SOLO MÍA

SOLO MÍA

¿Por qué sigues siendo mi asistente?

Hola Lectores (as)

El protagonista de esta historia, es un mujeriego empedernido, tiene una adicción que poco a poco irás descubriendo y hace parte de su linaje. Si no es de tu agrado puedes abandonar la novela sin problemas, entre gustos, no hay disgustos.

La anterior novela NO PUEDES SER TÚ aclarará las dudas que encuentres sobre los regalos que reciben los Lombardi al nacer.

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En un lujoso hotel de Estados Unidos, se encontraba el soltero más codiciado y escurridizo sobre la faz de la tierra "¡Por Dios! ¿Implantes? Son lindos" Dijo Alexander.

"Me los estrenaré contigo Alex" Dijo Natalia.

"¡Ven aquí!" Dijo Alexander posando su boca en los grandes Implantes de la morena.

"Eres el mejor, por más que desee alejarme de ti no puedo, eres una droga, mi droga Alex" Dijo Natalia.

"Si, te entiendo, es un regalo familiar" Dijo Alexander algo presumido, mientras colocaba un preservativo y se introducía en la mujer.

Luego de terminar el pelirrojo fue a la ducha, mientras Natalia lo esperaba para una nueva ronda.

"Nati ¿Me entregarás la patente del imbécil de Samuel?" Dijo Alexander mientras salía del baño buscando su traje.

"¿Es lo único que te importa? ¿Por eso me llamaste? ¿Quieres ese puto invento de mi primo Samuel?" Preguntó Natalia.

Alexander respiró profundo lamentaba mucho cuando las mujeres querían algo más que sexo después de 2 o 3 noches de pasión. Con Natalia había roto la regla, se había acostado por muchos años con ella, pero eso no era motivo para convertirla en su novia o esposa "Nati ¿Dañarás lo bien que la pasamos? Si metes el corazón en esto acabarás nuestra apasionante relación abierta, además te estoy pidiendo algo que es mío, ese imbécil me lo robó"

"Está bien tómalo, pero no sé si tiene copias, solo tomé el documento que me dijiste" Dijo Natalia consentida.

"Esa es mi chica, esto será suficiente, es el original, si hay copias no importa, ¿Te he dicho cuanto me encantas?" Piropeó el guapo pelirrojo.

"Muchas veces, pero escúchame bien Alexander Lombardi, si después de esto me olvidas, te juro que te armo un escándalo y lo digo en serio como que me llamo Natalia Ericsson" Advirtió la pelinegra.

Natalia Ericsson única hija del empresario Davis Ericsson, hermosa morena pelinegra, modelo de pasarela más importante del país.

El apuesto pelirrojo recibió una llamada y salió de la habitación insistiendo que era urgente, su asistente Melisa Duarte dijo "Xander, ¡Bendito sea Dios! Por fin respondes ¿Dónde mierda andas?"

"Me recuerda Srta. Duarte despedirla cuando esté en mi oficina, su boquita es muy sucia, recuerde que soy su jefe, merezco respeto" Dijo Alexander en el ascensor.

"Déjate de bromas, tus padres están aquí y también los abogados de Samuel Ericsson diciendo que levantaran una demanda a Lombartec por registrar una patente que no te pertenece" Dijo molesta Melisa.

"¿López está ahí?" Preguntó Alexander.

"Sí, está alargando el tema, pero si no tienes ese maldito documento que comprueba que eres el puto dueño, estamos acabados" Dijo Melisa.

"Melisa, deberás recordarme cuando todo termine ¿Por qué sigues siendo mi asistente? ¿Y por qué no te he despedido? Eres tan vulgar" Dijo Alexander seriamente.

"Alexander ¡Basta! ¿Te tardas?" Preguntó la rubia.

"Dile a López que estaré en la empresa en 10 minutos y dile también, que tengo el documento" Respondió el pelirrojo y colgó.

Melisa Duarte era de clase media, había conocido a Alexander cuando el hombre cursaba su cuarto año en la universidad donde estudiaba asistencia administrativa, la chica era hermosa, rubia, ojos claros y una figura envidiable, tenía veinticuatro años y llevaba dos años laborando con el joven empresario.

