Años de maltrato, llevan a Jimena a tomar una decisión, con miedo a morir en el intento.
El comunicar su deseo de divorcio es tan solo el primer paso, lo más importante no es solo mantener aquella determinación, sino lograrla, si es que quiere salir de aquella situación tóxica y tener una mejor vida.
¿Realmente podrá obtener el divorcio y así su libertad?
¿Volverá a creer en el amor?
Dedicada a muchas mujeres que llevan esta vida y otras que murieron en ella.
No es tarde para empezar de nuevo.
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Capitulo 5
Tres meses después
La boda ya había pasado, sus padres seguían sin creer en las palabras de quién ahora se había convertido en el esposo de su preciado tesoro.
Jimena pensó que sería la boda más bonita y esperada, pero no, solo fue una reunión entre amigos, algo sencillo, para apresurar todo, y ya nada era color de rosas, no estaba viviendo el matrimonio que ella imaginó tener.
_Amor, donde estabas._
Hablo algo preocupada, Jimena.
_¿Tengo que decirte para donde voy y también donde estaba?_
Germán respondió en tono molesto, sorprendiendo a Jimena, que ya venía sintiendo que su esposo ya no era el mismo, sus palabras crueles eran seguidas, llegaba ebrio y con olor a perfume de mujer.
_Solo quería saber._
Respondió tímida.
_Ya me tienes cansado, todos me tienen cansado con ese bebé, tú también, quítate de mi camino._
Germán le dio un empujón a Jimena, que la hizo rodar por los cuatro escalones de las escaleras, donde ambos estaban.
_Jimena._
Grito él, se acercó y entró en una crisis que le pasó lo ebrio, los gritos despertaron a sus padres, viendo cómo Jimena tenía un charco de sangre entre sus piernas, una ambulancia llegó de inmediato, mientras Germán era interrogado por su madre.
_¿Habla ya, que pasó?_
Hablo Carmen, molesta con su hijo, por no controlar sus impulsos.
_Fue un accidente mamá, te lo juro que no quise hacerlo, no estaba en buenas condiciones._
Carmen se paseaba de un lado a otro, deseando que su nieto se salvará, estaban tan ilusionados con ese bebé, que si lo perdía, se llenarían de tristeza.
_Familiares de la señora Mora._
Hablo el médico, interrumpiendo los pensamientos de cada uno.
_Soy su esposo._
Respondió Germán acercándose al doctor, esperando buenas noticias.
_Lo siento mucho, su esposa perdió el bebé, tuvimos que practicar un degradado, estará de alta mañana._
Carmen fulminó con su mirada a Germán, mientras Germán se sentía el hombre más miserable del mundo, no podía creer que había matado a su hijo, aunque no fue esa su intención.
No sabía cómo ver a su esposa a la cara y menos explicar qué había pasado, se acercó y tomo su mano, la beso y acarició sus mejillas.
_Perdóname mi amor, te juro que no fue mi intención, te amo._
Jimena abrió los ojos y lo vio, llorando junto a ella.
_Mi hijo._
Hablo Jimena, al despertar, pero al sentir molestia y dolor en su vientre, imagino lo que había pasado, Germán no sabía qué decir, se levantó y quiso llamar al médico.
_¿Lo mataste? ¿Mataste a mi hijo?_
_Mi amor, Jimena, te lo juro que no era mi intención, estaba ebrio, solo quería dormir y._
_Déjame sola._
Jimena sentía que su alma se salía, había perdido lo que tanto amaba, lo que le daba fuerzas para seguir creyendo en su matrimonio, ese dolor era incomparable, no vería crecer su vientre y menos, ver el rostro de quien ya había imaginado tantas veces, de diferentes maneras.
Germán salió y no sabía cómo empezar a obtener el perdón de su esposa, solo deseaba que no lo odiara, él la amaba y solo deseaba que vivieran feliz, disfrutando cada momento los dos juntos.