Amelia Xhu, es la joven y única sobrina del Patriarca de la familia Xhu, quien la ha criado desde su niñez. Al cumplir los 23 años, Amelia fue obligada por su tío a tener citas a ciegas con hombres que no conocía para que pudiera asentarse y tener algo de vida amorosa, y quien sabe, hasta casarse y tener hijos.
Sin embargo, cada cita a ciegas terminaba en fracaso cuando los hombres escuchaban a que se dedicaba, estos huían inmediatamente con excusas al saber su profesión. Finalmente terminó frustrada y se dio por vencida con su vida amorosa.
Pero lo que no sabía era que un pequeño descuido la llevaría a conocer al hombre con quien había soñado en incontables ocasiones.
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Campamento Militar del Norte.
El viaje continuo con calma y de forma increíble, los cinco días pasaron a volverse ocho, pues el carruaje dificultaba el acelerar para tardar menos en el camino.
No fue hasta el octavo día que el carruaje del Gran General llegó a los pies de la montaña donde estaba ubicado su campamento militar del norte. De allí en adelante, tendrían que viajar a caballo, dejando el carruaje en la falda de la montaña principal.
-Desde hace mucho tiempo hubiésemos cabalgado, ya habríamos llegado al Campamento, padre.- Se quejo un poco Sasha con seriedad, mirando al frente sobre su caballo blanco, sus manos sostuvieron con firmeza las correas del bosal.
Mark soltó un suspiro antes de volver la mirada hacia su hija con seriedad -Hay espías en el camino hacia acá, no podemos arriesgarnos a que te vean montando a caballo como si nada, y lo sabes perfectamente. Esta zona de las montañas es más segura, hay muchos guardias esparcidos en distintas partes de la montaña, así se evitar los espías.
Sasha asintió con la cabeza, quería llegar cuánto antes al campamento militar para poder descansar más a gusto. Dormir en un carruaje es muy incómodo.
A paso rápido, lograron subir la montaña en tan solo un día, llegando justo al atardecer a las puertas del campamento Militar del Norte, donde estaba ubicada la Base del Gran General Kun. Un gran grupo de soldados los recibió directamente en la puerta.
Sasha, quien fue recibida por cientos de miradas desde que fue vista al lado del General Kun, se mantuvo completamente indiferente ante todos. En la memoria de la antigua Señorita Sasha, ella vivió desde los 4 años hasta los 12 años en este campamento militar.
Siendo entrenada y cuidada personalmente por su padre hasta que finalmente terminó siendo llevada por este de regreso a la capital para poder estudiar. Ahora que lo pensaba, Sasha no encontraría raro que la chica se enfermaba luego de haber sido privada de lo que más le gustaba, practicar artes marciales.
-¡Saludos al Gran General Kun y la Señorita Kun!- Habiendo sido informados de antemano, los cientos de soldados en las puertas gritaron al unísono con voz respetuosa, haciendo una reverencia qué iba más que todo dirigida a Mark.
-Descansen, pueden retirarse y seguir con su entrenamiento.- Dijo Mark con frialdad, permitiendo que sus soldados se alejaran, dejando solo a sus ocho guardias del Octógono y a Sasha a su alrededor.
Muy pronto, un hombre de unos 28 o 30 años se acercó con las manos en la espalda y una postura recta, hizo una reverencia profunda y saludo al Gran General con una expresión que desprendía un poco de familiaridad -Mi General.
Sasha lo miro detenidamente, en las memorias de la antigua Señorita, este es el Primer Teniente Huang, la mano derecha de su padre. Cuando Mark no estaba presente, él era el encargado del campamento militar del norte.
Sintiendo los ojos fríos de la joven Señorita, el hombre volvió su mirada hacia ella, haciendo una reverencia superficial y dedicándole una sonrisa -Es un placer conocer a la Señorita Kun, bienvenida al Campamento Militar del Norte, segundo hogar del Gran General Kun.- Esa fue su bienvenida.
Sasha chasqueo la lengua y no dijo nada, simplemente lo miro de forma desafiante, para estos hombres, no era más que una niña delicada que había olvidado completamente lo aprendido en su niñez. Sin embargo, dejaría de llamarse Sasha Kun si no demostraba lo contrario.
-Hija, espero que te comportes, este no es un campo de batalla.- Conociendo lo suficiente a su hija, Mark advirtió inmediatamente, haciendo que Sasha dejara de lado su intensión de lucha que ya estaba en crecimiento.
Ella aparto la mirada de Rapha Huang y avanzó hacia el interior del lugar, dejando sorprendido al Teniente Huang, pues hace un momento ¿Su General advirtió a su hija antes que a él?
"¿Qué demonios?" Se preguntó el Teniente Huang con una pequeña expresión de desconcierto, viendo como su General y su hija ingresaban en el campamento. Una mano fue colocada sobre su hombro, sacándolo de sus pensamientos.
-Te recomiendo no meterte con la Señorita Sasha, ella no tendrá piedad de ti si la provocas. Lo sé por experiencia.- La voz del guardia Cuart vino desde un lado, sus ojos serios cayeron sobre la expresión confundida de su compañero, tan sólo para negar con la cabeza -Solo sigue mi consejo.
Se alejó.
-¿Cuidado, con una mujer?- Murmuro con cierto enojo el hombre, al darse cuenta de lo que quería decir el guardia personal de su General, aquellas palabras Le resultaban absurdas.
-Ja, tarde o temprano descubriré si es verdad lo que dice.- Susurro antes de ingresar por las puertas con una expresión enojada y fría, asustando a los guardias que custodiaban la puerta.
-¿Qué tiene el Teniente Huang?¿No estaba alegre hace un momento?¿Porqué se enojo tan de repente?- Preguntó en un susurro uno de los guardias, mirando a su compañero con confusión y curiosidad. Su teniente muy pocas veces se enojaba ¿Cómo es que se enojo tanto esta vez?
-No lo sé.- Dijo el otro encogiendose de hombros pero igual de curioso que su compañero.
Mark y Sasha llegaron hasta la casa del General, la cual, de hecho, era una choza bien construida con dos habitación y dos baños, uno en cada habitación.
Al bajar del caballo con elegancia y agilidad, la joven miró el lugar delante de ella, la antigua Señorita Sasha parecía tener muy buenos recuerdos en este lugar, pues, estos eran los más repetidos y guardados.
-¿Aún la recuerdas bien?- La voz de su padre la sacó de su ensoñación. Con una pequeña sonrisa, asintió con la cabeza, ingresando a la habitación que recordaba era suya.
-¿Me quedaré en mi misma habitación?- Preguntó la joven desde adentro, sin embargo, su padre negó con la cabeza, caminando en otra dirección -Te quedarás en el lugar donde se quedaba tu madre cuando venía de visita.- Dijo el hombre en voz alta mientas hacia señas a Sasha para que lo siguiera.
Pará sorpresa de Sasha, el lugar estaba algo lejos del centro del campamento, a unos 200 metros de la choza de su padre. Escondida entre los árboles, una hermosa Mansión en miniatura yacía silenciosa.
La casa parecía haber sido cuidadosamente, cubierta en cada esquina y sin dejar una sola rendija para que ingresará la luz.
-El lugar ya ha sido limpiado con antelación, dentro de un rato, vendrá una sirvienta para ayudarte con lo que necesites. Puedes alojarte mientras tanto.- Dijo Mark con seriedad.
Viendo como su hija ingresaba en la pequeña Mansión, se dio la vuelta y se alejo.