Melisa suspiró, sonrió, eran buenas noticias y ella sabía que su guapo jefe conseguiría todo lo que se propusiera, pero debía asustarlo un poco. El problema más grande era Luisa Lombardi, a Melisa le parecía que esa pelirroja leía sus pensamientos y sabía cuando algo no andaba bien.

La rubia entró a la sala de presidencia con unos documentos en mano, la chica saludó, notó el ambiente tenso y la mirada verde de la señora Lombardi puesta sobre ella. Melisa se acercó a López abriendo una carpeta en la cual había una nota "Tiene el documento, llega en 10 minutos"

"Gracias Srta. Duarte, necesitaba estos documentos" Dijo López.

"En mis manos tengo la patente original y corresponde a mi cliente Alexander Lombardi, me temo que tendrá que pagar Sr. Ericsson una fuerte suma para que esta penosa situación no salga a la luz pública" Amenazó Rivas y William ladeó una sonrisa.

Samuel no había podido encontrar ese documento original, lo que nunca pensó es que estuviera en manos del verdadero dueño Alexander Lombardi.

Samuel es el hijo mayor de Steve Ericsson dos años menor que Alexander, dedicado a la tecnología al igual que los Lombardi.

En ese instante ingresó el guapo pelirrojo a la sala de presidencia "Buen día a todos, disculpen la demora, estaba cerrando negocio"

"Llegó en el mejor momento Sr. Lombardi, hemos llegado a un trato con el señor Ericsson, él pagará" Informó López.

"Perfecto, deseo que pague y reconozca públicamente que sabía que era mi invento" Dijo Alexander.

"¡No lo haré Alexander! Hice un trato y eso no incluía reconocer tal mentira" Espetó Samuel y el abogado de este le pedía que recobrara la cordura.

"¿Firmó algún documento López?" Preguntó Alexander.

"No señor aún no" Dijo López.

"Perfecto, quiero eso o no hay trato, y me encargaré de ensuciar a tu empresa y tu bonito apellido lo mandaré a la mierda" Advirtió Alexander.

"William habíamos llegado a un acuerdo" Dijo Samuel dirigiéndose al padre de Alexander.

"Soy el dueño, pero Alexander es el presidente de esta empresa, lo que decida está bien, además Samuel no sabía que eras un delincuente, tu padre lo sabrá" Respondió el castaño levantándose de la mesa de negocios y el pelirrojo desplegó una sonrisa, su padre siempre lo apoyaba, aunque después vinieran los regaños.

El castaño y la pelirroja fueron a la oficina de su hijo para esperarlo, pero antes de ingresar Luisa se acercó al escritorio de Melisa que estaba bastante cerca al de su hijo y dijo "Mel, ¡Gracias!"

"Señora Lombardi, no sé dé que habla" Dijo Melisa fingiendo inocencia.

"Lo sabes y te he dicho que no me digas señora, dime Luisa" Dijo la pelirroja y Melisa sonrió asintiendo.

"Dejarás que lo reprenda, porque esto es inconcebible, es el presidente ¿Cómo se le ocurre llegar tarde? Y pudimos ser demandados por su descuido ¿Cómo se dejó robar por Ericsson?" Dijo William mirando fijamente a su demonio.

"Puedes decirle lo que desees Bombón, tienes razón" Dijo Luisa fingiendo tristeza, era lo único que se le ocurría para que su príncipe no fuera tan duro con su pequeño Alex.

Fuera de la oficina se acercaba el pelirrojo "Maldición ¿No se han ido?"

La rubia rió y negó con la cabeza "Te lo tienes merecido Xander, eres descarado"

El joven empresario frunció el ceño, a Melisa le pareció el hombre más guapo sobre la faz de la tierra, pero sacudió su mente y lo miró evadiendo todo su atractivo rostro.

"Mel..." Iba a decir el castaño, pero fue interrumpido por su asistente.

"Tengo la lista de porque sigo siendo tu asistente y para que lo recuerdes un poco te daré un adelanto, tu madre está abogando por ti ahora" Dijo la rubia.

"Eres la mejor Mel" Dijo el pelirrojo guiñando un ojo a la chica.

