La dulce y amable Mia ve su vida trastocada luego una tragedia familiar, la adolescente tendrá que encontrar la manera de convivir con los hijos de su tutora. Y tendrá que tomar una difícil decisión.
NovelToon tiene autorización de txv para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 13
DOMINGO:
Ayer, el resto del día fue muy tranquilo, Armando parecía más tranquilo después de hablar con Diana. Jhony y yo vimos una película, él me tomó de la mano varias veces y me miró con sentimientos en los ojos muchas veces, lo que me puso muy nerviosa. Pero menos mal que no pasó de ahí.
Acabo de despertar y mi mente todavía está procesando lo que pasó ayer, mirando al techo reflexiono si realmente fue una buena idea haber aceptado esto.
Con la cabeza llena de dudas decido levantarme, el día nació sin esperar a que yo reflexionara.
Voy directamente al baño, hago todo lo que hago habitualmente por la mañana, me cambio de ropa. Me siento en la cama y decido ir hasta la enorme ventana de cristal y abro las cortinas, lo que hace entrar la luz y el calor del sol, observo el jardín durante unos minutos, antes de decidir que quiero tomar un café sentada allí.
Bajo las escaleras, voy directamente a la cocina y me llevo un susto al encontrarme con que casi nadie ha bajado todavía, miro el reloj y me llevo otro susto al darme cuenta de que me he despertado mucho más temprano de lo habitual, solo está Michele en la cocina preparando todo.
Mia- Buenos días, Michele, ¿cómo estás?
Michele- Buenos días, florcita, estoy bien gracias a mi buen Dios, ¿y tú?
Mia- Estoy bien, gracias a Dios también, Michele, quería pedirte un poco de café, por favor.
Michele- Pero claro, te sirvo, ¿de acuerdo?
Mia- ¡Ay, no, no hace falta! Yo lo cojo, solo quería saber si ya estaba listo, quiero sentarme en el jardín.
Michele- ¡Qué va, imagínate, yo lo pongo, tranquila!
Mia- ¡Gracias, Michele!
Le digo con una sonrisa, ella enseguida me sirve una taza grande de café y yo voy directa al jardín.
Allí, en ese espléndido jardín, pasan muchas cosas por mi mente, ¿cómo ha podido cambiar todo en tan poco tiempo? ¿Qué voy a hacer después?
Mis pensamientos se ven interrumpidos por una voz familiar.
Armando- ¿Qué haces aquí tan temprano? ¿Te has caído de la cama?
Lo miro con una leve sonrisa.
Mia- ¡Solo tomando un café! ¿Y tú?
Armando- ¡Vengo de correr por la mañana! ¿No se nota?
Dice mientras se limpia la cara y muestra el sudor de su sudadera.
Mia- ¿Haces esto todos los días?
Armando- Casi siempre que tengo tiempo antes de ir a la empresa y los domingos.
Mia- Ya veo, la empresa te quita mucho tiempo, ¿verdad?
Se sienta y antes de responder parece pensativo, como buscando la respuesta correcta.
Armando- No solo tiempo, ¡sino mi paz!
Mia- ¡Ah! ¿En serio?
Digo sorprendida, nunca le había oído hablar así.
Armando- Sí, como tú misma dijiste "vivo estresado y enfadado por algo", ese algo es la empresa.
Levanto las dos cejas y hago un gesto de extrañeza, lo que le hace sonreír.
Armando- ¿Te puedo contar un secreto?
¿Un secreto?
Mia- Puedes, ¡si confías en mí lo suficiente como para contarme un secreto!
Armando- ¡Está bien! Te lo contaré.
¿CONFÍA EN MÍ?
Armando- Nunca quise ser presidente de StaFood, nunca quise gestionar todo esto. Pero sacrifiqué mis deseos y sueños por mis padres y hermanos, siempre he tenido en mente que tengo que dar buen ejemplo a mis hermanos y orgullo a mis padres, soy el hermano mayor, ¿no? Así que por eso...
Respira hondo antes de volver a hablar.
Armando- Por eso, acabé perdiéndome, acabé haciendo cosas de las que hoy no me siento orgulloso y debe ser por eso que me estreso tanto, debe ser por eso que nunca estoy contento y debe ser por eso que soy como soy.
UAU, estoy simplemente perpleja con lo que acabo de escuchar, no me imaginaba todo esto.
Mia- Vaya, Armando, no sé ni qué decir.
Armando- No digas nada, solo necesitaba contárselo a alguien, ¡eres la única persona que lo sabe! Y espero que siga siendo así.
Dice cruzando los brazos y levantando la ceja derecha.
Mia- Tranquilo, ¡no se lo diré a nadie!
Armando- Gracias por escucharme...
Dice mientras se levanta y se aleja. Pero antes de seguir caminando se gira y dice por encima del hombro.
Armando- ¡Y gracias por aceptar trabajar conmigo, Milena!
Justo después de decirlo, sigue caminando, sus palabras me han puesto la piel de gallina. La forma en que dice Milena me hace sentir cosas.