subió a su habitación, su teléfono sonó y ella vio aquel mensaje, no reconoció el número, pero el mensaje que le habían enviado era aterrador, en este le decían que era una pxxxx y que pronto se arrepentiría de coquetear con su hombre, el mensaje le pareció estúpido así que solo bloqueo el número y lo ignoro, bajo para pasar la noche con su hijo, una vez cenaron vieron algunas películas y luego llevo a su hijo a dormir, la noche estuvo bien y como era fin de semana se podía dar el lujo de acostarse tarde.
Al día siguiente Lucía despertó por el sonido de su teléfono, al ver la pantalla apareció un número desconocido de nuevo.
— Hola. — Respondió ella somnolienta.
— Hola pxxxx acaso pensaste que bloqueando mi número dejaría de molestarte.
La voz del otro lado era de una mujer.
— Deja de molestar y si tu hombre anda detrás de mi ve y reclama a él.
Colgó el teléfono con mucha rabia, ella no entendía quién era esa psicópata que anda molestándola, se fue a bañar quería salir con Diego al centro comercial o al parque, una vez estuvo lista bajo para encontrarse a su hijo desayunando y a Ana junto a él consintiéndolo, era una escena tan tierna que lucía se quedó viéndolos un rato.
— Mamá! ya despertaste!. Dijo Diego corriendo hacia ella.
—Así es amor y como veo que ya estás listo, cuando terminemos nuestro desayuno los tres iremos a comprar algunas cosas y luego nos vamos al parque.
Después del desayuno, salieron de compras al centro comercial, caminaron un buen rato buscando y comprando todo lo que Diego quería, también compro algunas cosas para Ana y aunque a Ana no le gustaba que le regalaran cosas Lucía siempre tenía detalles con ella, después de andar por todos lados fueron al parque en este Diego estaba jugando con otros niños cuando Lucía recibió un mensaje, se dónde vives y ahora se que tienes madre e hijo y si no quieres que algo les pase entonces aléjate de mi hombre, Lucía abrió la foto que le envío esa loca y ahí estaba ella en el centro comercial y ahora estaba en el parque, Lucía se puso alerta, empezó a mirar a los lados buscando a alguien sospechoso, pero no había nadie cerca, esto se estaba poniendo raro, entonces optó por llamar a su hijo y volver a casa antes de lo esperado.
Lucía tenía que pedirle ayuda a su papá así que lo llamo varias veces, pero este no contestaba, después de unos cuatro intentos el teléfono al fin fue contestado.
— Hola!.
La voz al otro lado no era la voz de su padre, esa voz le resultaba tan familiar, por un instante Lucia quedó inmóvil, pero luego reunió el valor para preguntar por Laureano.
— Buenas tardes, por favor con el señor Laureano Lombardi. Trato de cambiar su voz para no ser reconocida, pero lo más seguro es que ya ni se acordará de ella.
— Mi padre!, no puede contestar en este momento, así que le pido respeto para con mi madre y no vuelva a llamar.
Al otro lado de la línea solo se escuchó el sonido de un teléfono siendo colgado, a Lucia este comportamiento le pareció tan raro que pensó en lo que estaba pasando con su padre, ya que el no permitía que nadie contestará su teléfono.