Minji, una joven de la era moderna, luchó sola para alcanzar sus sueños, a menudo en un camino lleno de sacrificios y soledad. A los 33 años, un giro inesperado la lleva a perder su vida, solo para reencarnar en un mundo de novela romántica como Azusa, una niña que es el centro de amor y cuidado, de sus padres, algo que Minji nunca conoció. Ahora, rodeada de lo que siempre soñó, ¿será capaz de adaptarse a esta nueva vida o se dejará consumir por la trama que la rodea? Un futuro incierto se abre ante ella, y, con su peculiar forma de ser, Azusa podría reescribir la historia de una manera inesperada.
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Capítulo 16
Capítulo 16
Pasaron unos meses desde que comenzamos a trabajar en el restaurante, y los tres aprendices habían avanzado considerablemente. Jarek, Isabella y Leopoldo ya dominaban varias técnicas culinarias y se habían familiarizado con los ingredientes que me habían acompañado desde mis primeros años de estudio. Aunque el proceso fue arduo, la dedicación de cada uno de ellos me llenaba de satisfacción. Pero, como siempre, aún había mucho por hacer.
Una de mis principales fuentes de inspiración y conocimientos era el mercado nocturno. Al principio, me parecía una molestia tener que recorrer las tiendas del mercado común, ya que sus ingredientes no son frescos y tampoco variado, pero con el tiempo me di cuenta de este lugar, el “mercado nocturno”, poco reconocido para la nobleza, ya que esta en uno de los barrios bajos, pero era una mina de oro en cuanto a ingredientes y productos frescos se refería. Allí podía encontrar todo tipo de hierbas raras, especias que nunca había visto en mi vida pasada, y productos importados de otros imperios, lo cual era una ventaja competitiva enorme. Los comerciantes del mercado ya me reconocían, y con el tiempo, algunos incluso me apartaban los ingredientes más frescos, sabiendo que eran mis favoritos. Era como si hubiera encontrado mi pequeño paraíso gastronómico en medio de la ciudad.
Al principio, Sir Bastian me acompañaba cada vez que iba, y debo admitir que su presencia me molestaba. No por él, sino porque me sentía constantemente observada, como si estuviera bajo la lupa. Pero, al igual que con todo lo demás en este nuevo mundo, me acostumbré. Con el paso del tiempo, su compañía se volvió parte de mi rutina, y aunque rara vez hablábamos, su apoyo incondicional me daba una sensación de seguridad. Quizá en algún momento llegara a entender mejor nuestra relación, pero por ahora, no era algo de lo que me preocupara.
Finalmente, llegó el día de la inauguración del restaurante. Había estado esperando este momento con emoción y ansiedad. Sabía que el inicio no sería fácil, pero era mi sueño hecho realidad. Para darle algo de peso al negocio, corrió el rumor de que el restaurante pertenecía a mi familia, lo que, de alguna manera, aportó credibilidad, especialmente en un imperio donde la nobleza tenía tanto poder. Sin embargo, había algo que jugaba en contra nuestra: Jarek, el jefe de cocina. La falta de su brazo, causaba dudas sobre su habilidad. Algunos murmullos comenzaron a surgir en torno a su capacidad para liderar la cocina, y eso no facilitaba las cosas.
No voy a mentir: fue difícil comenzar. La cocina estaba a la vanguardia de todo, pero no podía estar sola allí para supervisar todo. Había tantas tareas que gestionar: la contratación de más personal, la organización de los ingredientes, las reservas de los clientes, e incluso la decoración del local, que aunque me encantaba, me dejaba sin tiempo para concentrarme únicamente en lo que mejor sabía hacer. El restaurante no era solo un lugar donde se servía comida; era mi proyecto, mi vida. Tenía que asegurarme de que todo funcionara a la perfección.
Mi estrategia era simple, pero ambiciosa: asegurarme un lugar dentro de la ciudad, conseguir una buena base de clientes, y luego expandirnos. Pero todo debía comenzar con los cimientos bien establecidos. Era fundamental que el restaurante fuera conocido por su calidad, por su comida única, y por la experiencia que ofrecía a los comensales. En cuanto todo estuviera sólido, pensaba comenzar a abrir sucursales en otras partes del imperio. Pero ese día aún estaba lejos.
Cada vez que veía los platos salir de la cocina, cada sonrisa satisfecha de los clientes, sentía que todo el esfuerzo había valido la pena.
Los aprendices, por su parte, continuaron demostrando su valía. Aunque los primeros días fueron un poco caóticos, me di cuenta de que ya no solo eran mis aprendices, sino mi equipo, mi familia en este nuevo mundo. Jarek, a pesar de las dudas que algunos tenían sobre su habilidad debido a su falta de un brazo, era un excelente líder en la cocina. Isabella, con su agudeza y atención al detalle, se encargaba de la organización, mientras que Leopoldo se encargaba de la parte administrativa y el trato con los proveedores. Era un equipo que, aunque en sus inicios había tenido algunas dificultades, estaba comenzando a funcionar de manera increíble.
No podía estar más orgullosa de lo que habíamos logrado hasta ahora. Y así, mientras el restaurante comenzaba a tomar forma, yo no podía evitar sonreír, sabiendo que este solo era el comienzo. Había mucho más por hacer, muchas más recetas que compartir, y un futuro lleno de oportunidades para descubrir.
Pero por ahora, me concentraba en el presente, en lo que habíamos logrado juntos, y en las promesas que este nuevo capítulo de mi vida aún tenía para ofrecer.