Cuatro Para Mi Secretaria

Anne Louize

De vuelta a mi oficina, estoy agotada, Johnson está decidido a sacarme de quicio, cuando dijo que tenía que revisar uno por uno estos contratos, no imaginaba tener casi una vida de papeles aquí.

Me llevará todo el día terminar esto, pero si él piensa que mantenerme ocupada dificultará mi vida en este lugar, está equivocado. Terminaré todo lo más rápido posible, puedo llevar a cabo esta función, estoy aquí para eso, él no me asustará por el trabajo, veremos quién se cansa primero.

Aproximadamente a las cuatro y media de la tarde, finalmente termino lo que me fue ordenado más temprano, incluso antes del plazo, reviso todos los papeles por última vez, recogí todo y los llevo al jefe.

Toco la puerta suavemente, me quedo parada frente a la puerta por unos minutos. Me gustaría saber por qué me deja aquí afuera esperando, es solo el primer día y esto me está cansando.

Maldición, mi deseo es abrir la puerta y ver qué está haciendo este desgraciado que le impide abrir la puerta.

Cuando estaba a punto de regresar a mi oficina, lo escucho murmurar desde la sala, me lo merezco.

Sr. Johnson: Maldición, ¿quién se atreve a molestarme? ¿Eres tú, secretaria?

"Tranquilízate, Louize, pronto será tu horario y te irás". Atraer pensamientos positivos, tal vez así mejore el aura de este hombre.

Parece que alguien aquí está de mal humor, insisto una vez más y vuelvo a golpear la puerta, no me intimidaré con esto.

Sr. Johnson: Parece que alguien quiere ser despedido hoy.

Sin hacerle caso, golpeo nuevamente.

Sr. Johnson: Por los cielos, ¡entra de una vez, di lo que tienes que decir y déjame en paz, miserable insignificante!

Contengo la risa, no es normal ser tan deshumano. Abro la puerta con paso firme y voy hacia el escritorio de Johnson, el ruido de mis tacones resuena en toda la oficina, claramente lo está irritando.

Primero, mira hacia mis pies, luego me enfrenta con una expresión poco amigable.

Sr. Johnson: El ruido de tus tacones me irrita enormemente, ¿qué supusiste que era tan importante como para venir aquí a perturbar mi paz? (Hay un cierto sarcasmo en su tono de voz.)

Frente al hombre, mantengo la cara seria y delicadamente coloco los papeles sobre la mesa.

- Aquí están los contratos que usted me pidió esta mañana\, todos revisados como ordenó. (Hablo tranquilamente.)

Sr. Johnson: Con tu insistencia en golpear la puerta, podría pensar que este piso se está incendiando, ¿eso molestó?

Él rodó los ojos irónicamente, claramente enojado con mi presencia.

- Si hubiera un incendio\, te dejaría arder\, tenlo por seguro\, no me molestaría en venir aquí a "SALVAR TU VIDA" y si mal no recuerdo\, resaltaste la suma importancia de terminar esto al final del día. Bueno\, aquí están.

Hago la señal de comillas en el aire y eso lo irrita aún más.

Sr. Johnson: ¿Me estás diciendo que me dejarías morir quemado?

- ¿Realmente quieres que responda eso?

Sr. Johnson: Sal de mi oficina ahora mismo.

- Si me permite\, estaré en la oficina de al lado en caso de que me necesite\, con su permiso.

Sr. Johnson: No lo necesitaré, ahora sal.

Me voy, dejándolo allí bufando de rabia, ¿qué pasa por su cabeza? Este sería un buen momento para que me despidiera, no tengo intención de entrar en conflicto con él, pero su temperamento difícil me irrita, me estoy conteniendo al máximo para no mandarlo al carajo. Llegué a la conclusión: mantenerme alejada de él tanto como sea posible para evitar mi despido justificado, difícil, pero prometo intentarlo, juro que sí.

En mi oficina, organizo algunas cosas, adelanto gran parte de mi trabajo para el día siguiente, lo bueno es que el Sr. Johnson no volvió a llamarme, eso me alegra, supongo.

No se sabe con certeza qué ha pasado en su vida para adoptar tal actitud arrogante y prepotente, pero no seré yo quien lo descubra. Necesito encontrar una forma de mantenerme alejada de las provocaciones e insultos que él dirige hacia mí, quiero enfocarme en este trabajo y nada más.

Llegando al final del día cerca de la hora de irme, Johnson pasa por mí sin siquiera dirigirme la palabra, con un maletín en una de sus manos, parece que se va.

Respiro aliviada.

Qué hombre repugnante, Dios mío, ni siquiera para liberarme antes de irse, maldito perro del infierno.

Sé que no es propio de mí desear la muerte de alguien, pero mantener la cordura cerca de este hombre es más difícil de lo que imaginé.

Bueno, creo que es mi oportunidad.

Me preparo para irme, cuando miro la mesa me doy cuenta de que olvidé uno de los malditos contratos.

--'Por qué, Dios mío, ¿por qué le hiciste pasar a tu hija por semejante prueba? ¿Seré horrible por olvidar este documento aquí?!

No quiero enfrentarme al bastardo que se hace llamar mi jefe, podría arrepentirme por ello, no puedo dejar este documento tirado aquí, ya que él se fue no habría ningún problema en entrar a su oficina, aunque él no esté, pongo el documento en la mesa y me largo, él ni se dará cuenta de que estuve aquí.

--'Y ahora, ¿me voy o entrego este contrato después? ¿Y si me reprende por no haberlo entregado antes?

Parada frente a la puerta de la oficina, mirando furtivamente hacia la puerta, indecisa si entro o no.

Sr. Johnson ¿perdió algo interesante ahí, "señorita"?

. . . Continúa…