Un Secreto Para Ambos

...Antonella - 13 años...

Con el paso de los años (yo con 13 años), vi como Carina (con sus 28 años) empezaba a mantener su distancia con Matteo (de 29 años).

Carina era una mujer que se aferraba a Matteo por su dinero y Matteo era un hombre que se aferraba a Carina porque no le apetecía conocer a más gente.

El famoso escritor estuvo enamorado de mi madre por un tiempo, pero ese sentimiento murió con las acciones de mi madre, ella tan egoísta e insensible como siempre.

Sinceramente, a estas alturas no esperaba nada de mi madre, lo único que podía desear era de que su matrimonio con mi padrastro no acabara, porque realmente amo estar viviendo en el mismo techo que mi autor de libros favoritos.

En un principio tal vez no le tome importancia, pero luego de empezar a leer sus escritos y hacerme experimentar entre la felicidad, tristeza, decepción y enojo con las páginas de una de sus creaciones, fue cuando empecé a entender la hermosa oportunidad que me había entregado el destino.

Adoré cada uno de sus libros y eso me llevó al deseo de querer ser como él.

—Quiero ser una escritora.—Mencioné mientras llevaba la pequeña cuchara con pudin de chocolate a mi boca.

Luego de almorzar, un delicioso pudin era perfecto para comerlo como postre.

—Harás infeliz a tu marido con esa profesión.—Comentó Carina de mala manera.—Te quitará demasiado tiempo y no podrás compartir con tu familia, observa a tu padrastro, él es el claro ejemplo de lo que serás si piensas dejar la realidad por historias de ficción.

—No quiero casarse con alguien que no pueda aceptar o apoyar mis metas.—Respondí.—Y.. sería demasiado surrealista compararme con Matteo, él es un genio en la literatura.

—No necesitas compararte conmigo porque debes ir más allá que simplemente alcanzarme.—Habló Matteo.—Sé ambiciosa y cree en tus esfuerzos, claro.—Hizo una pausa para mirar a Carina.—No dejes la humildad de lado porque una vez que la pierdes, es difícil volver a conseguirla.

Yo asentí con la cabeza en forma de respuesta y Carina dio un suspiro de agotamiento.

—Has lo que quieras hacer, de todos modos tendrás que ir a la universidad para asegurar un título y así evitarás deambular por las calles cuando el mundo te dé la espalda.—Agregó mamá.

—Antonella no volverá a las calles aunque sea una total inútil.—Fue Matteo quién habló.—Me aseguré de mencionarla en mi testamento.

Carina rápidamente abandonó su atención del postre para observar a su esposo.

—¿La agregaste al testamento?.—Frunció su ceño con incredulidad.—¿Qué hay de mí?

—Cariño, con la vida que tienes, estoy demasiado seguro de que morirás antes que yo.—Respondió con total confianza en sus palabras.

...Yo también lo creería....

—Eres un idiota.—Dijo con amargura y se levantó de la silla golpeando el postre para dejarlo caer al suelo en su rabieta.

Ella desapareció de nuestra vista e increíblemente a ninguno de los dos nos afectó su ausencia.

—Estoy escribiendo algo y me gustaría saber tu opinión real sobre mi historia.—Le mencioné a Matteo, volviendo al tema principal conmigo siendo una posible escritora.—Sé un verdadero crítico, no seas amable, ¿de acuerdo?

Él me dedicó una cálida sonrisa asintiendo con la cabeza e ignoré los repentinos latidos que mi corazón me hizo sentir con fuerza.