Roselin sufrió a causa de su primer amor, por una infidelidad por parte de su pareja decide separarse de forma inmediata, sin embargo, su corazón roto no dejaba de doler, por esto decide ir a un bar y beber un poco. A causa del alcohol Roselin termina pasando la noche con un desconocido que resulta ser un atractivo CEO, está intenta ignorarlo, pero ¿Podrá resistirse a los encantos de aquel hombre tan encantador y directo?
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Debes despedirla
El trabajo ese día era demasiado atareado, la reunión fue muy larga y Roselin tuvo que anotar la mayor información sobre lo que se habló y la planeación de proyectos, sin embargo, Roselin se sentía observada, ignoro aquel sentimiento y siguió prestando atención a la reunión.
Al terminar la reunión Roselin estaba totalmente cansada, por lo que fue a su oficina a recopilar la información mientras su jefe comía.
La mente de Roselin estaba muy concentrada hasta que su jefe entró en compañía de uno de los inversionistas de la reunión anterior, el rostro de aquel hombre se le hacía muy familiar a Roselin, pero por respeto decidió desviar su mirada y seguir trabajando. Aunque ella tratara de no mirar a aquel hombre, tal parecía que si lo conocía de algún lugar, pues, este no apartaba la mirada de Roselin.
—Máx, ¿Cuál es el nombre de tu asistente?
Máx miró confundido a su empleada la cual estaba tan confundida como él y luego miró a su amigo el cual se veía tranquilo.
—Su nombre es Roselin, es realmente extraño que tengas interés por saber el nombre de alguno de mis empleados, nunca antes había pasado.
Roselin miró detalladamente el rostro del acompañante de su jefe y quedó estupefacta, el mundo era realmente pequeño.
—La conozco, por eso pedí su nombre, quería ver si mis ojos no me engañaban, ¿No me recuerdas?, soy Sebastián.
Roselin estaba todavía procesando lo que sus ojos veían, lo curioso era ver la sonrisa satisfactoria en el rostro de Sebastián mientras observaba a Roselin, incluso su jefe fue consciente del extraño ambiente.
—El mundo es muy pequeño, no creí que conocieras a mi asistente.
—Yo…
Roselin no sabía que decir hasta que una serie de palabras comenzaron a pasar por su mente formando una simple, pero muy impactante oración. «Soy Sebastián, recuerda bien mi nombre».
¿Por qué las personas ebrias eran tan estúpidas?, Roselin vio a Sebastián y Máx entrar a la oficina frente a la de ella, su mente seguía en otro lugar, había confundido a un gran inversionista y amigo de su jefe con u gigoló. Ahora que lo pensaba, para que ese hombre fuese un amigo de su jefe también debía ser alguien de igual estatus, Roselin comenzó a sudar frío al caer en cuenta de que había tenido un encuentro de una noche con gran CEO.
—No puede ser.
La cuestión era que ese hombre la recordaba, aunque tal vez no pasará a mayores si ella ignoraba la situación, de todos modos, era imposible que aquel hombre de gran estatus volteara a verla, la diferencia entre ambos era demasiado obvia, aquel hombre poseía grandes riquezas y ella solamente era una asalariada promedio con suerte de tener un buen trabajo.
En el interior de la oficina Máx y Sebastián hablaban, aunque Máx seguía extrañado por el anterior comportamiento de su amigo.
—Puedes decirme… ¿Por qué tanto interés en mi asistente? Eres la persona más desinteresada que conozco, además de que nunca vienes a las reuniones con inversionista que seas.
—Es molesto que me juzgues tanto, te recuerdo que estoy pagando tus proyectos más costosos, tengo que supervisar a donde se va mi dinero.
—Por favor, Sebastián, tú y yo sabemos que eso no te importa y siempre mandas a tu asistente, además tu hijo está en tu casa, cuando Santiago te visita te olvidas del mundo mismo. Se honesto y dime, ¿Qué intensiones tienes?, te advierto que no dejaré que le pongas las manos encima a mi asistente.
—Realmente me sorprende la imagen que tienes de mí, además, ¿Te gusta o qué?
—Claro que no, pero tiene más de un año trabajando para mí, es la más eficiente en su área de trabajo, nunca deja nada sin terminar y examina su trabajo hasta eliminar el más mínimo error, sabes que mi perfeccionismo y misofobia no me permiten conservar empleados.
—No es mi culpa que tengas tantos trastornos, me sorprende que soporte tres días de limpieza extrema a la semana mientras trabaja, la cuestión es que necesito que la despidas.
—Estás loco, nadie me soportará como ella, mi asistente anterior me tildó de loco y explotador, por eso aumente un 50% el sueldo de la chica y tú quieres que la despida.
—Buscaré a alguien competente, lo prometo, necesito que la chica trabaje para mí.
—¿Qué ganaré yo con esto?
—Te daré más dinero para cubrir el presupuesto de los proyectos en los que estoy y si la persona que contrate para ti no cumple con tus expectativas le pediré a la chica que regrese.
—Perfecto, pero sabes que es difícil despedir a alguien eficiente y eficaz.
—Resuelve eso y me avisas cuando lo hagas.
Sebastián extendió su mano para darle un apretón a Máx, este dudo un poco, pero terminó dándole el apretón a Sebastián.
—Si te lavas las manos cuando salga por esa puerta, te juro que te voy a golpear.
—Lo intentaré, pero no entiendo… ¿Por qué insistes tanto en que Roselin trabaje para ti?
—Son cosas mías, sabes que odio que se metan en medio de mis decisiones.
—¿Te gusta o te sientes atraído?
—¿Gustarme? Eres muy gracioso, claro que no, podría ser atracción, pero es más un interés por una persona interesante.
—Sabes que eres mi amigo, pero a veces eres un idiota, por favor, si el interés no es más que eso, deja en paz a la chica y pídele que regrese a trabajar para mí.
—Te preocupas mucho por nada, solo trabajará en mi casa, tal vez ayudando con el cuidado de Santiago y en una que otra cosa referente a la empresa.
—Lo malo de ti, es que crees que el dinero y las comodidades arreglaran todos tus problemas.
—Como sea, no importa.
Sebastián se despidió de Máx y salió dedicándole una sonrisa a Roselin, la joven no sabía porque, pero un escalofrío recorrió todo su cuarto además de una mala sensación.
Al ver que Sebastián se iba, esta soltó un largo suspiro y continuó trabajando, por suerte aquel hombre no la molesto ni tampoco insistió en que recordará los eventos anteriores. Aunque su actitud al entrar a la oficina demostraba desinterés, Roselin no podía negar el increíble atractivo de aquel hombre, aunque no podía tener expectativas hacia un hombre tan inalcanzable.