Melisa asintió con diversión y dijo "Lo sé, por eso también sigo siendo tu asistente"

En la oficina de presidencia, William miraba a su demonio con sospecha "Te conozco Lu, usas esos trucos para que baje la guardia con ese mocoso"

En ese instante entró el joven empresario saludando a sus padres "Madre, padre, creí que se habían marchado"

"Hola mi pequeño ¿Cómo estás?" Preguntó la pelirroja.

"Bien madre, extrañándote" Dijo Alexander.

"No parece, un hijo que extraña a su familia los visita y tú te la pasas haciendo ¿Quién sabe que cosa? Poniendo en riesgo tu patrimonio y el de tu hermana y te recuerdo que también tenemos socios, Fernando es socio y tu amigo James" Reprendió William.

"Padre, pero viste, los acabé, son unos imbéciles si creen que caeré fácil" Dijo Alexander.

"El único imbécil eres tú..." William fue interrumpido por la pelirroja.

"¡Will, Detente! Y tu Alex, reconoce tu error" Advirtió Luisa.

"Pero madre ¿Cuál err...?" Dijo Alexander y fue interrumpido por su madre.

"¡Maldita sea Alexander! Reconoce tu puto error" Espetó la pelirroja.

Alexander se espantó, le pareció escuchar a su vulgar asistente cuando se enojaba.

"Lu, no digas esas palabrotas" Dijo el grandote.

El joven empresario rió, escuchar a su padre corregir a su hermosa madre le hizo recordar que así es él, se sintió una vez más orgulloso de ser hijo de William Lombardi.

"Lo siento padre, me equivoqué, deje que Samuel entrará a mi empresa y tomara mis cosas, prometo que seré más cuidadoso" Confesó Alexander.

"Bien, estoy orgulloso de ti hijo, tomaste esta empresa mucho más joven que yo y sé que hay cosas difíciles de lidiar, pero si tienes problemas habla conmigo, llámame debo decirte algo" Dijo William abrazando a su hijo y Luisa jaló una de sus mejillas y susurró "Te amo"

La pareja salió de la empresa, Luisa colgada del brazo del todavía guapo empresario.

"Tienes una reunión a las 5:00 con celumanía, desean comprar empresariales para sus empleados y a las 7:00 tienes una cena con Móvil Star para cerrar trato con ellos, lo acompañará Julia y si Milán se entera de que te acostaste con su esposa, el trato se irá a la mierda" Informó Melisa.

"Vamos Mel, ¿Puedes mejorar tu vocabulario? Es fácil" Aconsejó el pelirrojo.

"Vamos niño de mami, te escuché en la sala de juntas " Dijo la rubia imitando la voz del joven empresario.

"¿Tienes micrófonos en toda mi empresa Mel?, haré que te investiguen, tal vez quieres drogarme y aprovecharte de mí" Dijo el guapo pelirrojo.

"Ni lo sueñes" Dijo Melisa a punto de salir de la oficina.

"Te mentiría si te dijera que no lo he soñado" Dijo el castaño mirando los hermosos ojos claros de su asistente.

La chica se puso nerviosa, esos ojos verdes eran extremadamente bellos "Sabes que no funcionaria, así que cierra la puta boca y ándate" Dijo la rubia.

"Bien, me acompañarás a la cena, esa mujer me querrá comer y no sabré como evadirlo" Ordenó el joven empresario.

"Claro matas a la vaca, te la comes y le tienes miedo al cuero, pinche cobarde" Dijo Melisa con voz baja.

"Te escuché Mel" Rió el pelirrojo.

Alexander Lombardi

Natalia Ericsson

Samuel Ericsson

Melisa Duarte

Primera parte👆

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Comments

Griss Romero

Griss Romero

Te sigo Yance, me encantan tus obras 💖

2024-06-25

1

Rosa Atencio

Rosa Atencio

foto de los protagonistas

2024-06-27

0

MONICA MARIA OSORNO SANCHEZ

MONICA MARIA OSORNO SANCHEZ

🤣🤣🤣aquí al pie del cañón, con la segunda👌👌👌☺️

2024-06-04

3

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