Una mujer sumisa, dedicada a su hogar, amando a su esposo incondicionalmente vive en el mundo perfecto... Hasta que su esposo la engaña y humilla, por lo que escapa y descubre que es mucho más fuerte de lo que creía, además de que tiene la oportunidad de volver a enamorarse y darse cuenta lo que verdaderamente es amar y ser amado.
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"5"
Después de habernos entregado el uno al otro, completando nuestra reconciliación, fuimos a montar a caballo, a comer pizza a la leña y a beber un poco en una de las cantinas del pequeño pueblecito que colindaba con las cabañas.
Cuando regresamos me sentía como la mujer más feliz del mundo.
-Iré a darme un baño amor, no tardo mucho
-Está bien cariño
Radel entra al baño y su celular comienza a vibrar en el sillón, contesto la llamada y una voz de una mujer se hace presente, arruinando por completo toda la felicidad que cargué durante el día.
-"Hola mi amor, ya te extraño, quiero volver a sentir tus manos en mi cuerpo desnudo, sé que estás con tu esposa en este momento tratando de arreglar las cosas porque la estúpida encontró mi labial en tu camisa, que me pediste tiempo para dejar que las cosas se enfríen, pero no puedo, hoy me toque pensando en ti y....
Cuelgo la llamada completamente agobiada por todo lo que acabo de escuchar, esto es una completa locura, él no la dejó porque fuera algo de una noche, han sido muchos encuentros y tiene planeado seguir viéndola.
El enojo de que me siguiera mintiendo, el engaño que me hizo creer, toda esta mentira que creó para que me tragara el cuento de que yo era la única en su vida, lo único real y bonito.
Radel sale del baño y me encamino hasta él completamente furiosa y le doy una bofetada con todas mis fuerzas.
-¿Qué demonios te pasa? -me dice enojado y completamente furioso
-¿Cómo has podido ser tan cruel y despiadado? ¿Por qué me engañas y me mientes de esta manera tan inhumana? ¿Por qué te aprovechas de que te amo para tratarme de esta manera?
-No entiendo de que estás hablando -dice empuñando las manos con coraje sobre sus costados
-Llamó tu amante, aquella con la que te revuelcas cada que tienes oportunidad
Su cara palidece y me mira con arrepentimiento.
-Me dijo que te extraña, que extraña sentir tus manos sobre su jodido cuerpo desnudo, que sabe que estás conmigo tratando de componer las cosas porque descubrí tu infidelidad, que le pediste tiempo para que las cosas se enfriaran -le digo con las lágrimas brotando de mis ojos, pero no de tristeza, no esta vez, está vez son de rabia y coraje -Ah y que se tocó hoy pensando en ti
-Escúchame Aysel, Malika no es importante en mi vida
-¡DEJA DE MENTIR MALDITO DESGRACIADO! -le grito mientras lo abofeteo otra vez
Me toma de las manos y me estruja con fuerza mientras me mira con los ojos enfurecidos.
-Es la última vez que te permito que me toques de esa forma ¿Me escuchaste?
-Eres un ser despreciable, un maldito desgraciado, sínico -comienzo a llorar -Me creí toda tu maldita farsa, todo tu maldito engaño
-Estabas desesperada por creerlo, me lo dejaste bastante fácil -dice con una sonrisa que jamás había visto en él
Me provoco un miedo terrible empezar a descubrir quién es realmente el monstruo despiadado con el que me case.
-Me preguntaste en que fallaste, mentí cuando dije que en nada
Y sé que lo que viene me va a destruir por completo, que no tendrá piedad, porque quiere herirme y hacer que me sienta arruinada.
-Es que me resultas insignificante, algo tan ordinario y poco apetecible -dice con desprecio -Solo eres la imagen perfecta que necesito ante la sociedad, esa ama de casa obediente que consiente a su marido y que corre a su lado cada vez que truena los dedos
-Suéltame -le digo destrozada
-Sabes que no eres absolutamente nada sin mí, me necesitas para vivir, porque me amas y me he convertido en algo que necesitas incluso más que al aire que respiras, lo sé yo, lo sabes tú y lo sabe todo el mundo, Aysel
-¿Cómo he podido enamorarme de alguien tan mierda como tú?
-Es que siempre fuiste así de fácil
Me zafo de su agarre y lo abofeteo otra vez. Pero esta vez el responde mi agresión de la misma manera, me da una bofetada tan fuerte que me tira al piso, provocando que libere un grito de dolor y que mi mejilla se desprenda en un dolor insoportable.
-Te dije que no me volvieras a tocar así
-Me golpeaste -le digo mientras lo miro incrédula -¿Quién demonios eres tú?
-Alguien a quien no debías de conocer -dice furioso -Pero te aferras a sacar lo peor de mí, no importa cuánto intente ser bueno contigo, sigues y sigues provocándome -pasa sus manos por el cabello completamente frustrado -Solo tenías que ser la esposa perfecta, la esposa obediente ¿Y ahora? Mírate, toda abofeteada, llorando en el piso, miserable e inservible
-Me voy a largar de aquí
-No durarías ni un día sin mí, eres una persona inservible, me necesitas para vivir porque soy tu esposo, fui yo quien te enseñó todo lo que sabes, a mi es a quien debes de jurarme amor eterno como lo juraste cuando nos casamos
-Eres un monstruo asqueroso y repulsivo
Se agacha y enreda su puño con mi cabello, tirando mi cabeza con brusquedad hacía atrás y me da otra bofetada en la misma mejilla con incluso más fuerza que la anterior.
-Cállate de una vez por todas -ruge furioso
Veo sus ojos desorbitados y lo desconozco por completo.
-Tu eres nada sin mí, eres insignificante, incompetente, has sido una mantenida toda tu vida, primero por tus padres y después por mí, eres una completa inútil, que necesita obedecer cada orden para que pueda seguir recibiendo buenos tratos
-Suéltame Radel
-Baja ese tonito de voz o no respondo
-Suéltame -le digo enojada
Una cosa es que me engañe y otra muy distinta es que me esté golpeando mientras me pisotea y me humilla.
Me da un puñetazo que provoca que me maree y que caiga al piso.
-¿Quieres escuchar cómo es que una mujer debe de hablarle a su hombre? ¿Eso es lo que quieres?
Veo que toma su celular y marca un número, pone el altavoz y escucho la voz de esa mujer otra vez, de la tal Malika.
Pero mi cabeza está dando tantas vueltas que caigo inconsciente sobre el piso justo cuando Radel y Malika comienzan a decirse guarradas descaradamente.
Las lágrimas caen por mis mejillas y me dejo arrastrar por la oscuridad, deseando que no me suelte nunca más.