SOLO MÍA

"Tu madre quería saber como estabas, ya pedí tu traje Jimmy lo traerá en unos minutos, preparé desayuno" Dijo Melisa.

"Espérame, llegaremos juntos a la empresa" Propuso Alexander.

"No quiero tener problemas con Samuel, lo mejor será que te vayas por tu lado" Contestó Melisa.

"Cómo quieras, no deseo ver a nadie de mi familia espero le hayas dejado claro eso a mi madre" Dijo el empresario.

"Ya lo hice, no vemos Xander" Dijo la rubia.

El empresario se vistió desayuno y cuando estaba a punto de salir se topó con Samuel Ericsson.

"¿Qué haces aquí?" Preguntó Samuel enojado.

"¿Qué crees?" Rió el empresario provocando al moreno.

"¿Dónde está Mel?" Preguntó Samuel.

"¿Mi Mel? La envié a comprar unos analgésicos no podía caminar de la increíble noche que pasamos" Provocó el pelirrojo.

Samuel se abalanzó encima del pelirrojo tomándolo por el cuello, ambos se propinaron golpes, en eso entró Jimmy y los separó.

"¡Eres un maldito! Me las vas a pagar, te juro Alexander" Amenazó Samuel.

"Te espero, pero que te quede claro que Melisa es mi mujer, ¿Qué creías que semejante mujer no tenía sexo conmigo? Todas quieren conmigo Samuel" Alardeo el empresario.

Samuel se marchó como alma que lleva el diablo, tenía tanta furia que si veía a Melisa de seguro la mataría.

Alexander llegó a la empresa y Melisa notó los golpes "¿Qué pasó?"

"El imbécil de tu novio llegó a tu apartamento y cuando me vio se abalanzó sobre mí sin motivos" Dijo Alexander.

¿Qué Samuel hizo que? No creo, ¿Lo provocaste?" Preguntó Melisa, ella conocía perfectamente al hombre que tenía en frente.

"¿Mel te estás escuchando? No le he hecho nada, ese tipo está loco, tu vida corre peligro a su lado" Contestó el pelirrojo actuando.

"Te conozco Lombardi, sabes lo que hiciste maldito" Dijo Melisa mirándolo a los ojos.

"Bien, ya que sabes lo que hice, no quiero que te distraigas termina tu trabajo y podras marcharte" Ordenó el empresario.

"Eres un imbécil, ¡Me iré! Nesecito arreglar esto" Dijo Melisa tomando su bolsa.

"Si te vas, no regreses, ya no habrá un empleo para ti y me encargaré que no lo consigas por mucho tiempo" Sentenció el pelirrojo.

Melisa conocía perfectamente a Alexander y su mirada le demostraba que lo haría, ella nesecitaba el empleo, era el mejor y le pagaban muy bien, entonces suspiró, fue al escritorio donde hizo múltiples llamadas a Samuel y le dejo miles de mensajes que el hombre nunca respondió, realmente quería ser feliz, pero su jefe siempre le saboreaba sus relaciones.

Alexander se marchó y aun así la rubia no pudo irse, el hombre se había encargado de dejarle un montón de trabajo. A las 9:00 Melisa logro salir de la empresa, tomó un taxi directo al apartamento de Samuel, pero todo fue inútil, en administración le informaron que el empresario había salido a una reunión de trabajo fuera del país y regresaba en dos semanas, Melisa maldijo internamente a Alexander.

DOS SEMANAS DESPUÉS

"¿Cuánto más me tendré que esperar para hablar con mi hijo?" Dijo Luisa ingresando bruscamente al apartamento de su hijo.

"Madre ¿Qué haces aquí? Estoy ocupado" Dijo Alexander.

"Saca a la señorita que tienes en tu habitación que hablaré contigo" Dijo Luisa.

"No sé preocupe señora, ya me voy" Dijo una hermosa pelinegra saliendo del apartamentos.

"Habla madre, te escucho" Dijo Alexander.

"Tu hermana llora desconsoladamente porque su hermano la trató como una cualquiera, no lo sabes Alex, pero hace mucho esa niña estaba enamorada de tu amigo y aunque empezaron su relación tiempo despues no sabían como decirte por temor a perderte" Confesó la pelirroja.

"¿Y tú madre? ¿Mi padre? Me podían informar para no pasar por payaso, mi padre siempre me había pedido cuidar de Rachel y permitió una relación sin consultarme" Dijo Alexander molesto.

"Tu padre lo sabe, pero no está de acuerdo aún, el quiere a James, pero sabe que es igual a ti y a Fernando. El pensó que lo sabrías antes al parecer no estabas tan pendiente de tu pequeña hermana como dices" Dijo Luisa.

"Claro que si, siempre he estado pendiente de mi hermana y he querido a James como mi hermano ¿Adivina a quien le confíe la seguridad de mi hermana? ¿Porque crees que me siento tan traicionado? Espetó Alexander.

"¿Le pediste a James que vigilará a Rey?" Preguntó Luisa.

"Si, le pedí que contratará a alguien de confianza, porque confíe en el, pero ¿Que hacia? Se la comía" Dijo Alexander.

"Y en este tiempo ¿James le ha faltado a tu hermana?" Preguntó Luisa.

Alexander pensó en el pasado su amigo rechazaba a las chicas y evitaba embriagarse para no caer en tentación.

"No, creo que si le importa... Pero me siento igual de traicionando" Dijo Alexander.

Luisa se acercó a su hermoso pelirrojo y le dio un beso en la frente "No te pido que los perdones aún, pero escuchalos cariño, se que no te gusta que te oculte cosas, en eso eres tan parecido a tu padre, pero no me correspondía decirlo"

"Está bien madre" Dijo Alexander su madre tenía el poder de doblegar cualquier decisión.

"Fuera esta tu padre, quise entrar primero porque si el lo hubiese hecho... Lo conoces te metiste con su pequeña niña, la ofendiste y que quede claro que ella no lo dijo, tu padre la escucho llorar mientras hablaba con tu asistente y le decía como la habías tratado, entra bombón"

En ese instante ingresó el castaño mirando a su hijo con ganas de darle las nalgadas que nunca le había dado en todos sus años.

"Te diré algo Alexander, tendrás que disculparte con tu hermana, la lastimaste y te hemos enseñado a respetar a las mujeres, no estoy de acuerdo con la relación, pero es mi hija y si está enamorada la apoyaré" Dijo William.

El pelirrojo agachó la cabeza aceptando la reprensión de su padre, la pelirroja miró a su príncipe y le hizo señas para qué se calmara, el castaño suspiró intentando calmarse, se consideraba esclavo de su mujer, el haria todo lo que ella le pidiera.

"¿Y Melisa?"Preguntó Luisa cambiando de tema y evitando la mirada represiva de su esposo, ella le había prometido no entrometerse.

"¿Qué ocurre con ella? Debe de estar en la empresa, es solo una empleada más" Dijo Alexander.

William quien lo observaba le pareció verse en un espejo de esa misma manera actuaba el cuando le preguntaban por Luisa, entonces dijo "Para ser una simple empleada diste demasiadas explicaciones"

El joven empresario iba a replicar, pero cuando levantó la vista se topó con los ojos verdes de su madre que parecían leerle el alma y prefirió callar.

"Alex ¿Sabes porque tu tío Mike me dice Fuego?" Preguntó la pelirroja.

"Nena..." Dijo William, pero inmediatamente Luisa lo interrumpió.

"Debe saberlo Will" Dijo Luisa.

Alexander no sabía a lo que se referían y dijo "Porque es un fantasioso y tiene apodos para todas sus mujeres"

Luisa rió, su hijo había dado en el clavo pero sin notarlo, el joven empresario entendió la burla de su madre y dijo "¿Eras bailarina de Mike?"

"En ese lugar tu padre y yo nos conocimos más veces de las que te puedas imaginar. A pesar de ser una mujer deseada por muchos hombres y tu padre lleno de tantos prejuicios nunca me juzgó, pero hubo un tiempo que se resistió tanto a mi, así como lo haces con tu empleada" Dijo Luisa

"Madre no te metas..." Dijo el pelirrojo, pero fue interrumpido.

"¡Alexander! baja el volumen, es tu madre. Lo que ella te quiere decir es que no importan las diferencias, algunas vidas pueden ser demasiado cortas y puede que no te alcance una vida para amarla" Dijo William.

"Es una buena amiga, no es importante" Insistió el pelirrojo.

William entendió la preocupación de Luisa, su hijo era igual de renuente que Él.

"Bien hijo, entonces que sea la última vez que te das golpes por tu amiga con el hijo de Steve, si no tienes una relación con ella, entonces me imagino que Samuel si, mantente alejado" Dijo William y Luisa miró a su esposo, desconocía ese encuentro.

La pareja de esposos se levantó, se despidieron de su hijo y cuando estaban llegando al ascensor Alexander les preguntó "¿Qué hay en la habitación donde nunca me dejaron ingresar y tampoco a Rachel?"

"No tan listo muchacho, aun es secreto" Sonrió William y su hijo Gritó "Lo Averiguaré"